Aunque no parezca tener más importancia que la estética, lo cierto es que el pelo de los perros cumple importantes funciones, como aislarlos de las temperaturas adversas, protegerlos de lesiones o participar en la comunicación.

Por eso es fundamental mantener el manto en buen estado, a lo que podemos ayudar dispensándole los cuidados necesarios, como cepillados, desparasitaciones o una alimentación de calidad. Pero, ¿qué sucede cuando hay una caída excesiva de pelo? Hablamos de sus causas y soluciones a continuación.

Muda

La causa más habitual detrás de la caída excesiva del pelo de los perros es la muda. La muda es un proceso fisiológico que implica la caída del pelo viejo y su sustitución por el nuevo. Acostumbra a producirse un par de veces al año, coincidiendo con la primavera y el otoño en el hemisferio norte. La muda prepara el pelaje para los cambios de temperaturas, es decir, para el verano y para el invierno.

Durante este periodo es normal que encontremos gran cantidad de pelo por el suelo, la cama o el lugar donde repose el perro, etc. Como decimos, es normal y no tendremos que hacer más que cepillar al perro con mayor frecuencia para favorecer la eliminación del pelo muerto.

Pero, si se prolonga, la caída del pelo es tal que se distinguen zonas alopécicas o detectamos algún signo clínico, como heridas o picor, podemos estar ante una causa patológica como las que explicaremos en los siguientes apartados.

Parásitos

Las pulgas son los parásitos externos que con más frecuencia pueden llegar a provocar una caída excesiva del pelo. Son parásitos que se alimentan de sangre, generando picaduras muy molestas para el perro. Además, su rápida reproducción hace que numerosas pulgas puedan picar a la vez al perro, de ahí el rascado considerable y la consecuente caída del pelaje. Las pulgas se controlan con una desparasitación adecuada de animales y ambientes.

Hay que recordar que, aunque se puedan comprar desparasitadores sin receta, como medicamentos que son, es conveniente que los prescriba el veterinario. Así garantizamos eficacia y seguridad, además de un tratamiento lo más adaptado posible a las características del perro.

En este apartado hay que mencionar también una alergia muy extendida, la DAPP o dermatitis alérgica a la picadura de pulgas. Se trata de una reacción ante una sustancia contenida en la saliva de las pulgas. A los perros alérgicos les bastará una única picadura para desarrollar el cuadro. Este incluye picor y lesiones.

El veterinario puede aliviar la sintomatología y pautar el calendario de desparasitaciones más adecuado para mantener al perro, en lo posible, libre de pulgas. Por otra parte, parásitos como piojos o garrapatas también podrían llegar a provocar una caída excesiva del pelo, aunque tendría que ser en infestaciones muy graves.

Cuidados incorrectos

Hay algunos aspectos del manejo del perro que pueden afectar a la calidad del manto y propiciar o no su caída. Nos referimos, sobre todo, a la alimentación. Esta debe ser de calidad, equilibrada y adaptada a las características del perro. De esta forma, impedimos que se produzcan carencias nutricionales cuyo resultado puede ser una caída excesiva del pelo y, en general, un manto con mal aspecto, sin brillo, áspero, con caspa, etc.

Además, no cuidar el pelo o hacerlo con accesorios o productos no aptos para los perros también puede tener como consecuencia un deterioro del manto. Todas estas cuestiones se pueden resolver mejorando el manejo, ofreciendo una buena alimentación, en ocasiones suplementando con ácidos grasos omega 3 (contribuyen al cuidado de piel y pelaje), escogiendo productos más adecuados o cepillando con la frecuencia necesaria.

Enfermedades dermatológicas

Existen diferentes causas que pueden provocar lesiones en la piel y pérdida de pelo. Un ejemplo son las alergias, que pueden ser a elementos del medio (polen, ácaros, polvo, etc.), que desencadenan la conocida como DAC o dermatitis atópica, con pérdida de pelo, picor y enrojecimiento.

Otras alergias se producen ante las pulgas, como hemos explicado, o son reacciones a determinados alimentos. El picor suele ser el signo clínico más habitual. Este lleva al rascado y a que se produzcan lesiones y caída del pelo.

Pero hay más causas que pueden provocar una caída excesiva, como enfermedades provocadas por hongos, ácaros o bacterias. Así, respectivamente, tenemos ejemplos como la tiña, la sarna o las piodermas. Son patologías que provocan calvas, picor, heridas o enrojecimiento de la piel.

Es importante que, ante esta sintomatología, acudamos al veterinario, el único profesional que puede llegar al diagnóstico y pautar un tratamiento. Este incluirá, dependiendo de la causa, antifúngicos, antibióticos, antiinflamatorios, etc.

Enfermedades hormonales

Son varias las enfermedades relacionadas con las hormonas que pueden hacer que el pelo caiga. Normalmente, en estos casos la caída se produce en zonas concretas, de manera bilateral y simétrica y sin picor.

Si detectamos este tipo de falta de pelo debemos acudir lo antes posible al veterinario. Podríamos estar ante patologías como el síndrome de Cushing o el hipotiroidismo, que solo podrá diagnosticar este profesional tras la realización de pruebas, como analíticas de sangre. Requieren tratamiento veterinario y seguimiento.