La enfermedad de Cushing o hiperadrenocorticismo es un trastorno que se produce por un exceso de hormona cortisol en el organismo del gato. Se la considera poco frecuente en esta especie, pero es una dolencia a tener en cuenta, sobre todo en los ejemplares de más edad. Por este motivo, conviene que los cuidadores reconozcan su sintomatología habitual y sepan qué hacer si sospechan de la presencia de síndrome de Cushing en gatos.

Qué es el síndrome de Cushing

El hiperadrenocorticismo felino (HAF) es una enfermedad endocrina caracterizada por un exceso en la producción de cortisol, una hormona segregada por las glándulas adrenales. Se encarga de diferentes funciones en el organismo, relacionadas con el metabolismo y la respuesta al estrés. Según su causa, puede ser primario o secundario.

Causas de síndrome de Cushing

Existen varias causas que pueden explicar la aparición de hiperadrenocorticismo en los gatos. La que se considera más frecuente es la presencia de un tumor en la hipófisis (hiperadrenocorticismo secundario).

La hipófisis o glándula pituitaria está localizada en la base del cerebro y se encarga de la producción de distintas hormonas, que desarrollan diferentes funciones en el organismo. Los tumores en esta glándula, aunque generalmente benignos, conducen a un exceso en la secreción de ACTH (hormona adrenocorticotrópica) que, a su vez, estimula a las glándulas adrenales.

Otras causas a tener en cuenta son la hiperactividad de la hipófisis, lo que lleva a la secreción de más hormonas de las necesarias, o la existencia de un tumor en las glándulas adrenales (hiperadrenocorticismo primario).

Estas glándulas endocrinas se localizan al lado de los riñones y producen hormonas glucocorticoides, entre las que se encuentra el cortisol. Los tumores en ellas, que pueden ser benignos o malignos, aumentan la producción de estas hormonas.

Por último, los tratamientos prolongados con fármacos corticosteroides también pueden estar detrás del Cushing (hiperadrenocorticismo iatrogénico), al igual que los estados prolongados de estrés.

Qué gatos tienen síndrome de Cushing

Dentro de que es una enfermedad poco frecuente en los gatos, los que tienen más probabilidades de ser diagnosticados de hiperadrenocorticismo son aquellos ejemplares de mediana o avanzada edad. Además, parece que hay más casos en hembras que en machos, aunque es una cuestión que todavía está en estudio.

Signos clínicos del síndrome de Cushing

La sintomatología más común en los gatos con esta enfermedad incluye signos clínicos como los siguientes:

  • Aumento de la ingesta de agua (polidipsia), incremento de la eliminación de orina (poliuria) y mayor apetito (polifagia). Esta sintomatología se relaciona con otra enfermedad, la diabetes, que suelen presentar, también, los gatos con hiperadrenocorticismo cuando ya llevan un tiempo padeciendo la enfermedad.
  • Piel muy frágil y fina, con facilidad para que se produzcan infecciones y lesiones (síndrome de piel frágil felina). Estamos hablando de que el simple manejo del gato puede provocar daños en su piel.
  • Manto con mal aspecto y sin brillo.
  • Pérdida de pelo (alopecia) en parches.
  • Atrofia muscular.
  • Piel oscurecida (hiperpigmentación).
  • Apatía y depresión.
  • Adelgazamiento, aunque haya aumentado la ingesta de comida.
  • Abdomen distendido.
  • Infecciones, sobre todo problemas respiratorios, pues el cortisol provoca inmunosupresión, haciendo a estos gatos más propensos a enfermar.
  • Debilidad generalizada.
  • Cambios en el comportamiento habitual, por ejemplo, puede detectarse irritabilidad.

Diagnóstico del síndrome de Cushing

El diagnóstico del hiperadrenocorticismo en los gatos se basa en la revisión de la historia clínica, la observación de la sintomatología y los resultados de las pruebas de laboratorio prescritas por el veterinario, como análisis de sangre y de orina.

También se puede recurrir al diagnóstico por imagen, con la realización de ecografías para detectar tumores. Por lo tanto, ante la aparición de signos como los que hemos mencionado, se hace imprescindible contactar con este profesional.

Tratamiento del síndrome de Cushing

El tratamiento de esta enfermedad es complicado y va a depender de cada caso. El objetivo es controlarla administrando medicamentos para reducir la producción de cortisol. Estos fármacos deben someterse a un seguimiento periódico para comprobar que la dosis es la correcta.

También es posible recurrir a la radioterapia, que puede ofrecer eficacia con cada vez menos efectos secundarios. Esta técnica tiene que combinarse con fármacos, al menos durante algunos meses. Otra opción es la extracción de la glándula o glándulas adrenales afectadas.

En función de la sintomatología mostrada pueden administrarse suplementos nutricionales, dietas específicas, feromonas tranquilizantes, etc., a modo de complemento para mejorar la calidad de vida del gato y contribuir a la recuperación. En cualquier caso, el pronóstico de los gatos con síndrome de Cushing se considera reservado.