El bufido de los gatos es un sonido característico que nos puede resultar similar al que haría una serpiente. No sería extraño, ya que los gatos bufan, a otros gatos, animales o personas, para transmitir una importante información, normalmente una advertencia. En el siguiente artículo revisamos las causas que explican por qué se bufan los gatos.

Comunicación verbal de los gatos

Los gatos tienen la capacidad para emitir diferentes vocalizaciones que, si las comprendemos, nos ayudarán a entender qué es lo que nos quieren comunicar. Por ejemplo, los ronroneos suelen indicar un estado placentero o, al contrario, algún problema de salud para el que el gato nos solicita ayuda.

En cambio, los maullidos suelen relacionarse, además de con el celo (serán muy agudos, altos e insistentes) con diferentes peticiones, como atención, comida, abrir o cerrar una puerta, etc. Por su parte, los bufidos se producen al expulsar aire por la boca violentamente. A veces se acompañan de gruñidos y suelen emitirse en situaciones de miedo o de agresividad.

Pero para afinar la interpretación de lo que nos quiere decir el gato, además de fijarnos en el tipo de sonido, debemos observar el contexto en el que se produce y su lenguaje corporal. Así, veremos que el bufido se desencadena debido a diferentes causas, como las que repasamos a continuación.

Advertencia

Un gato que le bufa a otro, a nosotros o a otros animales normalmente está dando una advertencia. Por algún motivo, no está cómodo ante esa presencia y bufa para intentar mantenerla alejada. Suele resultar efectivo. Si un gato nos bufa, lo habitual es que nos asustemos y nos retiremos. Con otros gatos o animales suele tener el mismo efecto.

Podríamos equiparar el bufido con el gruñido de los perros. Es un sonido que nos pone en alerta y entendemos como un aviso de que, si seguimos en la misma situación, el gato atacará. En estas situaciones, estará erizado, gruñirá, moverá la cola lentamente de un lado al otro o tendrá las pupilas dilatadas. Está intentando defenderse.

Es habitual ver esta reacción cuando un gato, en su casa, recibe a otro o lo llevamos a una revisión veterinaria. Hay que saber que los gatos son animales territoriales y muy sensibles a cualquier cambio, por pequeño que sea. De ahí que puedan bufar si ven alterado su territorio o sus costumbres.

Otro bufido de aviso que se da sin señales de agresividad es el que da el gato para marcar un límite. Por ejemplo, si está jugando con otro y quiere parar o lo estamos acariciando y se ha cansado del contacto. El gato bufará porque se encuentra en exceso estimulado.

Agresión

Si las advertencias del gato no han sido atendidas y no es factible la posibilidad de huir, puede darse un ataque. El gato bufará y se lanzará hacia quien ve como un peligro, utilizando las garras y la boca. En estas situaciones, el otro gato puede reaccionar respondiendo al ataque o huyendo, dependiendo de sus propias circunstancias.

Si somos nosotros los atacados, debemos alejarnos del gato y dejarlo tranquilo. De tratarse de una agresión puntual, por ejemplo, porque el gato se ha asustado, no le daremos más importancia. En cambio, si el gato muestra esta actitud con frecuencia hacia nosotros o hacia otros miembros animales o humanos del hogar, debemos consultar con un profesional.

Si el problema no es físico, será un experto en conducta felina o etólogo quien nos ayude a solucionar esta situación. Supone un gran estrés para el gato y debemos intervenir por el bienestar de todos.

Miedo o susto

El miedo es otro de los factores que pueden llevar a un gato a bufar. De hecho, muchas veces, detrás de un ataque está el miedo, pues, como hemos explicado, si el gato no tiene la opción de huir de una presencia que considera peligrosa, puede verse obligado a atacar.

Otras veces, el gato bufa por miedo o porque le han hecho daño, aunque sea de manera involuntaria. A modo de ejemplo, un gato puede bufar si entra en escena un elemento que lo sorprende y asusta, ya sea cualquier objeto inanimado o una persona o animal desconocido para él.

El gato, del miedo, reacciona dando un bufido, igual que nosotros podríamos gritar. En estos casos, el bufido no se verá acompañado por una actitud agresiva ni el contexto tendrá la tensión de los anteriores. Se produce por un sobresalto.

Dolor

Por último, los gatos también pueden bufar cuando experimentan dolor o malestar. De hecho, son animales que acostumbran a ocultar las molestias hasta que ya les resulta imposible. Que comiencen a bufar ante alguna manipulación o la presencia de otro gato puede ser signo de que algo no marcha bien.

Con mucho cuidado, cuando haya recuperado la calma, habrá que revisarlo a conciencia y repasar su comportamiento por si hubiera alguna anomalía que pudiese explicar las molestias. Si concluimos que puede estar enfermo, tendremos que consultar con el veterinario.