Los perros tienen facilidad para vomitar, por lo que los vómitos no siempre se asocian a patologías. Pero cuando estos son de bilis debemos ponernos en alerta, ya que sí nos pueden indicar que el perro tiene un problema de salud.
¿Qué es la bilis?
La bilis o hiel es una sustancia de una tonalidad amarillenta, verdosa o marronácea fabricada por el hígado. Su función es contribuir a una correcta digestión. El hígado la secreta, por lo tanto, cuando tiene lugar el proceso digestivo.
El resto del tiempo permanece almacenada en la vesícula biliar. Sale de ella hacia el intestino delgado cuando se produce la ingesta de alimentos. A continuación repasaremos las causas más comunes por las que un perro puede vomitar bilis.
Aunque es fácil que un perro vomite, sobre todo si se ha tragado un cuerpo extraño, los vómitos de color amarillo pueden indicarnos patologías de gravedad. Por eso es conveniente informar al veterinario.
Síndrome de vómitos biliosos en perros
Este síndrome sería la causa más frecuente de estos vómitos amarillos. En buena parte de los casos, vomitar bilis solo está indicando que el perro tiene el estómago vacío. Un perro en ayunas va a tener su vesícula biliar llena de bilis muy concentrada. Cuando el estómago permanece sin contenido tiene lugar el reflejo duodenal, que hace que la bilis se segregue.
Esto provoca la irritación de la mucosa de la zona y el deseo de vomitar. El vómito de bilis es amarillento y espumoso por la mezcla de bilis y mucosidad del estómago. El síndrome de vómitos biliosos tiene diferentes causas y es más común que se produzca por la mañana, tras toda la noche sin comer. Una causa es la modificación de la pauta de alimentación.
Es decir, si el perro llevaba siempre un mismo horario de comidas y, de repente, se le cambia y se queda demasiadas horas sin comer, pueden aparecer los vómitos de bilis. Otras causas de estos vómitos son algunos medicamentos, factores psicológicos o físicos que generan estrés o, simplemente, una alimentación de baja calidad.
Enfermedades digestivas en perros
Hay varias patologías que pueden causar vómitos de bilis, de ahí la importancia de acudir al veterinario para descubrirla y poder iniciar el tratamiento adecuado. Entre estas causas destacan, básicamente, las enfermedades inflamatorias, las úlceras gastrointestinales, algunas infestaciones de parásitos y determinados tipos de cáncer.
Quizás la causa más habitual de vómitos de bilis dentro de este grupo de enfermedades es la gastritis, que supone una irritación de la pared del estómago y causa vómitos intensos, generalmente después de comer.
Obstrucción intestinal en perros
Este tipo de obstrucciones suelen producirse por la ingesta de cuerpos extraños como juguetes, huesos, ropa, etc. Por eso son más comunes en cachorros o en perros destructivos o exploradores.
Las obstrucciones pueden ser completas o parciales. En ambos casos se producen vómitos continuos, que acaban por vaciar el estómago. Es urgente buscar atención veterinaria antes de que el cuadro se complique.
Cambios en la alimentación del perro
Si de repente introducimos un alimento nuevo en la dieta de nuestro perro, podemos causarle un episodio de vómitos amarillos. Cualquier alimento puede tener este efecto, de ahí que, siempre que se quiera introducir una modificación en la dieta, hay que ofrecer pequeñas cantidades y solo aumentarlas cuando se ha comprobado su inocuidad.
Pancreatitis en perros
Se conoce con el nombre de pancreatitis a la inflamación del páncreas. Es una patología de gravedad, capaz de causar la muerte del perro. El cuadro clínico se caracteriza por vómitos intensos, fiebre, diarrea y un fuerte dolor abdominal. Hay diferentes causas que la desencadenan. En cualquier caso, requiere atención veterinaria.
Enfermedades hepáticas en perros
El hígado desempeña importantes funciones en el organismo. Un fallo en su funcionamiento va a repercutir a todos los niveles, sobre todo en el aparato digestivo y en el sistema nervioso. Podemos sospechar de fallo hepático cuando hay vómitos, las mucosas se tiñen de amarillo o aparece ascitis, que es la acumulación de líquido en el abdomen.
Puede haber otros muchos síntomas inspecíficos, esto es, compartidos con otras enfermedades, lo que complica el diagnóstico y puede retrasarlo. Se hace necesario acudir al veterinario.
Prevención de los vómitos de bilis en perros
Dependiendo de la causa que los ha originado, el veterinario nos pautará el tratamiento más adecuado, una vez diagnosticada esta. Pero, si queremos prevenir que estos vómitos aparezcan es importante que escojamos una alimentación de calidad para nuestro perro.
Debemos darle su ración en una o varias veces al día, en función de sus necesidades, pero siempre procurando respetar un horario. No es aconsejable dejarlo muchas horas sin comer. Igualmente, no debemos introducir cambios en su menú ni alimentos nuevos de una manera brusca.
Hay que evitar las dietas con un exceso de grasa o a base de sobras de comida humana y vigilar que el entorno de nuestro perro, sobre todo si es un cachorro, sea seguro para evitar ingestas inadecuadas. Por otra parte, la desparasitación regular es la mejor forma de controlar la presencia de parásitos en el sistema digestivo.