El hipertiroidismo es una dolencia rara en perros. Está causado por un problema en la producción de hormonas de la glándula tiroides. Esto provoca síntomas que, en sus inicios, pueden pasarnos desapercibidos.
Es necesario que el perro reciba asistencia veterinaria lo antes posible, ya que el hipertiroidismo suele tener su origen en un tumor. Cuanto antes se diagnostique y se trate más posibilidades de sobrevivir tendrá el perro.
Enfermedades de la tiroides en perros
El hipertiroidismo no es una enfermedad muy común entre los perros. Los casos que se presentan suelen deberse a la aparición de un tumor. Por desgracia, este acostumbra a ser maligno. Cuando la tiroides falla, el perro va a experimentar una serie de síntomas que afectan a todo su organismo.
En el hipertiroidismo, como su nombre indica, lo que sucede es que se producen más hormonas tiroideas de las necesarias. El trastorno contrario sería el hipotiroidismo. Dentro de su bajo porcentaje de casos, el hipertiroidismo es más común en perros de razas de tamaño mediano o grande.
La glándula tiroides en los perros
La glándula tiroides es un órgano situado en el cuello. En concreto se localiza en la tráquea, detrás o superpuesta a la laringe. Para su adecuado funcionamiento necesita una correcta ingesta de yodo.
En la actualidad, al haberse extendido la alimentación canina comercial a base de piensos, con un contenido estandarizado de yodo, los perros no suelen tener ningún desequilibrio en cuanto a este mineral se refiere.
La glándula tiroides segrega diferentes hormonas de gran importancia para el funcionamiento del organismo vinculadas al crecimiento y al metabolismo. Son la T3 y la T4. Junto a la tiroides se encuentran cuatro glándulas más denominadas paratiroides.
Causas del hipertiroidismo canino
Un tumor localizado en la propia glándula tiroides es el desencadenante de hipertiroidismo más habitual, dentro de la baja frecuencia de esta enfermedad en los perros. En la mayoría de los casos este tipo de tumores no afectan a la producción de hormonas.
Otras veces la reducen, provocando hipotiroidismo, que sí es más habitual en los perros. El hipertiroidismo suele diagnosticarse en perros de más de nueve años de edad. Hay mayor incidencia en algunas razas como el Bóxer, el Beagle o el Golden retriever.
Principales síntomas del hipertiroidismo canino
Cuando un perro sufre de hipertiroidismo vamos a poder detectar en él una serie de síntomas bien visibles, aunque no siempre de inmediato, ya que es una dolencia que evoluciona de manera gradual.
En sus inicios puede pasarnos completamente desapercibida. Ante algún síntoma hay que acudir al veterinario para que establezca el diagnóstico y el tratamiento, ya que es importante comenzar cuanto antes. Destacan los siguientes signos:
- Aumento del tamaño de la glándula tiroides que, a veces, se puede notar a la palpación. En ocasiones se llega a apreciar un bulto en el cuello.
- Polifagia, que es el incremento del apetito, es decir, el perro comerá más de lo habitual o lo intentará.
- Pérdida de peso, a pesar de que come en mayor cantidad.
- Polidipsia, fácilmente detectable porque el perro va a beber más de lo que acostumbraba.
- Poliuria, debido al incremento en la ingesta de agua, el perro se ve obligado a orinar más.
- Alteraciones en el ritmo cardíaco, como la taquicardia, que implica un latido más rápido.
- Inquietud o nerviosismo.
- Tos, problemas de falta de aire o molestias al tragar si el tamaño aumentado de la glándula llega a comprimir la tráquea y el esófago.
- Diarrea crónica.
- Vómitos.
- Síndrome de Horner, responsable de protrusión del tercer párpado, contracción permanente de la pupila, ojo hundido, etc., si hay un tumor que afecte al denominado tronco vagosimpático.
- Disfonía, que es la alteración del sonido habitual de la voz del perro. Notaremos que ladra raro.
Diagnóstico del hipertiroidismo en perros
Los síntomas que manifieste el perro son la base del diagnóstico. Además, el veterinario lo explorará e intentará palpar la glándula. Pueden realizarse pruebas como la radiografía o la ecografía con el objetivo de visualizar el posible tumor.
Con ello se comprueba su tamaño y si hay metástasis en otras partes del cuerpo. El escáner de tiroides, tras administrar isótopos radiactivos, es otra prueba diagnóstica. Una analítica de sangre permite conocer los valores de las hormonas de la tiroides.
En concreto se busca la concentración de la T4. Si está elevada por encima del rango normal para los perros se considerará confirmado el diagnóstico de hipertiroidismo. También está recomendada la biopsia para conocer con exactitud la tipología del tumor.
Tratamiento del hipertiroidismo canino
Como en la mayoría de los perros con hipertiroidismo la causa va a ser la presencia de un tumor en la glándula tiroides, el tratamiento recomendado va a ser la intervención quirúrgica. Pero la operación es muy delicada porque las glándulas paratiroides están pegadas o incluso incluidas en la tiroides, por lo que existe el riesgo de extirpar de más.
En ese caso se desarrollaría un hipotiroidismo que también habría que tratar. Por otra parte, otra complicación es la considerable irrigación sanguínea de la zona, lo que puede provocar hemorragias al punto de hacerse necesaria una transfusión. Pero la operación no es un tratamiento general. El veterinario tendrá que valorar cada caso.
La recomendación de intervenir depende del tipo de tumor, tamaño, metástasis, etc. La medicación y la radioterapia pueden formar parte del tratamiento. En cualquier caso, se hace necesario implantar un seguimiento veterinario para comprobar la evolución del perro. Por desgracia el pronóstico es grave porque la mayoría de casos los producen tumores malignos.
Bibliografía
Avellaneda, A. Font. A. Closa, Jose Mᵃ y Mascort, J. 2002. Hipertiroidismo canino: tres casos clínicos. Avepa vol. 22, nº 3. pp. 239-245.