Son muchos los cuidadores que se animan a convivir con más de un gato en casa. De esta manera, no están nunca solos y no hay excesiva diferencia en cuanto al tiempo dedicado a los cuidados.

Pero, antes de aumentar la familia felina, hay que saber que podemos enfrentarnos a algunos problemas de convivencia. ¿Cómo mantener el bienestar en hogares multigato? Lo explicamos en el siguiente artículo.

¿Es bueno tener más de un gato en casa?

Existe la extendida creencia de que los gatos son animales solitarios, lo que puede generar alguna duda entre los cuidadores a la hora de introducir más de un gato en el hogar. Lo cierto es que se trata de un mito.

Los gatos se consideran una especie social facultativa, lo que quiere decir que, si se dan las condiciones adecuadas, pueden convivir en grupo sin problemas. Precisamente, nuestra tarea será garantizar estas condiciones. De lo contrario, los gatos experimentarán estrés y se producirán problemas en la convivencia.

Hablamos de agresividad, eliminaciones inadecuadas (orina o heces fuera del arenero), heridas, etc. En otras palabras, si disponemos de un entorno muy pequeño, no es la mejor idea pretender albergar a muchos gatos, pues será imposible ofrecerles los mínimos requeridos para su bienestar.

Identificación de problemas de convivencia

Aunque no observemos enfrentamientos violentos directamente, existen algunos signos que nos deben poner en alerta, pues indican que hay problemas en la convivencia y que es necesario que actuemos.

Nunca debemos castigar a un gato en esta situación, ya que solo lograríamos aumentar su estrés, lo que también repercutirá en los demás gatos del grupo. Destacamos las siguientes señales de alerta, que pueden manifestarse con mayor o menor intensidad:

  • Cambios en el comportamiento. Por ejemplo, un gato que siempre ha sido cariñoso, de repente, deja de buscar el contacto.
  • Conductas agonísticas hacia otros gatos, que son las relacionadas con la agresividad y el enfrentamiento.
  • Disminución de la actividad.
  • Menor interés por la exploración del entorno.
  • Reducción del marcaje facial y de las interacciones con el cuidador o con gatos con los que, hasta el momento, mantenía una relación estrecha.
  • Modificación del apetito, normalmente se pierde, aunque hay casos en los que sucede justo lo contrario.
  • Aumento de las vocalizaciones.
  • Marcaje con orina o eliminaciones fuera de la bandeja sanitaria.
  • Aparición de conductas como mantenerse escondido o en estado de vigilancia permanente.
  • Exceso de acicalamiento al punto de provocarse alopecia y heridas.

Eliminación de estresores

Los problemas de convivencia tienen su origen en el estrés. Por este motivo, la reducción de cualquier factor estresante debe estar siempre presente para mantener el bienestar. Así, es importante observar a cada gato para detectar qué elementos le causan estrés con el objetivo de reducirlos en la medida de lo posible.

Por ejemplo, algunos gatos se estresan por cambios en el mobiliario. Sería mejor evitarlos si percibimos algún problema en el hogar. En este punto también incluimos no forzar el contacto entre gatos que no se llevan bien.

Establecimiento de rutinas

La previsibilidad ayuda a los gatos a reducir el estrés, ya que les facilita el control del entorno. Por este motivo, debemos establecer unas rutinas, por ejemplo, dar la comida a la misma hora (aproximadamente), limpiar el arenero o jugar (con los gatos uno a uno o en grupo). Es conveniente que estos horarios sean respetados por todos los miembros de la familia.

Enriquecimiento ambiental

Este concepto hace referencia a la adaptación del hogar para que pueda cumplir con todas las necesidades de los gatos, como saltar, rascar, trepar, jugar, etc. Para ello debemos incluir elementos que los estimulen a nivel físico y psicológico, como juguetes, materiales de diferentes texturas y olores, comederos interactivos, dispensadores de premios, etc.

Es importante tener en cuenta que los gatos no viven solo en el plano horizontal, como nosotros, sino que también podemos aprovechar la verticalidad, con mobiliario adecuado, rascadores de pie, etc. Este tipo de recursos deben ofrecerse de forma que todos los gatos pueden utilizarlos.

Por ejemplo, si ponemos estanterías para que trepen, mejor que haya sitio para todos los ejemplares y opciones para subir y bajar de forma independiente, sin que tengan que estorbarse unos a otros, que es lo que puede generar conflictos. De la misma manera, si les damos cajas de cartón, debería haber una para cada gato o una lo suficientemente grande como para que se introduzca más de un ejemplar si duermen juntos.

Gestión de los recursos

Los gatos necesitan disponer de diferentes áreas en las que se localicen la comida, el agua, el arenero y el lugar de descanso. En hogares multigato vamos a tener que contar con espacio suficiente para separar todos estos elementos y deberá haber comederos, areneros y camas suficientes para evitar la competencia entre ellos.

Incluso en hogares en los que se han formado varios grupos de gatos, pueden establecerse territorios separados para cada uno con todos estos recursos disponibles. De esta forma, se pueden limitar las escaramuzas entre ellos.

Además, podemos ofrecer diferentes opciones. Por ejemplo, areneros abiertos y cerrados o distintos tipos de arena para que cada gato escoja la alternativa con la que más cómodo se encuentre, lo que también ayuda a reducir el estrés.

Introducción de nuevos gatos

Para prevenir problemas en la convivencia, la introducción de nuevos miembros en el hogar debe hacerse siguiendo unas pautas de presentación progresiva, que incluyen intercambio de olores y territorios, visualización sin contacto, actividades a cierta distancia, interacción con supervisión, premios, etc.

También puede recurrirse al uso de feromonas tranquilizadoras. Hay que saber que podemos pedir ayuda para resolver problemas de conducta a profesionales del comportamiento felino o etólogos.