¿Sabes que los gatos comienzan a jugar a las 2 semanas de vida? Se trata de una actividad que poco tiene de lúdica para ellos, ya que a través de la exploración se familiarizan con su entorno y comienza a medir sus fuerzas. El juego es un factor capital en la vida de los mininos y como tutor te corresponde satisfacer su necesidad de estimulación.

Para ponértelo fácil, en las próximas líneas vamos a explicarte cómo crear juguetes caseros para tu gato. Porque favorecer el bienestar de tu mascota no está reñido con gastar mucho dinero o con optar por dispositivos complejos. Te ofrecemos propuestas económicas y fáciles de llevar a cabo.

Beneficios del juego para el gato

En estado salvaje, los felinos dedican el 40% del día a la caza. En el ámbito doméstico, no necesitan cazar para alimentarse. Sin embargo, el instinto de acecho sigue muy presente. Esto es debido a que los mininos son territoriales y adictos a las rutinas, dado que ello les confiere seguridad, que, en definitiva, es su mayor valor a preservar.

Extrapolado al juego, los gatos no pueden evitar replicar este instinto cuando interactúan con los humanos que son de su confianza y, por supuesto, con otros gatos. Si observas su comportamiento, te darás cuenta de que, precisamente, los juegos que apelan a las tácticas de caza son sus favoritos y a los que más tiempo dedican sin esfuerzo.

Los etólogos llevan décadas estudiándolo y saben bien que la privación del juego entraña graves consecuencias psíquicas, afectivas y físicas (en ese orden) en el gato. Reservar tiempo al juego compartido a diario es la forma más efectiva y sencilla de mantener despierto su interés por el entorno que lo rodea y de sentirse acompañado.

Un antídoto para el estrés y el aburrimiento

El juego lo protege del estrés y de la ansiedad al tiempo que mejora su calidad de vida. En este sentido, los expertos recomiendan introducir el juego y los juguetes en la etapa de socialización, que tiene lugar entre la segunda y la séptima semana de vida. Conviene que no habitúes a tu gato a jugar con tus manos, cuando sea adulto puede hacerte daño.

De no familiarizarlo con el juego, con la superación de retos o la búsqueda de nuevos estímulos, corres el riesgo de exponerlo al llamado síndrome de privación sensorial. Dicho síndrome es un trastorno del comportamiento que se traduce en que el gato no sabe jugar solo, haciéndolo especialmente vulnerable a la ansiedad y a la depresión.

Si observas que se acicala de forma recurrente, que come compulsivamente o que se pasa buena parte del día durmiendo, no deberías posponer la visita a la consulta de tu veterinario o a la de un etólogo a fin de identificar la causa e impedir que la situación se agrave. Podría estar motivado por la falta de estimulación, física y/o mental.

Por tanto, resulta más que recomendable, sobre todo, si no cuenta con un amigo de juego que lo habitúes a este tipo de actividades y que le ofrezcas suficientes recursos con los que pueda entretenerse y activar sus capacidades cognitivas cuando no estés en casa. A tu regreso, el juego compartido le aportará la dosis de compañía y afecto que necesita.

5 propuestas de juguetes caseros para tu gato

Ahora que ya conoces las bondades del juego para tu mascota, queremos mostrarte algunas ideas fáciles de ejecutar con objetos que seguro tienes en casa. Pon un poco de creatividad y todo el cariño que seas capaz y, a cambio, obtendrás excelentes recursos caseros para mantener saludable y equilibrado a tu gato. Toma nota.

Cubilete musical

Toma un cubilete, por ejemplo, uno de los del parchís y llénalo de arroz para que al echarlo a rodar suene y esto incite a tu gato a perseguirlo. Ciérralo bien y decóralo, por ejemplo, forrándolo con un trozo de tela.

Laberinto para gatos

Con una caja de cartón, por ejemplo, de zapatos, dibuja tres hileras de círculos valiéndote de un vaso. Recorta los círculos con la ayuda de un cúter e introduce a través de uno de ellos una pelota, cuanto más vistosa, mejor. Para darle un toque más personal, decora la caja pegándole un vinilo, con recortes de revistas o pintando directamente sobre ella.

Kong

Los dispensadores de comida son fantásticos juguetes de inteligencia para esos ratos a solas. Tu gato deberá descubrir cómo lograr su ansiado snack. Para construir tu kong solo necesitas una botella de plástico, previamente lijada para prevenir posibles lesiones, en la que realizarás varios agujeros por los que introducir comida.

Añadir un cascabel y unas plumas lo convertirá en un artículo muy querido por tu peludo, ya que interpelará a todos sus sentidos y le resultará sumamente estimulante. Pruébalo, el resultado te sorprenderá.

Colgante con bobinas de hilo

Seguro que en casa tienes varias bobinas de hilo vacías. Cuanto más coloridas sean, más captarán la atención de tu mascota. Se trata colgar las bobinas y unas cintas de tela de diferentes colores a distintas alturas en una estructura resistente. Tu gato no podrá resistirse a alcanzarlas.

Peluche con calcetín

Da una segunda vida a un calcetín desparejado creando un peluche para tu minino, por ejemplo, con forma de conejo. Corta una tira en su parte superior y rellena con algodón para dar forma a sus orejas. Cóselo y, a continuación, pinta la cara con sus ojos, nariz, boca con dientes sobresalientes y bigotes.

Otras formas de juego

Aparte del juego compartido con estos juguetes, existen otras formas de mantener despierto a tu gato y de reforzar vuestro vínculo llevando a cabo actividades lúdicas. Nos referimos a los ejercicios de propiocepción, o lo que es lo mismo, colocar objetos de distintos tamaños, formas y colores en una habituación, y a jugar al escondite, llamándolo por su nombre.

Recuerda que tampoco conviene sobreestimular al animal manteniendo a su alcance todos los juguetes de los que dispone. Resulta preferible tener a la vista solo dos e ir alternándolos con el tiempo para evitar su indiferencia. Esperamos que esta información te haya interesado y que no subestimes el poder del juego para el bienestar de tu gato.