La miasis es una enfermedad parasitaria que provocan las larvas de las moscas al adentrarse en el interior del cuerpo del gato. Esta invasión, por supuesto, requiere de asistencia veterinaria, pues llega a ser mortal.
Miasis en felinos
La miasis es el nombre que recibe la parasitosis que causan dípteros como las moscas, los mosquitos o los tábanos. Esto explica que su incidencia aumente en las temporadas en las que estos insectos proliferan con facilidad. Suelen ser los meses de más calor. Para que se produzca la miasis los insectos deben depositar sus huevos en el gato.
Para hacerlo escogen zonas húmedas y calientes, que son las condiciones que necesitan las larvas para desarrollarse correctamente. Así, es más fácil la puesta en áreas de piel con pliegues o bajo nudos de pelo en los ejemplares de manto largo. Un ejemplo típico es el ombligo de los gatitos recién nacidos, que todavía conservan el muñón del cordón umbilical.
Cualquier herida que se haya hecho el gato es buen sitio para que el insecto deposite sus huevos. Las de mayor riesgo de infestación son las infectadas, las que están en carne viva o las que han profundizado tanto que se han convertido en fístulas. En ellas podemos ver unos gusanos que son las larvas. En orificios como los oídos también pueden encontrarse.
Casos de miasis en gatos
Recopilando los datos anteriores podemos decir que corren más riesgo de sufrir miasis aquellos gatos que disponen de acceso al exterior, ya que tienen una mayor probabilidad de entrar en contacto con los insectos.
Tambien son más propensos los gatitos de menos edad o aquellos ejemplares que padecen enfermedades que los debilitan, lesiones en la piel o manto sucio, enredado y, en general, mal cuidado.
Cómo detectar miasis en gatos
El aspecto positivo de la miasis es que es posible detectarla con facilidad, ya que las larvas suelen ser perfectamente visibles. La excepción pueden constituirla localizaciones como los oídos porque los parásitos consiguen introducirse a gran profundidad en el interior de los conductos.
Es característico que alrededor de las larvas se produzcan lesiones redondeadas debidas a la digestión de la piel y del tejido que hacen las larvas gracias a sus enzimas. El problema es que estas sustancias, junto con toxinas que también producen, llegan a desencadenar un shock. Es más probable en gatos que albergan un número elevado de larvas.
Podremos observar las larvas a partir del tercer día desde la puesta y van creciendo durante dos semanas. Otro síntoma que nos indica que nuestro gato está sufriendo miasis son las infecciones bacterianas que surgen como complicación. Por todo ello, nada más detectemos las larvas, hay que acudir al veterinario.
Cómo tratar la miasis en gatos
La miasis no es un problema para tratar en casa. No se resuelve aplicando un remedio casero, sobre todo si estamos ante una infestación grande. Así, tenemos que acudir a un centro veterinario. El profesional va a extraer todas las larvas posibles. Para ello revisará a fondo el cuerpo del gato, ya que no es extraño que las larvas se localicen en varias zonas.
Puede hacerlo con pinzas especiales y es probable que sede al gato para que no se mueva ni sienta dolor. Como las larvas dañan el tejido, en ocasiones el veterinario tendrá que extraer toda la zona muerta. Para una buena higiene de las lesiones recortará el pelo alrededor. De esta forma se dejan al descubierto los bordes y se asegura una limpieza completa.
También suelen administrarse fármacos para eliminar cualquier larva que haya podido quedar. Puede ser inyectable o aplicable por vía tópica. El veterinario nos indicará cómo debemos limpiar las heridas en casa, si fuese necesario. Además, si hay infección bacteriana nos recetará antibióticos. Los casos más graves requieren ingreso hospitalario para estabilización.
¿Remedios caseros para la miasis en gatos?
Al tratarse de una infestación parasitaria visible, es habitual que los cuidadores sientan la tentación de sacar los gusanos por sus propios medios. No es nada aconsejable, ya que es fácil que queden larvas si extraer o que agravemos las lesiones tras una manipulación incorrecta.
Por no hablar de las molestias que le podemos ocasionar al gato. Además, una infestación grave sin tratar adecuadamente puede llegar a ser mortal. Por otra parte, los productos naturales a los que se les atribuye un efecto repelente sobre los insectos no actúan contra las larvas. Por lo tanto, no sirven ni para tratar ni para prevenir las miasis.
Prevenir la aparición de miasis
Atendiendo a los factores de mayor riesgo para contraer miasis, sería posible prevenir su aparición, en buena parte, si mantenemos a nuestro gato en el hogar sin acceso al exterior. Al menos durante los meses en los que abunden los dípteros. Como no siempre es posible seguir esta recomendación, sí se debería poner en práctica en algunos ejemplares.
Estos son enfermos, debilitados o con lesiones en la piel que puedan resultar atractivas para que moscas, mosquitos o tábanos pongan en ellas sus huevos. Esta precaución también debe adoptarse en aquellos gatos que se estén recuperando de una miasis, ya que podrían volver a infestarse.
Otras medidas preventivas serían la aplicación de repelentes de insectos, siempre según el consejo del veterinario, así como el mantenimiento de una higiene adecuada de la piel y del manto. Este punto es de especial importancia en los gatos de pelo largo.