Los tumores o neoplasias en la boca de los perros son relativamente frecuentes. Por este motivo, es interesante que los cuidadores sepan que existen, cuáles son los signos clínicos a los que hay que prestar atención, qué tipos de tumores son los más habituales y cuál es su tratamiento y su pronóstico. En el siguiente artículo respondemos a todas estas cuestiones sobre los tumores en la boca del perro.

Signos clínicos de tumores en la boca

Podemos sospechar que nuestro perro tiene un tumor en la boca si observamos signos clínicos como los siguientes, que deben llevarnos a solicitar una cita con el veterinario:

  • Masa o crecimiento anómalo en cualquier lugar de la boca.
  • Mal olor del aliento (halitosis).
  • Hipersalivación.
  • Dificultades para deglutir.
  • Pérdida de piezas dentales (también se puede ver que se mueven).
  • Adelgazamiento.
  • Dolor cuando intentamos abrir la boca.
  • Con menos frecuencia, se pueden detectar asimetrías en la cara y el ojo fuera de la órbita.

Tipos de tumores en la boca

Los tumores más frecuentes que se diagnostican en la boca de los perros son los siguientes:

  • Melanoma oral maligno: es la neoplasia oral más frecuente, normalmente localizada en encías, labios, lengua y paladar duro. Se trata de un tumor agresivo que puede provocar metástasis, que es la que suele acabar causando la muerte. Suele ulcerarse y afectar al hueso. Es más común en perros de edad avanzada, que superan los 10 años, y se diagnostica más en algunas razas, sobre todo en el cocker spaniel.
  • Carcinoma de células escamosas: se considera la segunda neoplasia oral en orden de frecuencia. Puede ser de dos tipos, tonsilar o no tonsilar. El tonsilar tiene mayor potencial metastásico.
  • Fibrosarcoma: es el tercer tumor oral canino en cuanto a frecuencia. Acostumbra a crecer con rapidez, dañar el hueso y deformar la cara. Es bastante agresivo a nivel local y también puede metastatizar.
  • Ameloblastoma acantomatoso: es un tumor benigno con forma de coliflor. Afecta más a razas como el golden retriever, el akita inu o el cocker spaniel. Se ve de color rojo y puede ulcerarse. Se considera agresivo localmente, pero no se registran metástasis, de ahí que tenga buen pronóstico.

Diagnóstico de los tumores en la boca

En primer lugar, el veterinario tendrá que confirmar que la masa es un tumor y de qué tipo. Con este objetivo, tomará una muestra para examinar al microscopio o la extraerá para su análisis, lógicamente con el animal anestesiado.

Aprovechando esta situación, se recomienda examinar a fondo la cavidad bucal y realizar radiografías o TC (tomografía computerizada) de la cabeza para valorar cuál es la extensión del tumor y obtener toda la información posible. También se debe radiografiar el tórax por si hubiese metástasis. Todos estos datos son necesarios para dar un pronóstico y plantear un tratamiento.

Tratamiento de los tumores en la boca

Normalmente, el tratamiento pasa por una intervención quirúrgica combinada con la administración de radioterapia o quimioterapia. En la operación suele ser necesario retirar una parte del hueso. Hay que tener en cuenta que no solo se debe retirar el tumor propiamente dicho, sino una amplia zona de seguridad a su alrededor. Esto no siempre será factible.

Por su parte, la radio y la quimioterapia pueden usarse con fines curativos o paliativos. Por desgracia, a pesar del tratamiento, pueden darse recidivas o metástasis. Debe destacarse que la medicina veterinaria está evolucionando y se trabaja en nuevas opciones de tratamiento, como la inmunoterapia, para mejorar el pronóstico de este tipo de tumores.

Pronóstico de los tumores bucales

El pronóstico va a depender del tipo de tumor que se diagnostique, el estadio clínico en el que se encuentre (más o menos grave/extendido), su localización, etc. El tamaño y la localización suelen ser los factores más importantes a la hora de establecer un pronóstico.

Este puede ser muy grave, como en el melanoma oral maligno o el fibrosarcoma, que cuentan con una esperanza de vida situada alrededor del año o incluso menos. En el caso contrario, el ameloblastoma acantomatoso tiene un pronóstico excelente.