Lógicamente, los perros van a necesitar que los cuidemos a lo largo de todo el año. Pero en la temporada de calor, precisamente por la subida de las temperaturas, hay algunos cuidados específicos que debemos tener en cuenta para protegerlos del exceso de sol.
La importancia de desparasitar
Parásitos internos, como tenias, o externos, como pulgas, pueden afectar a nuestro perro durante todo el año, especialmente si es aún cachorro. Por lo tanto, la costumbre de desparasitarlo interna y externamente debería extenderse los doce meses, pero es todavía más importante en verano, ya que las temperaturas favorecen la proliferación de parásitos.
Además, en esta época aumenta el riesgo de que contraigan aquellos que cada vez son más comunes gracias a factores como la destrucción de los hábitats naturales o la globalización. Son, por ejemplo, mosquitos que pueden transmitir leishmania o el gusano del corazón o la thelazia, que es un gusano que se aloja en los ojos.
Muchos de estos parásitos además pueden transmitirse a otros animales e incluso a las personas. De ahí la importancia de la desparasitación regular. Es el veterinario quien mejor nos puede recomendar los productos adecuados para conseguir la protección óptima de nuestro perro según sus características. Hay pipetas, collares, esprays, pastillas, etc.
Resguardado del calor
Es imprescindible que el perro disponga de un lugar fresco y a la sombra donde resguardarse del sol. Si está en el interior del hogar estará a gusto con las medidas que tomemos para nosotros mismos, es decir, bajar las persianas, abrir las ventanas, usar ventiladores o aire acondicionado, etc. Además, hay camas refrigerantes que pueden paliar su calor.
En el exterior tendrá que tener una caseta o cualquier otro lugar que se mantenga fresco y a la sombra. Si vive siempre fuera, hay que ser muy estrictos con la desparasitación o plantearse dejarlo dentro de casa al anochecer, que es cuando corre mayor riesgo de ser picado por mosquitos.
Por supuesto, jamás debemos dejar al perro en el interior de un vehículo al sol. La consecuencia podría ser el temido golpe de calor, una subida de la temperatural corporal que puede llegar a ser letal.
Las ventajas del agua para refrescar
Los perros tienen que tener agua limpia y fresca para beber a su disposición durante las 24 horas del día. Incluso si los sacamos a pasear o de excursión es buena idea que llevemos un bebedero portátil y les ofrezcamos agua cada cierto tiempo. Pero durante el verano el agua también puede utilizarse para ayudar a mantenerlos frescos.
Por ejemplo, podemos bañarlos con agua tibia o, si contamos con el espacio adecuado, dejarles cualquier recipiente tipo barreño o piscina con agua para que se remoje cuando le apetezca. Muchos perros también disfrutan con juegos de chorros de agua o con una simple manguera. Pasarle una toalla remojada es otra opción.
Otros perros aceptan bien la pulverización con agua, aunque a algunos les asusta el ruido. Además, el agua helada en forma de cubito puede servir para refrescarlos a la vez que juegan. Solo hay que tener en cuenta que algunos productos para la desparasitación requieren un tiempo sin mojarse para no ver comprometida su efectividad.
Pasear en verano
Aunque haga calor, los perros tienen que salir a pasear igual. Para que las salidas sean más agradables es mejor dejarlas para primera hora de la mañana y última de la tarde o, al menos, evitar las horas centrales del día y el asfalto, pues, si está muy caliente, podría llegar a quemarles las almohadillas.
Conviene revisarlas de vez en cuando y, si es necesario, aplicar algún producto específico para su protección o calzado. Por supuesto, no hay que permitir que el perro realice ejercicio físico intenso cuando hace calor. Los perros con dificultades respiratorias, patologías cardiacas, edad avanzada, enfermos o cachorros son los más vulnerables.
La época veraniega propicia las excursiones. Nuestro perro puede disfrutar del río o de la playa, pero siempre hay que asegurarse de que la legislación permita su acceso y nunca hay que forzarlo a introducirse en el agua. No le gusta a todos los perros. En cualquier caso, si viajamos en coche el perro debe ir sujeto según marque la ley para la seguridad de todos.
¿Vacaciones con perro?
Si vamos a desplazarnos durante las vacaciones de verano nuestro perro puede acompañarnos. Además de escoger lugares y medios de transporte que acepten perros, debemos informarnos de las enfermedades a las que se exponen en el lugar de destino para poder protegerlo. También hay que buscar un veterinario al que acudir de ser necesario.
En cambio, si vamos a marcharnos sin él, tendremos que dejarlo al cuidado de algún familiar o amigo o buscar una residencia donde se pueda quedar durante nuestra ausencia. En ese caso hay que informarse bien para asegurarnos de que lo dejamos en las mejores manos.
Vigilar los alimentos
Cuando suben las temperaturas es probable que el perro coma menos. Podemos ofrecerle su ración en las horas de menos calor. Si no lo hacemos ya, lo recomendable es dejarle el comedero unos minutos y retirarlo transcurrido ese tiempo. Dependiendo de lo que le demos de comer, algunos alimentos podrían estropearse y, en cualquier caso, atraen insectos.
Un alimento refrescante para la época de calor son los helados, también para los perros. Simplemente con congelar en una cubitera caldo casero de carne, pescado o verduras, sin sal ni grasas, o yogur natural sin azúcar obtenemos un alimento refrescante y entretenido para nuestro perro.
El corte de pelo
Podemos pensar que la solución para que nuestro perro no pase calor es cortarle el pelo, pero hay que saber que el manto sirve de protección y, además, en algunos tipos de pelo está desaconsejado cualquier corte. En la peluquería canina nos dirán si es el caso de nuestro perro.
De todas formas, no es recomendable el rapado completo, pues el pelo protege la piel del sol. También es importante el cepillado para retirar el pelo muerto y las revisiones para detectar la presencia de espigas, astillas o parásitos como garrapatas, que podrían subirse al perro aunque lo hayamos desparasitado.
¿Un perro necesita protección solar?
Por último, los perros, al igual que las personas, pueden sufrir quemaduras solares. Aunque su pelaje les protege la piel, también tienen zonas desnudas o con pelo escaso o muy fino. Son especialmente vulnerables las orejas, la barriga, la trufa o las axilas. En algunos casos también estaría indicado protegerles los ojos usando unas gafas de sol para perros.