El Bóxer lleva décadas siendo una de las razas caninas más populares en distintas partes del mundo. Su buen carácter, su alegría, su afecto y la excelente relación que llega a establecer con los más pequeños de la casa justifican su éxito. Te explicamos cómo cuidarlo mejor.
Características del perro Bóxer
El rasgo que más llama la atención del Bóxer, a primera vista, es su cabeza. Es braquicéfala y se caracteriza por su hocico chato, su prognatismo, que implica que la mandíbula inferior sobresale de la superior, y su cráneo abombado. También destaca su cuerpo, de tamaño mediano, bien musculado y de huesos fuertes.
Su pelo es corto, duro y brillante, bien pegado al cuerpo. Además, hay que señalar que, tradicionalmente, tanto su cola como sus orejas se cortaban. Por suerte, esta práctica injustificable está prohibida cada vez en más territorios. En cuanto a su carácter, se trata de perros muy amistosos, que pueden convivir con distintas especies de animales.
Se adaptan a diferentes tipos de hogares, incluidos aquellos con niños. En líneas generales, son perros familiares, protectores con sus seres queridos, muy cariñosos, sensibles, simpáticos, vitales, enérgicos y juguetones. Pueden ser buenos alumnos en las clases de educación básica, pero hay que dedicarles tiempo y paciencia.
Qué tener en cuenta antes de adoptar un Bóxer
Las características fundamentales de la raza son las que van a determinar buena parte de los cuidados que tendremos que ofrecerle al Bóxer a lo largo de su vida. Cuidarlo implica conocerlo y comprometerse a dedicarle tiempo durante toda su vida, que, con suerte, superará los diez años. A continuación mostramos los aspectos básicos.
Principales enfermedades del Bóxer
Por desgracia, hay diferentes patologías genéticas que se manifiestan con mayor frecuencia en los Bóxer. Así, tienden a sufrir problemas de articulaciones como la displasia de cadera, que causa dolor y cojera, y diferentes tipos de cáncer, tratables o no, como el mastocitoma. El corazón es otro punto débil. Es habitual la cardiomipatía dilatada.
También pueden sufrir torsión de estómago. Para evitarla es importante que no les demos de golpe comida ni agua, sobre todo si están sofocados porque acaban de realizar ejercicio intenso, ni les permitamos ejercitarse justo tras comer. El hipotiroidismo, el Cushing, las úlceras corneales y la colitis ulcerativa histiocítica son otras enfermedades a tener en cuenta.
Si hemos adoptado un cachorro, durante la etapa de crecimiento puede parecer desgarbado, sin que implique alguna patología. Para prevenir cualquier trastorno, además de seguir las pautas de desparasitación y vacunación recomendadas por el veterinario, conviene acudir a revisiones periódicas y siempre que detectemos cualquier indicio de enfermedad.
Los Bóxer y la actividad física
Los Bóxer son perros activos, por lo que, además de un mínimo de tres paseos al día, deben poder correr y jugar con regularidad. También disfrutan de largas excursiones por parajes naturales o de correr junto a su cuidador. El ejercicio no solo es beneficioso para su cuerpo, sino que es esencial para su equilibrio psicológico.
De lo contrario, corremos el riesgo de que esta se acumule, el perro se frustre y acabe por manifestarlo en forma de problemas de comportamiento. Especialmente en el caso de los cachorros, si pasan tiempo solos o sin estimulación, es probable que se dediquen a destruir todo lo que se deje a su alcance. Es fundamental mantenerlos en un entorno seguro.
Relacionado con su nivel de actividad está el domicilio. Es cierto que el Bóxer se adapta a la vida en la ciudad, siempre que esté suficientemente estimulado, pero también es verdad que suele estar más feliz en una casa con terreno, bien cerrado, en el que correr, jugar o tomar el sol. Pero no es perro para vivir solo en el exterior. Necesita contacto con su familia.
La importancia de educar a un Bóxer
Además de los cuidados veterinarios, la estimulación y la actividad física, el Bóxer necesita invertir tiempo en su socialización y educación. La socialización implica exponerlo a diferentes situaciones, olores, ruidos, personas, etc.
Es un período de extrema importancia para los cachorros y puede prevenir futuros problemas de comportamiento. Hay que marcarle unos horarios que conformen su rutina de cada día y enseñarle al menos las órdenes básicas, como el sentarse o el caminar al lado.
Son elementos básicos para su bienestar y una buena convivencia. Hay que tener en cuenta que el Bóxer es un perro relativamente grande, si no está bien educado, podría tirarnos durante el paseo o si nos salta encima.
Cuidados de la piel y el pelo del Bóxer
Por último, la higiene del Bóxer es sencilla. Su manto puede ser cepillado de vez en cuando para eliminar suciedad y pelo muerto. Sirve para ello un guante o una manopla de goma. Los baños deben dejarse para cuando el perro esté sucio, ya que un lavado excesivo resulta contraproducente.
Hay que usar solo champús y productos formulados específicamente para perros. Por suerte, suele gustarles el agua, pero, al finalizar, hay que secarlos por completo. Estas actividades permiten estrechar el vínculo perro-cuidador.
Además, constituyen una buena revisión general del perro en la que se pueden detectar bultos, parásitos, lesiones, etc. Conviene iniciarlas desde el primer momento para facilitar el manejo. La dermatitis acral por lamido y las alergias son algunos de los problemas de la piel que aparecen en esta raza.