Hoy en día están más que contrastados los beneficios de la vacunación. Por eso, independientemente de si tu gato tiene acceso al exterior o no, te interesa saber qué vacunas le puedes poner y para qué sirven.
¿Qué son las vacunas para gatos?
Las vacunas son preparados a base de patógenos en distintas presentaciones que sirven para desencadenar la reacción del sistema inmunitario. Cuando inoculamos una vacuna el organismo va a reaccionar combatiendo el agente externo, que se encuentra modificado para que no pueda provocar la enfermedad, pero sí estimular al sistema inmunitario.
De esta forma se crean anticuerpos contra él. Así, si el gato de manera natural entra en contacto con la enfermedad contra la que se ha vacunado, su cuerpo reaccionará inmediatamente contra el patógeno causante, pues ya dispone de defensas contra él. Las vacunas se elaboran contra enfermedades muy contagiosas y potencialmente mortales.
Los gatitos son los más vulnerables. Si el gatito no estuviese vacunado, de contactar con la enfermedad es muy probable que su sistema inmunitario no consiga elaborar sus defensas a tiempo, con lo que enfermaría de gravedad e incluso fallecería. De ahí la importancia de la vacunación.
¿Cuándo poner las vacunas para gatos?
Los gatitos pueden recibir su primera vacuna hacia las ocho semanas de vida. Antes sería menos eficaz, al interferir con los anticuerpos proporcionados por su madre. Es muy importante vacunarlos, ya que es en esta edad cuando corren un mayor riesgo de contraer buena parte de las patologías para las que existe vacuna.
La vacuna solo se pone a animales sanos y desparasitados, por eso, antes de inyectarla, el veterinario hará una pequeña revisión general. Si en vez de un gatito has adoptado un gato adulto, es posible vacunarlo de inmediato, una vez desparasitado y comprobado que no padece ninguna enfermedad.
¿Tengo que vacunar a mi gato si no sale de casa?
La respuesta es afirmativa. Aunque nuestro gato no disponga de acceso al exterior, algunos patógenos pueden entrar en el hogar transportados por nosotros, sin que seamos conscientes, en nuestra ropa o zapatos.
Por este mismo motivo es recomendable desparasitarlo regularmente. El veterinario, atendiendo a sus circunstancias vitales y a su edad, será quien nos paute el calendario de vacunas y desparasitaciones más adecuado a sus necesidades.
Vacunas obligatorias en gatos
En general, no es obligatorio ponerle al gato ninguna vacuna, pero sí hay algunas que los veterinarios consideran esenciales. Esto se debe a que protegen contra enfermedades muy peligrosas, por su capacidad de causar la muerte, así como altamente transmisibles.
Otras, según las condiciones de vida de nuestro gato y sus características, serán consideradas opcionales. El veterinario nos informará de cuáles son las vacunas imprescindibles para nuestro gatito.
Caso especial es el de la vacuna de la rabia, ya que esta es la única que se considera obligatoria para los gatos en algunos territorios según la legislación. No ponerla sería una falta administrativa y conlleva el pago de una multa económica de consideración. Por eso es importante que te informes de la legalidad vigente en tu localidad de residencia.
Vacunas que necesita tu gato
Aunque puede haber variaciones según los ejemplares, a continuación detallamos las enfermedades principales contra las que se vacuna a los gatos, así como las características más importantes de cada una de ellas:
- Panleucopenia: se trata de una enfermedad vírica causada por un parvovirus. Cursa con un cuadro agudo de vómitos y diarrea intensa que puede contener sangre. La primera dosis de su vacuna se administra a las ocho semanas de vida.
- Rinotraqueítis: es otra patología vírica de la que son responsables tanto herpesvirus como calicivirus. Provoca sobre todo tos, catarro y conjuntivitis. Los gatitos afectados pueden dejar de comer y morir deshidratados. La primera dosis es a las ocho semanas de edad.
- Calicivirus: los calicivirus son otro de los virus implicados en la rinotraqueítis. Además de participar en el cuadro descrito, pueden dañar la mucosa de la boca, causando heridas y dificultades para la alimentación. Su vacuna se inocula a las ocho semanas de vida.
- Rabia: obligatoria en algunas localidades, la rabia es otra enfermedad vírica mortal y zoonótica, es decir, los animales pueden transmitírsela a los seres humanos. El contagio es por mordedura y desencadena síntomas muy característicos a nivel nervioso. Se administra a partir de los 4-6 meses.
- Leucemia: este virus causa en los gatos una grave inmunodepresión, de forma que se pueden presentar múltiples síntomas, que incluyen retraso del crecimiento y cáncer. Es una enfermedad incurable. Antes de vacunar a un gato contra esta enfermedad hay que hacer un test para comprobar que no esté ya infectado. Se pone a partir de las nueve semanas.
- Peritonitis infecciosa felina o PIF: es otra enfermedad vírica causada por un coronavirus felino (no, no es el coronavirus humano). Este virus se encuentra en un elevado porcentaje de gatos y solo en algunos ejemplares muta hasta desarrollar esta enfermedad mortal. Hay vacuna a partir de las 16 semanas de vida, aunque su eficacia está en entredicho.