Ser el protagonista de una conocida película catapultó al perro San Bernardo a la fama. Enormes, peludos y grandes productores de babas, ¿son como los pinta el cine? A continuación explicamos las curiosidades que tienes que conocer sobre el San Bernardo.
El crecimiento del San Bernardo
En general, solemos considerar que los perros son cachorros hasta, aproximadamente, los 12 meses de vida. A partir de ese momento, aunque siguen siendo perros jóvenes, ya pasan a la etapa de adultos. Pero esta temporalización no es la adecuada si nuestro perro es un San Bernardo.
Las razas grandes y gigantes no siguen este patrón de crecimiento, ya que necesitan más tiempo para completar su desarrollo. Por eso se considera que un San Bernardo sigue siendo cachorro hasta, aproximadamente, los 24 meses de edad. Es un dato a tener en cuenta, por ejemplo, para la alimentación.
Problemas de crecimiento comunes del San Bernardo
Los ejemplares de San Bernardo experimentarán un gran crecimiento en sus primeros meses de vida. Con esta idea en mente no son pocos los cuidadores que, no solo les suministran grandes cantidades de comida, sino que les ofrecen distintos suplementos, sobre todo de calcio, con el objetivo de asegurar un buen desarrollo.
Pero lo cierto es que dar cualquier complemento alimenticio sin la prescripción del veterinario podría conseguir el efecto justo contrario al que se pretende. Por lo tanto, la recomendación es una alimentación de calidad, una actividad física adecuada y el correspondiente seguimiento del veterinario.
El celo en la perra San Bernardo
Al igual que hablábamos de un crecimiento prolongado, el tamaño gigante de los San Bernardo también afecta a su período de celo. Así, si la mayoría de las hembras suelen pasar por su primer celo antes de cumplir el año, no es esto lo que sucede en las perras de raza San Bernardo.
En ellas no es extraño que el primer celo se demore mucho más tiempo y se presente alrededor de los 16-24 meses. Pero incluso no es raro que algunas cumplan su segundo año sin dar señales del inicio de la madurez.
La característica del gran tamaño del San Bernardo
Si has buscado información sobre los perros San Bernardo, seguro que has leído incontables veces que se trata de un animal noble, bueno y tranquilo. Y es cierto, pero eso no quiere decir que su manejo sea sencillo y fácil para cualquier amante de los perros.
El San Bernardo es un perro enorme que, sin querer, por muy bueno y bien educado que esté, podría tirarte al suelo. Por eso no es una raza recomendada para personas que no vayan a poder con él físicamente y, aunque son geniales compañeros de los niños, hay que controlar de cerca sus interacciones.
El San Bernardo, según la inteligencia
Hace algunos años el doctor Stanley Coren elaboró un listado clasificando a los perros según su mayor o menor inteligencia. Aunque siempre se habla del San Bernardo como de un perro inteligente, está clasificación lo sitúa en un discreto puesto 65, de un total de 79. Para todos los decepcionados hay que explicar que estos resultados son interpretables.
No quiere decir que nuestro San Bernardo sea tonto, ni mucho menos. Lo que se valora es el número de repeticiones que se necesitan, de media, para que el perro realice lo que se le está pidiendo. En otras palabras, serían perros un poco distraídos y con tendencia a hacer caso solo cuando les interesa, un motivo más para esmerarse en su educación.
Por las dificultades que puede presentar este aspecto, así como por su tamaño gigante no son los perros más adecuados para una persona sin conocimientos de educación canina ni experiencia previa en el manejo de perros.
Los colores de la raza
A primera vista, el San Bernardo es un perro de colores blanco y marrón-rojizo en distintas tonalidades más claras o más oscuras. Pero, si nos fijamos más, veremos que la localización de las manchas blancas suele ser la misma.
Así, según indica el estándar de la raza, es necesario que presenten manchado blanco en el pecho, los pies, la punta de la cola, el hocico a modo de banda sobre él y el cuello, en el que se prefiere que el color blanco lo rodee formando un collar.
¿Por qué mi San Bernardo babea mucho?
Tal y como se reflejaba en la famosa película Beethoven, es cierto que este tipo de perros acostumbran a babarse de forma notoria. No es más que el resultado de su anatomía. Los labios de la mandíbula inferior son ligeramente colgantes, lo que facilita la pérdida de saliva por las comisuras. Es normal y hay que contar con ello.
La historia del San Bernardo que no sabes
Por último, siempre se destaca la bondad de los perros de esta raza, sobre todo en su vertiente de servicio, al rescate de personas en las montañas nevadas. Pero lo cierto es que este descendiente de Mastines de los Alpes conformaba, en sus inicios, una raza agresiva y de pelo corto.
Otro dato poco conocido es que estuvo al borde de la extinción. Por suerte se consiguió revitalizar la raza y mantenerla hasta nuestros días con la introducción de cruces de otras, posiblemente de perros como el Terranova o el Gran danés.