La ansiedad en los perros es un problema relativamente frecuente que puede ser muy angustioso para los animales y preocupante para los cuidadores, que se ven incapaces de controlarlo. En el siguiente artículo hablamos de las causas más habituales de ansiedad, así como de las medidas que podemos seguir para prevenirla y tratarla.

Qué es la ansiedad

Aunque es habitual que se use este término para hacer referencia a cualquier alteración que lleva a que el perro presente un nerviosismo por encima de lo normal, conviene tener claro cómo se define la ansiedad.

Así, la ansiedad se puede entender como un cambio en el estado emocional del perro que lo lleva a mostrarse anormalmente inquieto y nervioso. Esta sensación lo empuja a realizar algunas conductas, como ladrar en exceso o destruir objetos, para intentar encontrar alivio.

Lógicamente, la ansiedad no solo supone un sufrimiento para el perro, sino que tiene consecuencias directas en nuestra convivencia con él.

Causas de ansiedad

Son muchas las causas que pueden desencadenar ansiedad en los perros. Destacamos las siguientes:

  • Falta o carencias en la socialización: la etapa de socialización es fundamental para esta especie. Durante este periodo, que abarca los primeros meses de vida, deben exponerse a todos los estímulos posibles (otros animales, personas, situaciones, ruidos, etc.). No hacerlo puede generarles inseguridad en el futuro y, en consecuencia, ansiedad.
  • Muchas horas de soledad: no podemos perder de vista que los perros son animales que viven en sociedad. La soledad día tras día, durante mucho tiempo, les generará un estrés que se acabará expresando en problemas de conducta.
  • Falta de estímulos: nos referimos a la ausencia de posibilidades suficientes para relacionarse e interaccionar con el entorno, otros animales o personas, tanto dentro como fuera del hogar. También podemos incluir en este punto los estímulos físicos, es decir, la práctica de actividades como jugar, pasear, correr, saltar, etc.
  • Miedos: existen numerosos estímulos que pueden asustar a un perro, como los ruidos fuertes, las tormentas, los petardos, otros animales, etc. Cada perro desarrollará sus propios miedos en función de sus características y experiencias vividas.
  • Modificaciones en la rutina: cualquier cambio importante en la vida de los perros puede desencadenar en ellos un cuadro de ansiedad, pues son animales que requieren previsibilidad. Son ejemplos las mudanzas, la llegada de nuevos miembros a la familia, la muerte de un ser querido, etc.
  • Síndrome de disfunción cognitiva: se trata de un trastorno que se asemeja al Alzheimer de los humanos y que se caracteriza por una pérdida degenerativa de capacidades. Afecta a perros de edad avanzada, que desarrollan signos clínicos como desorientación, eliminaciones en el hogar, cambios en los patrones de sueño y descanso, disminución de interacciones, etc.

Signos clínicos de la ansiedad

Los signos clínicos que, en general, puede manifestar un perro con ansiedad son los siguientes:

  • Nerviosismo, expresado incluso con temblores o lloros.
  • Destructividad.
  • Eliminación de orina y heces en el interior del hogar.
  • Coprofagia.
  • Estado permanente de alerta y tensión, es decir, da la sensación de que el perro no descansa tranquilo nunca.
  • Ladridos excesivos, que pueden incluir aullidos.
  • Hiperactividad.
  • Lesiones por autolamido reiterado.
  • Agresividad.
  • Aparición de diferentes problemas de salud, sobre todo relativos al sistema digestivo, como cuadros de diarrea y vómitos.

Tratamiento de la ansiedad

Si aprecias en tu perro alguno de los signos clínicos de los que hemos hablado, la recomendación es que acudas al veterinario. Este profesional debe examinarlo por si la sintomatología se debiese a algún problema de salud. Si está sano, podrá confirmar la ansiedad.

La recomendación será entonces contactar con un profesional del comportamiento canino o etólogo para que inicie el tratamiento necesario, una vez examine las condiciones de vida del perro y determine cuál es la causa de su ansiedad.

En los casos más graves, el veterinario podrá optar por prescribir algún fármaco para ayudar a mantener al perro tranquilo mientras las pautas del etólogo surten efecto.

Manejo de la ansiedad

En vista de las causas más comunes de ansiedad en perros, es posible implantar algunas medidas para evitarla o mejorarla si el perro ya la padece. En general, son medidas de manejo básico a tener en cuenta siempre que se decide convivir con un perro.

Estas son las principales, ya que las pautas concretas para cada ejemplar son competencia del veterinario o etólogo que lo trate:

  • Expón al perro a todos los estímulos posibles, especialmente durante su etapa de socialización.
  • No lo dejes solo durante muchas horas. Si debe quedarse un tiempo, cánsalo antes y dale juguetes con los que se pueda entretener.
  • Establece una rutina fija con las horas de comida, paseo, descanso, juego, etc.
  • Juega con él y llévalo a hacer todo el ejercicio que necesite, según sus características.
  • Fomenta las interacciones con otros perros, animales o personas.
  • Busca el enriquecimiento ambiental, es decir, llena la vida del perro de estímulos que lo mantengan activo tanto a nivel físico como emocional.
  • Prueba con feromonas o sustancias tranquilizadoras específicas para los perros. Se comercializan en distintos formatos, como collares, difusores, premios, etc.