La maniobra de Heimlich, también conocida como compresión abdominal, es un popular procedimiento utilizado en primeros auxilios cuando se produce un atragantamiento, ahogamiento o asfixia.
Se basa en realizar compresiones abdominales para liberar las vías aéreas de cualquier elemento que las esté obstruyendo con el objetivo de recuperar la respiración normal. Pero, ¿se puede hacer esta técnica en los perros? En el siguiente artículo explicamos cómo y cuándo debemos recurrir a la maniobra de Heimlich en perros.
Cuándo necesita un perro la maniobra de Heimlich
Esta maniobra se aplica para desobstruir las vías respiratorias cuando algún elemento las está bloqueando. En estos casos, veremos en el perro signos clínicos como los siguientes, que se presentarán de manera repentina y se corresponderán con los intentos del perro por librarse de aquello que lo está ahogando:
- Tos fuerte.
- Dificultades para respirar.
- Rascado del hocico con las patas.
Este tipo de signos clínicos señalan la presencia de algún bloqueo en la laringe, como el que causa un cuerpo extraño. Estos pueden ser variados, como juguetes (por ejemplo, una pelota), calcetines, huesos, etc. Los perros tienen tendencia a explorar con la boca, lo que lleva a la ingesta de múltiples objetos que pueden suponer serias complicaciones para su salud.
Qué hacer si un perro se ahoga
Si apreciamos en nuestro perro una situación con signos clínicos como los que hemos descrito, lo ideal sería retirar el objeto que está obstruyendo sus vías respiratorias. No siempre es sencillo, pues no tiene por qué estar visible. Los perros en esta situación pueden entrar en colapso al no conseguir respirar por sí solos.
En ese caso, habría que tumbarlo de lado, con la cabeza más baja que el resto del cuerpo, abrirle bien la boca, tirarle de la lengua todo lo posible e introducir los dedos por el lateral para atrapar el objeto y retirarlo. Una vez liberadas las vías respiratorias, se iniciará respiración artificial o RCP (respiración artificial y masaje cardiaco).
Pero cuando no logramos ver el cuerpo extraño, o llegamos a visualizarlo pero no conseguimos alcanzarlo bien, nunca debemos forzar. Con nuestros dedos podríamos introducirlo todavía más en la garganta, agravando la asfixia. Es en este momento en el que se recomienda la maniobra de Heimlich. En cualquier caso, el ahogamiento es una urgencia veterinaria que requiere una rápida asistencia.
Maniobra de Heimlich
Las compresiones abdominales que supone esta maniobra pueden hacerse de manera similar a la técnica que se sigue con las personas, pero cambiando la posición inicial, en función del tamaño del perro.
Así, podemos sujetarlo en nuestro regazo, apoyando su lomo contra nuestro pecho y poniéndolo boca abajo. A los perros grandes los podemos atender de pie, situándonos por detrás y levantándoles las patas traseras, como si quisiéramos hacer la carretilla.
En ambos casos, lo que se busca es una postura que intente aprovechar la gravedad para expulsar el objeto. Actuaremos de la siguiente manera, paso a paso:
- Rodeamos la cintura del perro con nuestros brazos. Cerramos el puño de una mano y lo sujetamos con la otra. Colocamos el puño en la parte superior y media del abdomen, al final del esternón (en el vértice de la V que forma la caja torácica).
- Comprimimos el abdomen con energía, con el puño hacia arriba y hacia dentro. Hacemos cuatro compresiones seguidas y rápidas. El objetivo es desplazar el diafragma hacia arriba, expulsando el aire con fuerza por la laringe para que el cuerpo extraño salga.
- Podemos examinar el interior de la boca por si estuviese ya en el exterior el objeto causante de la obstrucción, aunque no haya caído al suelo.
- Si no hay rastro del cuerpo extraño, podemos recurrir a la respiración artificial, dando tres respiraciones boca-nariz.
- El siguiente paso es propinar un golpe seco con la base de la mano entre los omóplatos. Si el objeto no sale ni lo encontramos al revisar el interior de la boca, debemos repetir los pasos desde el inicio. Por supuesto, hay que contactar con el veterinario e intentar llegar a una clínica. Podemos ir haciendo la maniobra en el coche.
- Si conseguimos que el perro expulse el cuerpo extraño, hay que comprobar sus constantes. Puede ser necesario iniciar respiración artificial o masaje cardiaco. Incluso aunque nos parezca que el perro está bien, debe revisarlo un veterinario por si hubiese alguna lesión o secuela.
La maniobra de Heimlich es un procedimiento agresivo al que debemos recurrir solo si tenemos la seguridad de que es necesario y de que lo vamos a hacer correctamente. De lo contrario, podría ser perjudicial.