El hipotiroidismo es una enfermedad crónica que se desencadena cuando la glándula tiroides no funciona correctamente, produciendo menos hormonas tiroideas de las que se necesitan y desencadenando, en consecuencia, una serie de signos clínicos muy variados. En el siguiente artículo explicamos cómo reconocer esta enfermedad y de qué manera se puede tratar el hipotiroidismo en perros.

¿Qué es el hipotiroidismo?

La glándula tiroides, localizada bajo la faringe, produce las hormonas tiroideas. Cuando estas hormonas no se generan en la cantidad suficiente, estaremos ante un caso de hipotiroidismo. Puede ser primario, más común, o secundario y también se habla de un hipotiroidismo congénito, diagnosticado en ejemplares jóvenes.

Las hormonas tiroideas cumplen una importante función en el metabolismo de todo el organismo, por lo que la sintomatología que apreciemos puede afectar a múltiples sistemas.

Causas de hipotiroidismo

Cualquier causa que afecte al funcionamiento de la glándula tiroides puede desencadenar hipotiroidismo. Destacamos las siguientes circunstancias y factores de riesgo:

  • Alteración autoinmune en la que el propio organismo ataca a la glándula.
  • Degeneración de la glándula.
  • Crecimientos anómalos en la glándula, aunque es una causa menos frecuente.
  • Problemas en la hipófisis (interviene en la producción hormonal), que se dan también en un número reducido de casos.
  • Factores de riesgo como la edad (el hipotiroidismo es más común en perros de mediana y avanzada edad), el tamaño (afecta más a perros grandes y medianos) y la raza, siendo una enfermedad más diagnosticada en el golden y el labrador retriever, el dóberman, el bóxer, el teckel, el cocker, el beagle, el gran danés, el setter, el caniche o el schanuzer miniatura.

Signos clínicos de hipotiroidismo

Los signos clínicos que se pueden detectar en un perro con hipotiroidismo pueden ser muy distintos e inespecíficos, es decir, comunes a los presentes en otras enfermedades. Incluso algunos pueden asociarse al envejecimiento y entenderse como normales.

Además, suelen aparecer de forma gradual. Todo esto puede retrasar y dificultar el diagnóstico. Destacamos los siguientes signos clínicos a los que debemos prestar atención:

  • Generales: letargo, intolerancia al frío y al ejercicio, aumento de peso, debilidad, atrofia muscular, etc.
  • Digestivos: estreñimiento, diarrea, vómitos, etc.
  • Neurológicos: parálisis en la cara, cabeza ladeada, problemas de equilibrio, ataxia, debilidad en las patas en un mismo lado, cojera, convulsiones, megaesófago, etc.
  • Dermatológicos: alopecia bilateral, simétrica y sin picor, piel seca, inflamada, engrosada y oscurecida, pelo mate, seco y que se rompe con facilidad, seborrea, descamación, irritaciones, pústulas, acumulación de líquido en la cara, pioderma, etc.
  • Cardiovasculares: lentitud en el ritmo cardiaco, arritmias, ateroesclerosis, etc.
  • Reproductivos: infertilidad, carencia de celo, secreción de leche (sin que se deba a la lactancia), mamas agrandadas en los machos, etc.
  • Oculares: úlceras en las córneas, movimientos anómalos en los ojos, inflamación de los párpados, uveítis, etc.
  • Comportamentales: agresividad, miedo, hiperactividad, conductas compulsivas, cuadro semejante al del síndrome de disfunción cognitiva, etc.
  • En el hipotiroidismo congénito se identifica enanismo, problemas en la piel, estreñimiento, alteraciones de la movilidad, etc.

Diagnóstico de hipotiroidismo

Si detectamos alguno de los signos clínicos mencionados, debemos acudir al veterinario. Al ser tantos y tan variados, podrían corresponderse a hipotiroidismo o a muchas otras enfermedades. Solo el profesional podrá llegar al diagnóstico.

El hipotiroidismo se puede confirmar tomando una muestra de sangre y analizando los niveles de la hormona T4, producida por la glándula tiroides. Unos valores bajos pueden ser indicativos de la enfermedad, lo que se puede asegurar realizando otras pruebas de laboratorio o una ecografía de la glándula.

Tratamiento del hipotiroidismo

Una vez se determina que un perro padece hipotiroidismo, el tratamiento es sencillo, pero los cuidadores tienen que ser conscientes de que deberán administrarlo de por vida. Consiste en pastillas de levotiroxina sódica (forma sintética de la hormona T4) que se dan una o dos veces al día y que le aportan al perro las hormonas que le faltan.

Es fundamental encontrar la dosis adecuada, por lo que el veterinario tendrá que pautar una de inicio, según el peso del perro, pero también un seguimiento para comprobar su eficacia. En base a los resultados, podrá realizar ajustes. Con el tratamiento veremos que la sintomatología remite, aunque puede tardar un tiempo en hacerlo, incluso varios meses.