La historia del Burmés comienza en el Lejano Oriente, pero fue a través de un meticuloso proceso de cría selectiva en Occidente como se desarrolló la raza tal y como la conocemos hoy.
El ancestro del Burmés moderno es un gato llamado Wong Mau, que fue traído de Birmania (actual Myanmar) a Estados Unidos en 1930 por el Dr. Joseph Thompson de San Francisco. Wong Mau fue descrito inicialmente como un gato de color marrón chocolate, diferente tanto de los Siameses como de los gatos de pelo corto americanos. La creencia inicial era que Wong Mau era una variante de color del gato Siamés.
El Dr. Thompson, junto con otros criadores y genetistas, comenzó un programa de cría para establecer y definir la raza Burmés. Wong Mau fue cruzada con un gato Siamés para estudiar la herencia de su color distintivo. Los descendientes de estos cruces ayudaron a determinar que Wong Mau era en realidad un híbrido entre el Siamés y lo que ahora conocemos como el Burmés moderno.
A través de cuidadosos programas de cría, los criadores seleccionaron gatos que exhibían el deseado color marrón sólido y trabajaron para fijar otras características deseables, como un cuerpo compacto y musculoso, una cabeza redonda con ojos grandes y expresivos, y un carácter extrovertido y cariñoso.
El esfuerzo por establecer la raza Burmés llevó a su reconocimiento oficial en Estados Unidos por la Cat Fanciers’ Association (CFA) en 1936. Sin embargo, la raza enfrentó desafíos en cuanto a la uniformidad y definición de sus características, lo que llevó a que el reconocimiento fuera retirado temporalmente hasta que se establecieran estándares de raza más estrictos. En 1953, la CFA restableció el reconocimiento de la raza.
Por otro lado, en Europa, especialmente en el Reino Unido, el desarrollo de la raza Burmés tomó un camino ligeramente diferente, con algunas variaciones en el tipo y los colores reconocidos. Esto llevó a una distinción entre el Burmés americano y el Burmés europeo, aunque ambos comparten muchas de las mismas características cariñosas y sociables.
Morfología de la raza Burmés
Según la información de su morfología que sacamos de TICA (The International Cat Association), el Burmés viene en una gama de colores sólidos y carey: marrón intenso y oscuro; azul medio y cálido; chocolate beige miel cálido con matices rosas o leonados; un precioso lila que varía en tono desde un gris rosáceo brillante a un platino plateado con matices rosas; rojos de un albaricoque dorado claro con matices melón-naranja; cremas intensos y cálidos con toques de albaricoque; y la suave mezcla de rojo o crema, chocolate, azul o lila que se encuentra en los carey.
En los gatos jóvenes, los puntos serán más oscuros, pero a medida que el gato envejece y el pelaje madura, el color del cuerpo se vuelve más intenso y rico hasta que solo hay una ligera diferencia entre este y el color de las patas, la cabeza y la cola.
El Burmés es un gato de tamaño mediano y compacto, con un cuerpo fuerte y bien musculoso que lo hace sorprendentemente pesado para su tamaño. Tiene un pelaje corto, sedoso y sencillo que abraza el cuerpo musculoso y es un placer acariciarlo. El Burmés es un gato robusto como un pequeño bulldog, siendo las hembras más pequeñas que los machos. La cabeza es redondeada y sus grandes ojos dorados de aspecto inocente le confieren una expresión dulce.
Su pelaje satinado requiere poco mantenimiento. Un cepillado semanal con un cepillo de goma para eliminar los pelos sueltos abrillantará el pelaje hasta dejarlo brillante. Los aceites de las caricias y las caricias con las manos ayudan a mantener el equilibrio del pelaje, y una rápida limpieza con una gamuza le dará el toque final.
Campeones de Burmés
Si observamos en la web oficial de TICA, podemos encontrar a los tres gatos Burmés que son considerados campeones “Mejor de la raza” haswta la actualidad. En este caso, estamos hablando de IW BW SGC BURMALEUS YETI, que obtuvo el título de ‘Best Burmese Cat Of The Year’, y de RW BW SGCA EVITA NERISSA OF SEASEDGE, que se erigió como ‘Best Burmese Alter Of The Year’.
¿Cuánto cuesta un cachorro de Burmés?
El precio de un Burmés cachorro puede rondar entre los 750 euros y los 1.200 euros, aunque como siempre te decimos, el precio final varía en función de factores como la edad, la ubicación del criadero y el pedigrí, entre otros.