Aunque quizá no es tan famoso y conocido como otros galgos, el Lebrel Italiano es uno de los perros pertenecientes a esta línea que pueden llegar a convertirse en un gran miembro de la familia.
Y es que, sus curiosidades, historia y habilidades hacen del Lebrel Italiano el perro perfecto para los dueños con hijos. Sigue leyendo y descubre algunos datos que no conocías de esta raza y de sus orígenes.
Historia del Lebrel Italiano
Aunque todavía no hay confirmación de nada, se cree que el Lebrel Italiano procede de Egipto; de hecho, esta creencia proviene de haber encontrado perros momificados muy similares a la raza actual en las tumbas de los faraones.
Luego, se han visto escritos donde mencionan a los romanos con sus “perros favoritos” en la cuenca mediterránea en el siglo VI a. C., donde llegó a ser relevante en la nobleza griega y romana.
Fue a partir de ahí cuando comenzaron a verse cada vez más el Lebrel Italiano en las grandes comunidades ya que, el tenerlo dentro de los sitios de la nobleza les daba por así decirlo, cierto “caché” y todos los pueblos venideros querían tenerlos en sus hogares.
El Lebrel Italiano, el perro de la realeza
Como bien hemos comentado antes, se decía que el Lebrel Italiano era uno de los favoritos de la nobleza griega y romana, y es que, fue gracias a ese momento, por el que el perro comenzó a hacerse popular en las altas esferas, llegando a convertirse en figura decorativa de muchas cortes siglos adelante.
De hecho, algunos propietarios famosos del Lebrel Italiano fueron la reina María de Escocia, Carlos I, Federico el Grande y la reina Victoria, que encontraron en este gran perro no solo un amigo más de la casa y fiel acompañante, sino el can perfecto para usarse en la caza de conejos.
La miniatura más antigua de un perro y la más rápida
Como habrás visto a lo largo de tu vida, existen muchas razas de perro que cuentan con una versión más pequeña de ellos catalogada como “miniatura”, aunque no todas las razas cuentan con esta línea como los Schnauzer o los Dóberman, por ejemplo.
Sin embargo, el Lebrel Italiano, no solo es una miniatura de galgo sino que está considerada como la más antigua de esta línea, convirtiéndose en la primera miniatura canina y probablemente de animal doméstico conseguida. De hecho, su medida más alta no supera los 30 centímetros.
Según los estándares de esta raza, los Lebrel Italianos suelen pesar entre 3 y 4 kg, pudiendo cogerlos y meterlos en cualquier bolso de viaje para llevarlos contigo fácilmente.
Por otro lado, como bien sabemos, los galgos se caracterizan por su velocidad, llegando a haber competiciones oficiales solo y exclusivamente de esta raza. Pero lo curioso de todo es que el Lebrel Italiano, pese a su diminuto tamaño, puede llegar a alcanzar las mismas velocidades que sus familiares más altos y grandes, ¡incluso algunos pueden correr hasta más rápido!
Y no solo eso, sino que según los estudios de esta raza, el Lebrel Italiano es la miniatura más rápida de todas las categorías mini, superando los 60 km/h sin mostrar excesivo esfuerzo.
El Lebrel Italiano y su nivel de inteligencia
¿Sabías que existe un listado de clasificaciones de inteligencias de perros? Pues este listado elaborado por el psicólogo Stanley Coren en la década de 1990, comprende casi 100 puestos de perros ordenados en base a su inteligencia de mayor a menor y el Lebrel Italiano, por desgracia, no destaca por inteligente, ya que ocupa uno de los puestos más cercanos al final de la lista.
Esta clasificación que mide la inteligencia de los perros se basa en los parámetros de obediencia, es decir, en las veces que necesita el perro que se le repita una orden para ejecutarla. De hecho, el Lebrel Italiano es uno de los perros que más veces necesitan oír una orden del dueño para llegar a entenderla y hacerla.
Pero no por ello significa que no es un perro apto para el hogar, todo lo contrario. El Lebrel Italiano, a pesar de ser algo distraído, es el perro ideal para tener con niños, ya que es hábil, juguetón y pequeñito, y aunque haya que repetirle varias veces una orden, no causará molestias y se convertirá en uno más de la familia.