La boca es una zona delicada tanto para perros como para gatos. En ella es fácil que proliferen bacterias que acaben originando infecciones. Deberíamos prestarle atención y limpiarla con productos y cepillos especiales para animales con toda la regularidad que fuese posible.

Pero la realidad es que no son muchos los cuidadores que realizan esta higiene, sobre todo si hablamos de gatos. ¿Cómo podemos saber si estamos ante una infección de boca en perros y gatos y qué hacer en ese caso? Lo explicamos en el siguiente artículo.

Causas de infecciones bucales

La boca de perros y gatos cuenta con bacterias de forma normal. Estas aprovechan los restos de comida que se quedan entre los dientes, sobre todo entre estos y las encías, para proliferar, pues es un ambiente con las condiciones ideales para su crecimiento. Es lo que se conoce como placa bacteriana.

Si no se elimina, acaba por calcificarse al depositarse minerales presentes en la saliva, formando el sarro o cálculo dental. A estas alturas, el borde de la encía en contacto con el diente se inflama, provocando gingivitis.

Esta situación, si no se trata, lleva a que el diente cada vez se afloje más de la encía y provoca lo que se conoce como periodontitis o enfermedad periodontal, que puede afectar tanto a perros como a gatos y que implica una inflamación mucho más grave y una pérdida del sostén de los dientes. Pueden verse abscesos y pus.

Es un problema más frecuente en perros de raza pequeña y braquicéfalos, gatos con enfermedades como la inmunodeficiencia o la leucemia y, en general, ejemplares caninos y felinos mayores de dos años. Además, hay factores que favorecen estas infecciones, como los siguientes:

  • Alimentación rica en hidratos de carbono y azúcares.
  • Tratamientos a largo plazo con corticoides.
  • Algunas enfermedades como la diabetes.
  • Presencia de cuerpos extraños o traumatismos.
  • Persistencia de los dientes de leche junto a los definitivos.
  • Genética.

Signos clínicos de infección bucal

Los siguientes signos clínicos nos pueden hacer sospechar que nuestro gato o perro padece una infección en la boca:

  • Mal aliento (halitosis).
  • Encías inflamadas.
  • Placa bacteriana y sarro.
  • Presencia de sangre en las encías o en la boca.
  • Dientes de color amarillento o marrón.
  • Caída de dientes o piezas dentales que se mueven.
  • Abscesos o pus en las encías.
  • Pérdida de apetito, rechazo del alimento o dificultades para comer (el animal va animado al comedero, pero enseguida se aparta y no come).
  • Dolor.
  • Fiebre.
  • Decaimiento.
  • Hipersalivación.
  • Adelgazamiento.
  • Mal aspecto del manto en el caso de los gatos, ya que no podrán autoacicalarse con normalidad.

Tratamiento de las infecciones bucales

Es imprescindible que a la primera sospecha de infección en la boca acudamos al veterinario. Si intervenimos en las primeras fases, cuando solo hay placa bacteriana, sarro o gingivitis, es una enfermedad curable. En cambio, cuando la enfermedad periodontal está avanzada, el tratamiento se complica y es posible que se pierdan piezas dentales.

Aunque se trate, no va a revertirse por completo la situación, pero sí podemos mantenerla controlada. Es importante actuar porque una infección en la boca puede llevar a que las bacterias se introduzcan en el organismo y acaben causando problemas en diferentes órganos (endocarditis, enfermedad renal, alteraciones digestivas o respiratorias, etc.). Además, resulta muy dolorosa para el animal. El tratamiento puede incluir:

  • Administración de antibióticos y otros fármacos.
  • Limpieza dental por ultrasonidos para eliminar la placa y el sarro (requiere anestesia general).
  • Extracción de las piezas dañadas.

Prevención de las infecciones bucales

Aunque no podemos actuar sobre todos los factores que están detrás de una infección en la boca, sí podemos tener en cuenta algunas medidas que pueden ayudarnos en su prevención. Destacamos:

  • Lavar los dientes con toda la frecuencia que sea posible, utilizando siempre un cepillo y una pasta específicos para animales. Lo mínimo recomendable serían unas tres veces a la semana.
  • Ofrecer premios especiales para el cuidado dental. También hay piensos que ayudan a combatir la placa. Busca siempre opciones aprobadas por veterinarios. No todos los premios que se comercializan para la higiene bucal tienen eficacia demostrada.
  • Poner un enjuague específico para animales en el agua del bebedero. Luchan contra la placa bacteriana.
  • No dar juguetes no aptos para animales ni aquellos que resulten abrasivos para los dientes, por ejemplo, las pelotas de tenis que se les suelen ofrecer a los perros.
  • Administrar una alimentación de calidad.
  • Consultar al veterinario sobre la pertinencia de realizar limpiezas con ultrasonidos de la dentadura y siempre que detectemos algún signo clínico como los mencionados.