En el reino de las razas caninas, el Ratón de Praga destaca como un pequeño tesoro lleno de encanto y elegancia. Este perro diminuto, originario de la República Checa, ha conquistado los corazones de aquellos que buscan una compañía llena de energía y personalidad.
El Ratón de Praga, conocido localmente como «Pražský krysařík», se presenta como una joya canina de tamaño reducido. Su historia se remonta a la antigua Bohemia, donde fue apreciado por la realeza y la aristocracia por su valentía y carácter amigable. A pesar de su diminuto tamaño, este pequeño canino es valiente y lleno de vitalidad, lo que lo convierte en una opción ideal para aquellos que buscan una mascota vibrante.
Con su pelaje suave y brillante, orejas erguidas y expresivos ojos oscuros, el Ratón de Praga no solo es una delicia visual, sino también una fuente constante de alegría. Su temperamento adaptable lo hace adecuado tanto para hogares activos como para aquellos que buscan compañía constante.
A pesar de su tamaño diminuto, el Ratón de Praga es conocido por su energía inagotable y su espíritu juguetón. Son perros leales y afectuosos que disfrutan pasar tiempo con sus dueños. Y es que, su tamaño compacto los convierte en compañeros ideales para aquellos que viven en espacios más pequeños.
Morfología de la raza Ratón de Praga
El Ratón de Praga es una de las razas más pequeñas del mundo canino. Su altura se sitúa típicamente entre 21 y 23 centímetros, y su peso oscila entre 2,60 kilogramos. A pesar de su tamaño diminuto, su estructura es armoniosa y bien proporcionada, con una apariencia general elegante.
La cabeza del Ratón de Praga es distintivamente redonda, con un cráneo ligeramente abovedado. Los ojos son grandes, oscuros y expresivos, aportando una dosis extra de ternura a su apariencia. La expresión alerta y amigable de sus ojos es una de las características más cautivadoras de la raza.
Las orejas son erguidas, triangulares y de tamaño moderado. Contribuyen a su expresión alerta y le dan un toque de vivacidad. La cola es llevada en alto y puede ser ligeramente curvada sobre la espalda, agregando gracia a su figura.
En cuanto al pelaje del Ratón de Praga, es corto, fino y suave al tacto. Aunque pueden presentarse en varios colores, incluyendo negro y fuego, gris y fuego, o rojo, la textura sedosa de su pelaje es constante. Su manto liso y brillante no requiere cuidados intensivos, lo que facilita su mantenimiento. Las extremidades son delicadas y proporcionadas al tamaño de su cuerpo. Las patas son compactas, con almohadillas plantares firmes. Esta estructura física le brinda agilidad y movimientos gráciles.
La raza exhibe una dentadura completa y una mordida de tijera, donde los incisivos superiores se superponen ligeramente sobre los inferiores. Una boca sana y bien proporcionada es esencial para la salud general de estos pequeños caninos.
Por otra parte, para completar la información, seguimos el estándar del FCI:
- Movimiento: Las angulaciones equilibradas entre el anterior y el posterior darán lugar a un movimiento estable, fluido, paralelo y ágil. El perro no debe arrastrar las almohadillas. El trote debe abarcar bastante terreno.
- Comportamiento / temperamento: Gentil, curioso y afectuoso. Veloz, con un buen movimiento y un paso regular. Por naturaleza, algo reservado con los extraños pero muy amistoso en familia. Tiene una nobleza y un carácter naturales.
Campeones de Ratón de Praga
Si bien el Ratón de Praga no es muy conocido en España, lo cierto es que al ser originario de la República Checa es realmente famoso en la región. Tanto, que los campeones más valorados han salido de certámenes y campeonatos que se han realizado allí.
De entre los más reconocidos se encuentran Abby Black Hradec Hvezda, que fue Campeona de CR 2022, Tequila Un regalo del pasado, que consiguió el título de Campeón de Clubs de 2022 y Regalo de poder seguro, que recibió el premio de Campeón de Clubs pero de este año 2023.
¿Cuánto cuesta un cachorro de Ratón de Praga?
El Ratón de Praga es uno de los perros más económicos a la hora de comprar un cachorro. Y es que, el precio medio oscila entre 200 euros y 600 euros, dependiendo, por supuesto, del criadero, la edad del cachorro y el pedigrí, entre otras cosas.