Quizá no hayas oído hablar mucho de él, y es que el Boyero de Appenzell no es muy conocido fuera de Suiza, pero poco a poco ha conseguido ir conquistando el corazón de todos.
Aquí te contamos el motivo y su increíble historia a lo largo de los años, desde su creación hasta las grandes películas de Hollywood donde aparece el Boyero de Appenzell.
Origen del Boyero de Appenzell
El Boyero de Appenzell es una raza de perro de trabajo originaria de Suiza, específicamente de la región de Appenzell. Junto con el Boyero de Berna, el Boyero de Entlebuch y el Boyero de Friburgo, el Boyero de Appenzell es uno de los cuatro perros boyeros suizos.
Se cree que la raza tiene una historia muy antigua y ha sido utilizada durante siglos como un perro de trabajo en los Alpes suizos. Su tarea principal era pastorear ganado y protegerlo de los depredadores.
El Boyero de Appenzell es una raza muy resistente y trabajadora, capaz de sobrevivir y prosperar en las condiciones climáticas extremas de las montañas suizas. Aunque su origen exacto es incierto, se sabe que la raza ha sido criada selectivamente en Suiza desde hace varios siglos y se ha mantenido fiel a sus orígenes como perro de trabajo.
Hoy en día, el Boyero de Appenzell es una raza muy valorada en todo el mundo como perro de trabajo y también como mascota. La raza se ha expandido más allá de las montañas suizas y se ha convertido en un perro popular en muchas partes de Europa y América del Norte.
Procedencia del nombre de Boyero de Appenzell
Como te imaginarás, el nombre «Boyero de Appenzell» no es por ninguna habilidad o nombre del creador, sino que se refiere a la región suiza de Appenzell, donde se originó la raza y donde se ha criado selectivamente durante siglos.
«Boyero» hace referencia a la función tradicional del perro como perro de trabajo en la ganadería, especialmente en la conducción y el pastoreo de ganado bovino en las montañas. En este sentido, el Boyero de Appenzell era muy valorado por su habilidad y tenacidad para trabajar en terrenos difíciles y en condiciones climáticas extremas, lo que lo convierte en un perro muy útil para los pastores y agricultores de la región.
Boyero de Appenzell y las celebridades
A pesar de que esta curiosa raza no ha sido tan popular como lo han podido ser otras, el Boyero de Appenzell ha sido admirado por algunos famosos del momento. Y es que este perro, es realmente valorado por su lealtad y personalidad afectuosa.
De hecho, el actor Gerard Butler, conocido por sus papeles en películas como «300» y «El Fantasma de la Ópera», ha sido visto paseando con su Boyero de Appenzell en varias ocasiones.
También, el famoso presentador de televisión británico Paul O’Grady ha sido dueño de un Boyero de Appenzell llamado Buster, promoviendo con ello la inclusión de esta raza en el país.
Un perro tanto de Hollywood como de la pequeña pantalla
Aunque el Boyero de Appenzell no es una raza de perro muy conocida fuera de Suiza, ha aparecido en algunas películas y series de televisión a lo largo de los años.
En la película «Belle & Sebastian» de 2013, un Boyero de Appenzell llamado Belle es el compañero canino del personaje principal, un niño llamado Sebastian. La película está ambientada en los Alpes franceses durante la Segunda Guerra Mundial y cuenta la historia de la amistad entre Sebastian y Belle mientras intentan salvar a los judíos que huyen de la persecución nazi.
Por otro lado, también podemos ver a esta curiosa raza en la película de Disney «Un Chihuahua en Beverly Hills 2», un Boyero de Appenzell llamado Papi Jr. es uno de los perros que ayuda al personaje principal, un chihuahua llamado Papi, a rescatar a sus cachorros perdidos.
Sin embargo, Hollywood no es el único lugar donde hemos podido ver a este perro. En la serie de televisión «The Strain», un Boyero de Appenzell llamado Vaun es el perro de uno de los personajes principales, un cazador de vampiros. Vaun es un perro entrenado para detectar vampiros y es utilizado por su dueño para ayudar en la caza y eliminación de estos seres.
La aparición en la gran pantalla y en televisión de esta raza, ha conseguido que poco a poco se le diera más renombre y prestigio al Boyero de Appenzell fuera de Suiza.