Mantener las uñas de un can en buenas condiciones va más allá del tema estético. Es uno de los cuidados básicos que no deberías descuidar, ya que un largo excesivo puede causarles problemas de postura o heridas. Sigue leyendo para aprender cómo cortar las uñas de un perro en casa y de forma correcta.
Paso a paso para cortar las uñas de un perro
Aunque en ocasiones puede resultar algo complicado, siguiendo ciertas indicaciones y estableciendo una rutina verás que cada vez resulta más llevadero para ambos.
¿Qué herramientas serán útiles en el proceso?
Para cortar las uñas de un perro es importante que utilices utensilios adecuados, diseñados específicamente para ello. Nunca lo hagas con un corta-uñas para humanos, pues sus uñas no son como las nuestras.
Lo más común es utilizar un cortador tipo tijera o de guillotina. Los primeros son más recomendados para canes pequeños, mientras que los otros son más adecuados para perros grandes con uñas gruesas.
También debes tener preparadas gasas y un polvo astringente coagulante, por si se produce algún pequeño corte. Además es buena idea que tengas a mano algunas golosinas que le gusten, para animarle a colaborar y recompensarle si se porta bien.
Manos a la obra. Cómo cortar las uñas de un perro
A la hora de cortar las uñas es fundamental crear un entorno tranquilo y esperar a que el can esté relajado antes de empezar con el proceso. Por este motivo, un perro que tenga este hábito desde cachorro responderá mucho mejor cuando toque ponerse manos a la obra.
Comienza por las patas delanteras
En primer lugar, céntrate en las patas delanteras. Debes revisar muy bien la uña para identificar en qué punto cortar. Haz que se ponga de pie y estudia la zona con tranquilidad. Las uñas de los perros crecen alrededor de tejido vivo, por eso has de tener mucho cuidado de no cortar demasiado arriba para no lastimarle. Si las miras a trasluz, verás que la parte del tejido vivo se aprecia como una línea rosada dentro de la uña.
Es fundamental que, antes de comenzar, se acostumbre al siguiente ritual. Enséñale la tijera y luego rózalo con ésta. Primero en la pata y luego en la uña. Acto seguido dale una golosina para crear un vínculo positivo con el objeto. Puedes necesitar unos minutos hasta que el can se adapte a este artilugio desconocido para él. Una vez que esté calmado podrás dar el siguiente paso.
Llegado el momento de la verdad, coge su pata de manera firme y suave. El corte debe ser rápido, con una dirección recta y en paralelo a la planta de sus patas. Puede ser necesaria una ligera inclinación descendente, pero con mucha precaución. El resultado debe ser un corte horizontal que quede plano cuando apoye la pata sobre el suelo. Evita cortar el exceso de uña de manera diagonal descendente u oblicua, pues lo más seguro es que le hagas daño.
Y recuerda, debajo de las uñas tienen una gran cantidad de materia viva (vasos sanguíneos, carne), así que revisa bien dos veces antes de cortar, asegúrate de cortar solo la punta de la uña y no cerca de sus patas.
Prémiale y sigue con sus patas traseras
Tras cortar la primera uña, y antes de continuar con las demás, prémiale de nuevo para que relacione esta experiencia con algo positivo. Para ocuparte de las patas traseras, lo más cómodo es que tumbes al perro de costado sobre una mesa o en el suelo.
Utiliza tu cuerpo para que no se mueva. ¡Y no te olvides de los espolones! Son las uñas que crecen de costado y que no están en contacto con el suelo. Éstas se desgastan menos y necesitan mayores recortes que el resto para evitar que se claven en la piel.
¿Qué hacer si tiene las uñas negras?
Algunas razas tienen uñas de color muy oscuro, lo que hace difícil detectar los puntos de carne viva. En estos casos deberás cortar muy poco a poco e ir comprobando su interior hasta que observes un punto negro. Esto marcará que has llegado al tejido, por lo que ya no debes seguir. Otra opción – menos recomendada – es acostarte en el suelo para observar la parte sobrante. Sin embargo, de este modo te será más difícil controlar con exactitud la longitud del corte.
Ante cualquier duda sobre cómo actuar en estos casos, lo mejor es que contactes con un veterinario o un especialista en cuidados caninos. Ellos podrán asesorarte teniendo en cuenta las particularidades de cada caso y enseñarte a hacerlo de la manera más saludable para el can.