Los perros acostumbran a explorar y relacionarse con su entorno a través del lamido. Lamen objetos, diferentes sustancias, a otros animales o a los humanos. Es un comportamiento completamente normal.

Pero, en ocasiones, el lamido llama la atención porque es continuo y el animal tiene verdaderas dificultades para dejar de hacerlo. Incluso podemos apreciar lesiones si lo que lame con insistencia es una parte de su cuerpo. Pero, ¿por qué mi perro lame todo con ansiedad? Explicamos las causas en el siguiente artículo.

Ansiedad

Si vemos que el perro lame de forma ansiosa cualquier objeto o su propio cuerpo, podría estar indicándonos que sufre ansiedad o estrés. Los perros necesitan estimulación a nivel físico y mental para alcanzar el bienestar.

Nos referimos a cuidados que deben ser básicos, como pasar tiempo con ellos, darles la oportunidad de que practiquen toda la actividad física que necesitan, jugar, etc. Un perro que pasa horas solo, casi no sale de casa, no puede interactuar con congéneres, etc., acabará por sufrir ansiedad y esta se manifestará en alteraciones de la conducta, como el lamido compulsivo.

Es una forma de redirigir la energía que no puede quemar. Si sospechamos que es el caso de nuestro perro, debemos fijarnos en sus condiciones de vida para ajustarlas a sus necesidades. Es posible que tengamos que recurrir a un profesional en comportamiento canino o etólogo que nos ayude a implantar las medidas de manejo imprescindibles para la felicidad del perro.

Pica

La pica es el nombre que recibe un trastorno que lleva a ingerir todo tipo de sustancias, aunque no sean comestibles. En estos casos, los perros podrían chupar compulsivamente el suelo, las paredes, la tierra, la basura, etc., tragando arena, piedrecillas, cal, pelos, plásticos, cartones, telas, etc.

Entre las sustancias que no son alimentos que pueden lamer y comer los perros también están los excrementos, que serían un tipo específico de pica, mucho más conocido, que recibe el nombre de coprofagia. Existen múltiples causas que pretenden explicar este comportamiento. Destacamos las siguientes:

  • Conducta exploratoria intensa.
  • Ambientes de higiene descuidada.
  • Gusto por el sabor de las sustancias ingeridas.
  • Hiperactividad.
  • Refuerzos inadecuados durante la educación.
  • Aburrimiento.
  • Estrés.
  • Ansiedad.
  • Déficits nutricionales.
  • Hambre.
  • Polifagia, que puede estar causada por distintas patologías, como diabetes, hiperadrenocorticismo o problemas neurológicos.
  • Trastornos digestivos, como enfermedad inflamatoria intestinal, alergias e intolerancias alimentarias, insuficiencia pancreática exocrina, parásitos intestinales, entre otras.
  • Disfunción cognitiva.

Por supuesto, hay que acudir al veterinario para poder determinar la causa de esta ingesta e iniciar el tratamiento. Esta consulta no puede demorarse, ya que las sustancias tragadas por el perro pueden poner en peligro su salud, ocasionando vómitos, diarreas o incluso obstrucciones intestinales. El primer paso es alejar al perro de la sustancia que ingiere.

Enfermedades dermatológicas

En ocasiones, el perro lame ansiosamente y sin parar determinada parte de su cuerpo. Puede deberse a alguna patología. Por ejemplo, muchas enfermedades que afectan a la piel pueden producir picor y molestias que mueven al perro a lamerse en un intento de buscar alivio.

Lo mismo puede suceder si tiene parásitos, como las pulgas, que van a picar para alimentarse de su sangre, o una alergia. En general, cuando hay un problema en la piel, además del lamido, podremos ver enrojecimiento, inflamación, granitos, pérdida de pelo, etc. Por supuesto, tendremos que acudir al veterinario para que diagnostique la enfermedad desencadenante y prescriba el tratamiento necesario.

Otros problemas de salud

Además de trastornos dermatológicos, el lamido insistente dirigido a una determinada zona del cuerpo puede señalar la existencia de un dolor. Un ejemplo es la osteoartritis, que provoca molestias en las articulaciones, o las infecciones de orina, que pueden llevar a intensificar el lamido de los genitales debido al dolor en la zona.

En ocasiones, el lamido insistente es el único signo clínico que percibe el cuidador. Otras puede detectar también problemas o cambios en la movilidad, aumento de la frecuencia de las micciones, etc. Al igual que en los problemas de piel, se hace imprescindible acudir al veterinario. Solo este profesional puede diagnosticar y tratar.

Qué hacer para que el perro deje de lamer

Una vez hemos descubierto por qué nuestro perro lame en exceso, tendremos que seguir los tratamientos propuestos por los profesionales para controlarlo. Si el origen es psicológico, podemos ayudar a las medidas específicas recomendadas por el etólogo siguiendo estos consejos básicos:

  • En el momento en el que el perro comienza el lamido, ofrecerle alguna actividad para distraerlo, como salir a la calle o jugar con él.
  • Otra opción es educarlo en los comandos básicos de obediencia. Pedirle una conducta que sabe realizar y por la que se le reconoce es otra maniobra de distracción adecuada.
  • Aunque sea sin querer, debemos evitar premiarlo cuando está lamiendo, pues eso reforzaría la conducta que queremos evitar. Las recompensas no son solo comida. Caricias o palabras cariñosas son también refuerzos para los perros.
  • Por último, hay que mantener el entorno lo más limpio posible para reducir su interés exploratorio.