Sin duda, el Saluki es un perro bello. Sus formas elegantes y atléticas nos transmiten la sensación de velocidad y de agilidad propia de los galgos. Pero hay mucho más detrás de su apariencia. A continuación descubrimos los secretos de esta antigua raza.
El perro más antiguo
Hasta el momento, los hallazgos sobre la historia del Saluki hacen pensar a los expertos que esta raza es probablemente la que ha sido criada selectivamente desde hace más tiempo. Es decir, no se trata de que sea antigua, que lo es, sino del tiempo que lleva criándose como tal.
Anatomía del Saluki
Su aspecto agalgado es innegable, aunque hay algunos rasgos destacables y diferenciadores. Por ejemplo, los músculos de sus patas están algo menos desarrollados que los que presentan otros galgos.
Hablando de sus patas, sus huesos son largos, delgados y están recubiertos por una fina piel. También destacan sus expresivos ojos, pequeños y de color avellana o marrón, y sus orejas cubiertas de pelo largo. Por otra parte, su pecho profundo está hecho para la resistencia.
Esto es, permite un buen espacio para el desarrollo de la capacidad pulmonar, lo que favorece dicha resistencia y contribuye a su aptitud para la carrera. Los Saluki pueden correr a grandes velocidades durante muchos kilómetros seguidos.
Los perros más veloces
Como decimos, el Saluki, como galgo que es, está preparado anatómicamente para alcanzar velocidades más que considerables. De hecho, en territorios como Siria o Turquía se crían estos galgos para carreras en el desierto, que son un pasatiempo muy apreciado en lugares como los Emiratos Árabes Unidos.
Estos galgos pueden correr también detrás de liebres. Estas actividades se han visto afectadas por la pandemia generada por el coronavirus SARS-CoV-2, que ha acabado con las exportaciones de estos perros, que además ya llevaban años perjudicadas por la guerra en Siria.
La inteligencia del Saluki
En la década de los años 90, el psicólogo Stanley Coren elaboró un listado recogiendo muchas razas caninas enumeradas de mayor a menor inteligencia. Hay que decir que lo que valoró fue la capacidad para el aprendizaje, es decir, la rapidez con la que el perro consigue reproducir las órdenes que se le enseñan.
También se estudió la posibilidad de repetición de las órdenes aprendidas, esto es, la probabilidad de que el perro obedezca una orden dada. El Saluki ocupa en la lista el puesto número 43 de un total de 79.
Esto significa que puede costarnos enseñar a nuestro Saluki y tendremos que repetir los ejercicios que plateemos bastantes veces para conseguir que los fije. Por otra parte, no siempre nos obedecerá, por lo que tendremos que proporcionarle una educación firme y coherente.
El hogar para un Saluki feliz
En cuanto vemos a un perro como el Saluki es fácil que lo primero que pensemos es en carreras y nos lo imaginemos feliz en una casa con un amplio terreno donde correr a toda velocidad. Y es cierto que el Saluki necesita tener la posibilidad de correr y de quemar su energía, ya que se trata de una raza muy activa.
Pero estos animales también han conseguido adaptarse a la vida en un apartamento en la ciudad. Por supuesto, para que la convivencia resulte un éxito es imprescindible que cubramos sus necesidades de actividad. De lo contrario acabarán por producirse problemas de comportamiento como muestra de su frustración.
Precio del Saluki
Si estás pensando en compartir tu vida con un Saluki, además de estudiar sus necesidades para comprobar que puedes asumirlas, debes estar dispuesto a invertir una considerable suma de dinero. Es raro encontrar un perro de raza Saluki en una perrera o protectora.
Por lo tanto, lo más probable es que, si te has empeñado en uno, tengas que pagarlo. En este caso contacta siempre con un criador profesional. El precio va a oscilar en función de sus orígenes, de si escoges un cachorro o un adulto, un macho o una hembra, etc.
Estamos hablando de unos 800 euros en el caso de los ejemplares más económicos, más de 1000 si son cachorros o están inscritos en el Libro de Orígenes Español o LOE y hasta 2000 o más llegan a costar los ejemplares más exclusivos.
El Saluki y la religión
Por último, como curiosidad, vale la pena destacar el papel del Saluki en el Corán y para los musulmanes. A los perros los consideraban impuros, pero con el Saluki se hacía una salvedad.
Esto da muestra de la gran importancia que para la supervivencia de estos pueblos tenían estos animales. Los Saluki obtuvieron el permiso para vivir en el hogar junto a sus cuidadores. Además, eran respetados y muy bien tratados.
De hecho, cuando los llevaban a cazar lo hacían montándolos en los camellos para que no se quemasen sus patas con la arena caliente del desierto. Cazaban acompañados de halcones. Las aves se lanzaban a por la presa y lograban frenar su avance hasta que llegaba el Saluki para atraparla y entregarla a su cuidador.