La orden de llamada es la primera que debe conocer un perro. Esta herramienta es básica para controlar su comportamiento y evitar que se pelee, se escape o se pierda. Por eso, es clave que le enseñes esta medida de disciplina cuando aún es un cachorro, ya que durante esta etapa aprenderá más fácilmente cuáles son las normas a seguir. Aprende cómo educar a un can para que acuda a la llamada con estas pautas básicas.
¿Qué se necesita para que un perro acuda a la llamada?
Para entrenar a un perro se necesitan grandes dosis de paciencia y constancia. Si cuentas con estas dos aptitudes, lo demás es muy fácil de conseguir.
- Un ambiente positivo: la relación debe ser armónica antes de comenzar este proceso. Por tanto, debes evitar empezar el entrenamiento si el perro está cansado o nervioso.
- Un lugar adecuado para el adiestramiento: la instrucción de tu perro debe comenzar en un lugar tranquilo y sin distracciones. Es preferible hacerlo en un espacio más íntimo que un parque, donde habrá muchos estímulos que no dejaran que se centre en ti.
- Suficientes golosinas para premiarle: es fundamental que te aprovisiones de sus golosinas favoritas. El refuerzo positivo a través de la comida es el principal método para afianzar su conducta.
- Una correa larga: en las primeras sesiones te será útil una correa que te permita darle espacio, así no se sentirá agobiado. Procura que sea cómoda.
- Un tono de voz firme: la llamada debe ser clara y segura. Si tu voz demuestra miedo, ruego o dudas, el can se sentirá al mando y no te hará caso.
Si ya cuentas con lo necesario, es momento de comenzar con las clases. ¿Preparado?
Cómo educar a un perro para que te haga caso cuando le llames
Puedes empezar a adiestrar a un cachorro a partir de los cuatro meses. A esta edad ya son lo suficientemente maduros para seguir tus órdenes (básicas). Lo ideal es que las primeras clases sean en casa.
Una vez le has puesto la correa, haz que se siente. Luego enséñale su golosina favorita y aléjate. Tras dar unos pocos pasos, gira y llámale sin dejar de mostrarle el premio. Cuando se acerque dile “sí”. Dale la golosina solo cuando llegue donde tú estás. Debes repetir este ejercicio en varias ocasiones, puedes ir cambiando y, en lugar de comida, darle su juguete preferido.
Una vez que haya dominado esta acción, intenta llamarle sin el premio hasta que logres que venga solo con escuchar tu voz. ¿Conseguido? Entonces es momento de aumentar la dificultad. Prueba llamando desde distancias más alejadas o desde otras habitaciones. Es importante que realices este ejercicio diariamente, evitando que las sesiones sean demasiado largas para no agobiar demasiado al can y evitar que se aburra.
Si ha aprendido a seguir las instrucciones básicas dentro de casa y sin correa, ya podrás comenzar con las prácticas en la calle. En un principio, éstas deben hacerse con correa. Elige rincones donde no haya muchos perros o cosas que puedan distraerle de nuestras órdenes. Si quieres practicar fuera de casa y sin correa, hazlo solamente en lugares cercados donde no haya riesgos de escape. Por ejemplo, un parque canino.
Lo que nunca debes hacer durante un entrenamiento
Nunca termines una sesión tras fallar o si no ha completado bien el ejercicio. Si terminas el entrenamiento tras una llamada exitosa, ambos estaréis más motivados para el día siguiente. Si ves que algo es muy difícil y no puede lograrlo, intenta algo más fácil para que pueda terminar la sesión con buen sabor “de hocico”.
Tampoco intentes que el can venga por alguna razón que no le guste, ya que relacionará la llamada con algo malo y dejará de hacerte caso. Nunca le desates si no domina totalmente el ejercicio. Si por algún motivo no viene cuando se lo ordenas, no repitas la acción. En estos casos acércate y cógelo. Así entenderá qué es lo que se espera de él.
No lo olvides, la palabra clave es «paciencia«. Se trata de un proceso que puede llevar su tiempo y que, además, puede variar dependiendo del carácter del ejemplar y de la raza. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena y los resultados ayudarán a mejorar la comunicación entre tú y tu fiel amigo.