Como indica su nombre, la insuficiencia renal hace referencia a un funcionamiento insuficiente de los riñones. En otras palabras, estos órganos dejan de poder cumplir su cometido en el organismo, lo que causa diferentes signos clínicos.
La insuficiencia renal puede ser aguda o crónica y se clasifica en varias fases según su gravedad, tratamiento y pronóstico. En el siguiente artículo hablamos de la insuficiencia renal en perros, centrándonos en sus signos clínicos, su diagnóstico y su tratamiento.
Qué es la insuficiencia renal
Los riñones son órganos que cumplen importantes funciones en el organismo, como la filtración de la sangre para eliminar sustancias de desecho a través de la orina. Cuando, por algún motivo, dejan de poder cumplir esta tarea, lo primero que sucede es un mecanismo de compensación.
El organismo intentará compensar el fallo, lo que va a conseguir durante algún tiempo. Pero una vez el daño es tan grande que ya no es posible compensarlo, el perro presentará diferentes signos clínicos.
La insuficiencia renal puede aparecer de forma repentina o aguda o manifestarse de manera crónica, cuando los riñones se van deteriorando con el tiempo. Esta insuficiencia renal crónica es la más habitual en los perros de edad avanzada.
Signos clínicos de insuficiencia renal
Hemos explicado que el organismo es capaz de compensar la insuficiencia renal durante un tiempo. Esto hace que al diagnóstico se llegue, en numerosas ocasiones, cuando el daño renal ya está muy avanzado.
Por este motivo, no solo es importante acudir al veterinario si apreciamos alguna anomalía en el perro, sino que también hay que ir a las revisiones que nos paute el profesional, especialmente a partir de los 7-8 años de edad. En cualquier caso, los signos clínicos más habituales son los siguientes:
- Polidipsia: el perro bebe más cantidad de agua de lo hasta entonces normal.
- Poliuria: aumento de la cantidad de orina excretada, que es lo que hace que el perro beba más para compensar la pérdida. Algunos ejemplares pueden orinar dentro de casa.
- Anuria: ausencia de orina. Requiere asistencia veterinaria inmediata.
- Trastornos digestivos: principalmente, vómitos y diarrea.
- Deshidratación.
- Pérdida de peso: hay un adelgazamiento progresivo en los casos de insuficiencia crónica y, en general, una mala condición física.
- Mal aspecto del manto.
- Anorexia: el perro deja de comer, come muy poco o solo determinados alimentos.
- Heridas en el interior de la boca.
- Edemas: se trata de líquido que se acumula en distintas partes del cuerpo, como el abdomen o las extremidades.
- En los casos más graves el perro puede entrar en shock.
Diagnóstico de la insuficiencia renal
Los signos clínicos que manifieste el perro pueden sugerirle al veterinario la presencia de insuficiencia renal, sobre todo si es un ejemplar de edad avanzada. Pero esta enfermedad también se puede descubrir en fases iniciales durante las revisiones.
Los análisis de sangre y orina suelen ser las pruebas diagnósticas que se utilizan para descubrir esta enfermedad. Permiten medir los valores de parámetros renales, como la creatinina y la urea (estarán aumentados), pero, también, sirven para evaluar el estado general del perro, observando el hematocrito, el fósforo o la albúmina. En la orina puede observarse la densidad, que estará baja en los perros con insuficiencia renal.
Otro parámetro que ha cobrado importancia es el SDMA, un biomarcador que facilita el diagnóstico de la insuficiencia antes de que se eleve la creatinina. También se puede medir la presión arterial y hacer ecografía o radiografía para observar, directamente, el aspecto de los riñones.
Tratamiento de la insuficiencia renal
La insuficiencia renal siempre requiere atención veterinaria. Si es aguda, es fundamental que este profesional estabilice al perro. Para ello lo habitual es que lo ingrese y le administre fluidos intravenosos y la medicación que necesite. En los casos crónicos, el tratamiento comprende varios aspectos:
- Dieta: los perros con insuficiencia renal deben consumir una alimentación específicamente formulada para esta condición, como la gama Special Care de NFNatcane (siempre bajo supervisión veterinaria). Se trata de preservar, en lo posible, la función renal y no sobrecargar los riñones. Tan importante como el alimento es la hidratación, por eso debemos optar por comida húmeda o remojar el pienso.
- Medicación: dependiendo de cada caso, el veterinario puede prescribir diferentes fármacos con el objetivo de controlar la sintomatología (por ejemplo, los vómitos) y preservar, todo lo posible, la calidad de vida del perro.
- Seguimiento: periódicamente, los perros con insuficiencia renal, aunque estén estables, deben acudir a revisión veterinaria. De esta forma, se puede ir ajustando el tratamiento y enfrentar, de forma temprana, nuevos signos clínicos que puedan surgir.
Pronóstico de la insuficiencia renal
La insuficiencia renal aguda tiene cura, aunque las lesiones en uno o ambos riñones pueden ser permanentes. En cambio, los casos crónicos no pueden curarse e irán empeorando con el tiempo.
Que no se puedan curar no quiere decir que no debamos tratarlos tal y como hemos explicado, pues sí podemos mejorar mucho la calidad de vida del perro, sobre todo si el animal se encuentra en las primeras etapas de la enfermedad.
La insuficiencia renal en fases más avanzadas tiene peor pronóstico. La esperanza de vida de estos perros puede ser de tan solo unos meses. Aun así, deben tratarse para que, el tiempo que vivan, lo hagan con la mejor calidad posible.