Estos canes sin pelo tan peculiares se consideran un tesoro nacional en su México natal. Su intrincado nombre, Xoloitzcuintli, proviene de dos términos aztecas: “Xolotl”, el dios del fuego, e “Itzcuintli”, que significa perro.
Es una raza de ejemplares fieles y dedicados a los suyos, además de muy protectores. No dudarán en enfrentarse a cualquier peligro con tal de cuidar a su familia. En este artículo puedes conocer más sobre este perro de espíritu noble y linaje ancestral.
Datos básicos
- Tamaño y peso: depende de la variedad. El pequeño mide entre 25 y 40 cm y pesa entre 4 y 8 kilos / El mediano mide entre 40 y 50 cm y pesa entre 8 y 12 kilos /El grande mide entre 50 y 65 cm y pesa entre 12 y 25 kilos
- Esperanza de vida: entre 12 y 15 años
- Ideales para: familias, labores de perro guardián
Orígenes del perro Xoloitzcuintli
La Xoloitzcuintli está considerada como una de las pocas razas puras, es decir, que no fue creada artificialmente por el hombre a través de la hibridación. Estos perros llegaron junto a las tribus que cruzaron el estrecho de Bering y poblaron el continente americano hace 15 mil años.
En las ancestrales culturas aztecas se les consideraba “sagrados” y se les empleaba para curar enfermedades. Se creía, de hecho, que guiaban al espíritu de los muertos en su camino al más allá. Lamentablemente, esto hacía que fueran sacrificados para acompañar a los fallecidos.
En la década de 1960 tuvieron su momento de gloria al ser pintados en varios retratos por artistas como Frida Khalo y Diego Rivera, lo que les recuperó como símbolo de la cultura mexicana. Su popularidad decayó de nuevo a finales del siglo, aunque la participación del perro “Dante” en el filme de animación “Coco” parece haberles puesto otra vez en el foco de atención.
Características físicas de la raza Xoloitzcuintli
A nivel general, los canes Xoloitzcuintli presentan una contextura delgada y ágil. Su cuello, largo y elegante, continúa en una espalda flexible que se curva ligeramente hacia el final. Tienen un pecho profundo, que llega hasta la altura de los codos. Las patas son rectas y finas, pero muy potentes. La cola es delgada y más bien larga, llegando casi hasta la altura del corvejón. En posición de descanso suelen dejarla caída, mientras que cuando están en movimiento la llevan curvada.
Poseen un cráneo en forma de cuña que se afina hacia el hocico. La trufa suele ser de tonos oscuros. Los ojos son de tamaño medio, tienen forma almendrada y se presentan negros, en diferentes tonos de marrón o amarillos. Su mirada revela una expresión alerta e inteligente. Por otra parte, las orejas son medianas y triangulares, de grosor fino y textura delicada; suelen llevarlas erguidas cuando están alerta.
Un gran porcentaje de estos canes no tiene pelo en el cuerpo, solo una piel suave de color sólido o salpicado por zonas sin pigmentación. Los Xoloitzcuintli nacen con la piel arrugada, pero a medida que crecen esta suele alisarse. Algunos pueden mantener los pliegues en la zona del cuello. En ocasiones tienen parches de pelo en la zona superior de la cabeza, en las patas y en la punta de la cola. Los tonos más frecuentes son el negro, el gris oscuro, el rojo, el hígado y el dorado.
El temperamento del Xoloitzcuintli
Los “cholos” (así se les conoce en México) se caracterizan por tener un carácter tranquilo y por ser cariñosos con toda la familia. Siempre tendrán a su humano preferido, normalmente quien les haya entrenado y pase más tiempo a su lado. Con los niños suele llevarse muy bien, especialmente cuando son cachorros. Con los adultos preferirán alejarse si se sienten agobiados, pues están más a gusto reposando al sol o en el sofá.
Su instinto de protección y su desconfianza natural hacia los desconocidos, les convierten en grandes perros guardianes. No suelen ladrar con frecuencia y, si lo hacen, es porque algo extraño está ocurriendo. Los Xoloitzcuintli se suelen llevar bien con otros canes, siempre que hayan crecido juntos. Con perros desconocidos pueden surgir algunos malentendidos, por lo que siempre debes vigilar de cerca cuando interactúen con otros animales.
¿Qué cuidados específicos necesita esta raza?
Pese a su ausencia de pelo, tienes que prestar atención a su higiene. Es verdad que los Xoloitzcuintli suelen acicalarse con la lengua como hacen los gatos, pero su piel tiende a acumular bacterias. Para prevenir posibles problemas de salud, lo mejor es pasarles un paño húmedo por el cuerpo semanalmente.
Revisa sus orejas con regularidad, pues suelen acumular cerumen y suciedad. Los ojos también deben ser controlados, procurando que no estén muy rojos o con una cantidad excesiva de legañas, signos de una posible infección. Sus uñas crecen muy rápido, así que tendrás que cortarlas a menudo.
Al no tener pelo hay que extremar las precauciones al aire libre. Estos canes se lastiman con más frecuencia que las demás razas. Asimismo, si vives en una zona de veranos muy intensos, utiliza protector solar para protegerles de la radiación. En invierno, abrígales bien para que no se resfríen.
Ten en cuenta que el Xoloitzcuintli necesita grandes dosis de actividad diaria para estar tranquilo en casa. Uno o dos paseos de media hora son una buena forma de canalizar sus impulsos. Por otro lado, un hogar con un patio bien vallado es el ambiente ideal para que se mantenga equilibrado y feliz.
Incluso si está correctamente socializado desde pequeño, sentirá la necesidad de perseguir a animales como conejos o gatos, por lo que se recomienda que estos canes paseen siempre con correa. Los cachorros son muy traviesos y, si no cuentan con suficientes estímulos que les diviertan, tienden a destruir todo lo que encuentran. Nunca debes dejarles a solas durante grandes periodos de tiempo; de lo contrario pueden desarrollar ansiedad por separación.
La salud del Xoloitzcuintli
Los ejemplares de esta raza tienen un alto índice de consanguinidad, por lo que son propensos a sufrir algunas afecciones hereditarias como la alopecia. Esta condición, que les da su particular aspecto, no es mortal y afecta muy poco su calidad de vida. Debes tener cuidado con la alta sensibilidad de su piel, sobre todo en aquellos individuos que presentan colores claros.
