Está claro que no hace falta que te preguntemos si conoces al Beagle, esa raza tan graciosa que en ocasiones llega a pisarse las orejas. Y es que, todos los amantes de los perros, adoran al Beagle por una razón: son maravillosos perros de compañía.
Por ello, hoy te contaremos toda su historia, cómo se criaron, qué es lo que hacían en un principio y los datos más curiosos de la raza que ha conquistado miles de corazones.
Origen del Beagle
La creación del Beagle se remonta al Northern Hound. Los normandos lo introdujeron en Inglaterra durante la conquista por el año 1066, pero no fue hasta 1515 que no apareció por primera vez en los libros de cuentas del rey Enrique VIII.
No obstante, existe una teoría que afirma que el Beagle lo introdujo en el siglo XI, Guillermo I el Conquistador. Se cree que pudo llevarlo a Gran Bretaña con el cruce de un galgo (para aumentar su velocidad en las épocas de caza), dando origen a la raza que conocemos hoy en día.
Aunque no se sabe con exactitud, esas son las dos principales teorías del origen y creación de la raza Beagle en el mundo. Siglos después, fue en 1890 cuando el British Kennel Club reconoció la raza oficialmente y cuando comenzó a reconocerse más en los países.
Los famosos “Beagles de bolsillo”
La demanda de Beagles tuvo un gran boom cuando personalidades tan distinguidas como la reina Isabel I comenzó a llevarlo a todas partes, convirtiéndose en el famoso “Beagle de bolsillo”, ya que eran una versión más pequeña del original Beagle.
La reina Isabel I fue una gran amante del Beagle, especialmente del más pequeño, uno compacto que podía encajar en cualquier sitio. Fue ella la que los introdujo en Europa al regalarle ejemplares a famosos personajes internacionales y amigos suyos que vivían en Francia y en Bélgica.
De hecho, gracias a esta tendencia que marcó la reina, el primer paso para dar una mayor voz a los Beagles estaba dado. Que alguien tan representativo como la figura de la reina de Inglaterra los tuviese, hizo que la fama saltase a la vida de la raza, promoviendo su influencia por el resto de Europa hasta llegar al mundo entero.
El Beagle, un audaz cazador
Aunque son de los perros que más ganas da de coger y abrazar fuerte, lo cierto es que son unos salvajes cazadores de presa. De hecho, durante siglos era el perro principal en todas las grandes casas, ya que se encarga de seguir el rastro de la presa y neutralizarla si la encuentra.
Actualmente, siguen habiendo muchas personas que tienen un Beagle en su granja o casa de campo como forma de conseguir mantener a los ladrones fuera de casa y al mismo tiempo, tener un aliado fiel y audaz para la caza. De hecho, se les conoce con otro nombre también, “el olfato con patas”.
Otro dato característico del Beagle cazador, es que durante la caza, sobre todo en espesos terrenos o con altas hierbas, esta raza erige su cola hacia arriba, de manera que aunque él se encuentre cazando sigilosamente, el resto de personas podemos localizarle gracias al color blanco de la punta de la cola sobresaliendo de las hierbas.
Snoopy, el Beagle más famoso del mundo
Como habrás visto a menudo, existen cientos de perros que han sido utilizados en el mundo cinematográfico, en el arte y en diferentes concursos y exposiciones. Y es es que hay razas que son perfectas según qué sector.
Pero, a pesar de todas las razas que te puedes encontrar en series de televisión, existe una imposible de superar en fama y repercusión: el Beagle que todos conocen como “Snoopy”, también llamado “el Beagle más famoso del mundo”.
Y es que, todos, o casi todos, conocemos a este querido perro de dibujos animados, personaje principal de la tira cómica Peanuts, creado en 1950 y cuyo objetivo diario era estar echado encima del tejado de su casa en el jardín dando consejos a su dueño.
Fue gracias a esta serie por lo que el Beagle comenzó a ser más famoso todavía de lo que ya era. De hecho, en la mayoría de entrevistas, el director de la serie de dibujos animados llevaba a su pequeño Beagle, comentando que “su inspiración tenía que ir con él a todas partes”.