Los conocedores de esta raza aseguran que son “gatos atrapados en el cuerpo de perros”. Y es que el Chin Japonés comparte muchas de las características de un felino, como llegar a la mesa de un solo salto, acostarse sobre los respaldos de los sofás o asearse por su propia cuenta.
También llamados Spaniel Japoneses, estos canes de rostro indescifrable vivieron durante milenios en las infranqueables cortes orientales y parecen tener la llave de una vida plena y armónica. Descubre sus secretos leyendo el siguiente artículo.
Datos básicos
- Tamaño: entre 20 y 27 cm de altura
- Peso: entre 3 y 5 kilos
- Esperanza de vida: entre 10 y 12 años
- Ideales para: vivir en pisos o casas no excesivamente grandes, como perros de compañía, para familias con niños ya crecidos.
Orígenes del Chin Japonés
Esta raza llegó a Japón hace unos 1000 años, aunque no hay unanimidad sobre su origen: algunos expertos afirman que provienen de las dinastías chinas, mientras que otros aseguran que surgieron de las cortes coreanas. Lo que es indudable es que fueron los nobles nipones quienes se encargaron de su perfeccionamiento. De hecho, la realeza japonesa les tiene en alta consideración, pues no se refieren a ellos como inu (perros) sino como chin (seres).
Los Chin Japoneses fueron criados en un aislamiento absoluto hasta 1853, cuando Japón estableció relaciones comerciales con el resto de países y se dieron a conocer al mundo. La raza se volvió entonces muy popular entre las clases altas, exportándose a EE.UU. y a Gran Bretaña.
Características del Chin Japonés
Este tipo de canes tiene un cuerpo compacto, robusto pero bien balanceado, con un andar ágil y elegante. El pecho es moderadamente ancho, con las costillas bien marcadas. Las patas son rectas y de huesos ligeros. Sus pies son similares a los de las liebres, con los dedos del medio más largos.
La cabeza es grande en relación al resto del cuerpo. Se presenta amplia, con un rostro chato y ojos bien separados, lo que les da a estos ejemplares el típico aspecto oriental. El hocico es corto y ancho, mientras que las orejas son pequeñas y en forma de V; además, suelen presentar un “plumaje” distintivo.
El pelaje es uno de sus rasgos más marcados, ya que es de una sola capa, muy sedoso y liso. Es más abundante en las zonas del cuello, del pecho y de los hombros, formando una especie de melena. También es profuso en las orejas y en las patas traseras. Entre los colores típicos está el rojo y blanco o el blanco y negro; en ocasiones esta última combinación presenta marcas de color fuego.
Temperamento del Chin Japonés
Afectuosos, inteligentes y con un carácter agradable, los Chin Japoneses son grandes compañeros de vida. Se llevan muy bien con los adultos y con los niños no demasiado pequeños. No están recomendados para familias con pequeños de corta edad, pues podrían lastimarles. La relación con otros perros y gatos será igualmente buena si son correctamente socializados.
Se trata de una raza muy sensitiva y que tiende a camuflar su personalidad de acuerdo al ambiente .Si el ejemplar está en una casa con humanos silenciosos y serenos, será más retraído e independiente, mientras que si está en un lugar más jovial y alegre, se mostrará mucho más abierto.
Los Chin Japoneses deben estar rodeados de calor humano todo el tiempo. Si les dejas aislados, es probable que sufran de ansiedad por separación. Aunque se adaptan a todo tipo de viviendas, serán más felices en el hogar que en el jardín. En un principio se mostrarán fríos con los invitados, pero son muy sociables, por lo que la desconfianza no durará mucho.
Otra ventaja es que aprenden muy rápido. Sin embargo, si el entrenamiento es muy repetitivo preferirán divertirse con otra cosa. Para evitarlo debes combinar actividades que estimulen su inteligencia.
¿Qué cuidados requiere un Spaniel Japonés?
Estos canes están acostumbrados a llevar un estilo de vida sedentario y no requieren de mucha actividad. Una caminata ocasional o una sesión de juegos al día serán suficientes para mantenerles equilibrados. Su cuello es frágil y sensible, por lo que a la hora de pasear es recomendable utilizar un arnés en lugar de una correa.
Pierden una cantidad moderada de pelo durante el año, por lo que necesitan un cepillado diario para mantenerse aseados y evitar que su manto se enrede. Las orejas deben ser revisadas con frecuencia y las uñas, de rápido crecimiento, han de cortarse con regularidad.
Los Chin Japoneses no toleran muy bien las altas temperaturas. Por tanto, durante el verano o en días muy calurosos evita que pasen mucho tiempo bajo el sol. Debido a su hocico chato, es habitual que tengan una respiración ruidosa y que se sientan más ahogados en épocas estivales. Si ves que el perro tiene problemas en este sentido, puedes probar a calmarle frotándole suavemente el cuello.
¿Cómo es la salud de un Chin Japonés?
Entre las afecciones más comunes relacionadas con esta raza están la atrofia progresiva de retina o las cataratas, aunque esta última se presenta por lo general en ejemplares de edad avanzada. Otro problema a tener en cuenta es la luxación patelar, que puede afectar su movilidad. La enfermedad de Legg-Calve-Perthes, que ataca a su tren posterior, también tiene cierta incidencia.
Los Chin Japoneses tienden a sufrir de problemas del corazón como la endocardiosis mitral o los soplos cardíacos. En ambas situaciones lo más probable es que se deban realizar cambios en la dieta o en el estilo de vida del individuo.
Finalmente, la raza es susceptible de sufrir la enfermedad de Tay-Sachs, una condición neurológica que causa fallos en el sistema nervioso central y que es incurable.