Es innegable la espectacularidad de los perros Lebrel afgano, caracterizados por un pelaje liso y largo. Pero su atractivo no debe hacernos olvidar su fuerte carácter, lo que no lo hace apto para cualquier persona.
Datos básicos
- Altura: 68-74 cm en machos y 63-69 en hembras.
- Peso: 23-27 kg.
- Esperanza de vida: 12-14 años.
- Ideales para: personas con experiencia en perros y posibilidad de ofrecerle actividad.
Orígenes del Lebrel afgano
Tal y como nos indica su nombre, se trata de un perro originado en Afganistán. También se lo conoce con el nombre de Tazi o Galgo Baluchi. No está clara cuál es su antigüedad. Se habla del siglo XVII, aunque es posible que la raza sea mucho más antigua.
Lo que se sabe seguro es que su ocupación era la caza mayor, aunque es visible que en su desarrollo se le ha dado mucha importancia a la estética. En la actualidad sigue siendo un perro cazador, pero también se puede encontrar como perro de defensa o de compañía.
Se desconoce cómo llegó a Afganistán, país en el que se encuentran hasta tres variedades de Lebrel afgano. Su belleza y su aspecto sofisticado lo pusieron de moda y propiciaron su difusión a nivel mundial, casi como un accesorio. En su país sigue manteniéndose como cazador de lobos y zorros y se encarga de proteger rebaños de ovejas y de cabras.
Características físicas del Lebrel afgano
El Lebrel afgano es un perro de tamaño grande y aspecto elegante y distinguido. Destaca su cabeza alargada. Los ojos son de un tono dorado oscuro, con aberturas casi triangulares. Las orejas, largas y suaves, son bajas, están colocadas hacia atrás y le cuelgan pegadas a la cabeza.
El pelo del cuello es más corto. Las patas delanteras son rectas y de huesos marcados. Los pies son grandes y fuertes. La cola es de inserción baja y cuenta con una menor abundancia de pelo. Se dobla formando un anillo.
El manto, espectacular, se presenta en diferentes colores. Es grueso y le cubre hasta los pies. En el pecho es de textura más fina. Las características de su manto le confieren protección contra el frío de las regiones montañosas con las que se encontraba en el norte de su país de origen.
¿Cómo debe ser un perro Lebrel afgano?
El estándar del Lebrel afgano, según la Federación Cinológica Internacional, nos habla de un perro que transmite nobleza y majestuosidad. Lleva la cabeza alta, con un cráneo alargado, pero no demasiado estrecho, con una marcada protuberancia occipital. El stop es ligero. La trufa es negra o de color hígado en los ejemplares claros.
Las mandíbulas son poderosas. Cierran en tijera, aunque se permite mordida en pinza. Se prefieren los ojos oscuros. El lomo es recto y bien musculado. Los huesos de la cadera son prominentes. Las costillas, ligeramente arqueadas, conforman un pecho profundo. La cola no puede ser demasiado corta. Se mantiene elevada mientras el perro se mueve.
Las escápulas son largas y musculadas, sin parecer pesadas. Los codos se pegan al tórax. No pueden disponerse ni hacia fuera ni hacia dentro. Las patas traseras son poderosas. Los espolones pueden extirparse. El pelaje es fino en costillas, patas y costados y corto de hombros hacia atrás. El pelo de la cara también es corto. Se admiten todos los colores.
Temperamento y comportamiento de la raza
Con los niños de su familia es capaz de convivir sin problemas, pero hay que vigilarlos porque no todos los ejemplares llevan bien los juegos infantiles. No son especialmente fáciles de educar, por lo que debemos ser constantes, coherentes y pacientes a la hora de enseñarles la obediencia básica. El entrenamiento tiene que ser intenso.
Es muy importante que adquieran obediencia básica, dadas las considerables dimensiones que alcanzan de adultos. Por eso, si nos encontramos con dificultades de aprendizaje, debemos pedir ayuda a un educador canino o a un etólogo. Hay que empezar a educarlo lo antes posible y proporcionarle un buen adiestramiento.
Consigue alcanzar una gran velocidad, de hecho, ha llegado a participar en carreras. Por ello debemos tener cuidado si lo soltamos y es muy importante que obedezca a nuestra llamada. Es un perro sensible, leal e inteligente, a la vez que independiente, activo y enérgico. Con su familia se muestra cariñoso. Con los extraños es más reservado.
Cuidados básicos
Se ha adaptado bien a la vida en la ciudad y se acostumbra tanto a climas cálidos como a los fríos. Es imprescindible sacarlo a pasear varias veces al día y al menos una de las salidas debe ser prolongada.
Su manto debe recibir cuidados frecuentes, algo a tener en cuenta a la hora de escoger como compañía a un perro de esta raza. Hay que cepillarlo a diario para evitar la formación de rastas, que se le hacen enseguida. Las características de su pelo hacen que los baños y los arreglos suelan dejarse en manos de profesionales de la peluquería canina.
¿Cómo alimentar a un Lebrel afgano?
Debido a su tamaño y a su rápido desarrollo desde cachorro, es muy importante utilizar productos ricos en nutrientes de alta calidad. Podemos comenzar con Puppy Gourmet hasta los seis meses de edad, donde pasaremos a Maxi Junior hasta los catorce o dieciséis meses de edad.
Ambos productos son muy nutritivos y contienen ingredientes de primera calidad, lo que nos garantizará un correcto desarrollo. Una vez adultos, podemos pasar a Maxi Adult o a Large Breed Gourmet, este último con un extra en condroprotectores para cuidar de sus articulaciones.
Principales problemas de salud
Normalmente los Lebrel afganos son perros que disfrutan de buena salud y no suelen necesitar más atención que las vacunas y las desparasitaciones internas y externas. Por mencionar alguna patología, podemos anotar una mayor predisposición a padecer displasia de cadera.
En el ámbito psicológico, son perros que necesitan poder quemar su energía. De lo contrario, podrían surgir problemas que desencadenan estrés y suelen manifestarse mediante conductas destructivas o incluso de nerviosismo o agresividad.