El hipo se origina debido a movimientos repetitivos, involuntarios e incontrolables del diafragma, lo que provoca breves entradas y salidas de aire con un sonido característico, en lugar de los movimientos suaves que se generan en la respiración normal.
El diafragma es un músculo que se localiza entre los pulmones y el estómago y ayuda a la respiración. Precisamente, el hipo comienza cuando alguna causa lo irrita. Hablamos del hipo en los perros, sus causas y su tratamiento en el siguiente artículo.
¿Cómo es el hipo de los perros?
Lo cierto es que los ataques de hipo de los perros se parecen bastante a los que podemos experimentar los humanos. Normalmente, su duración se limita a unos minutos y son por completo fisiológicos, con lo que remitirán por sí solos sin que tengamos que hacer nada. En general, el hipo es más frecuente en los cachorros que en los perros adultos.
Causas del hipo
Los accesos de hipo que tanto los perros como las personas podemos sufrir de vez en cuando suelen asociarse a una ingesta demasiado rápida de alimentos sólidos o líquidos, lo que hace que se trague una cantidad considerable de aire.
Pero hay otras causas de hipo en los perros, sobre todo en los cachorros, que tienen en común su capacidad para desencadenar modificaciones en el patrón normal de la respiración. Destacamos las siguientes:
- El juego bruto o saltar y correr con excesiva energía. Este motivo explica que se detecte más hipo en cachorros que en perros adultos.
- El estrés, el miedo o el nerviosismo.
- La ansiedad con la comida. Puede ser porque el alimento no proporcione todos los nutrientes que el perro necesita, sufre alguna enfermedad que aumenta su apetito, es muy ansioso con la comida o intenta comer rápido al haber otros ejemplares cerca. Por otra parte, los cachorros tienden a ingerir más rápido y sin masticar.
- El frío y los cambios bruscos de temperatura, por ejemplo, debidos al paso del exterior a ambientes con calefacción o aire acondicionado. Los cachorros son más sensibles a estos cambios.
- Algunas intoxicaciones alimentarias pueden causar hipo, además de signos clínicos como vómitos, diarrea, apatía, dolor en el abdomen, etc.
Cómo quitar el hipo
Si nos parece necesario, podemos recurrir a algunos remedios caseros para quitarle el hipo a nuestro perro. Se basan en hacer que la respiración vuelva a la normalidad y, en consecuencia, el hipo desaparezca. Se habla de varios, estos son los más sencillos:
- Darle a beber un poco de agua.
- Distraerlo con alguna actividad que le guste.
- Calmarlo si su respiración está alterada. Si está tranquilo, podemos sacarlo a dar un paseo relajado.
- Masajearle la zona del pecho y del abdomen.
Prevención del hipo
En vista de las causas que pueden desencadenar el hipo en los perros, podemos adoptar algunas medidas preventivas para evitarlo. Por ejemplo:
- No permitir que el perro se exceda en la actividad física.
- Evitarle, en lo posible, los factores que sabemos o sospechamos que le provocan estrés o miedo.
- Ofrecerle un alimento de calidad, equilibrado y adaptado a su etapa vital.
- Darle de comer en varias tomas al día raciones más pequeñas.
- Ponerle la comida en comederos especiales para perros que comen demasiado rápido.
- Si hay varios perros en casa y la hora de la comida es un problema, mejor que coman separados o, en su defecto, siempre con nosotros vigilando.
- Implantar todas las precauciones necesarias para que su entorno sea seguro y no pueda acceder a sustancias potencialmente tóxicas.
- Enseñarle a no comer comida ni ningún resto que se encuentre por la calle o que le den desconocidos.
- Evitarle cambios bruscos de temperatura y ofrecerle un refugio confortable durante todo el año.
Cuándo ir al veterinario por el hipo
Hemos explicado que el hipo es una reacción fisiológica que se desencadena por la irritación del diafragma. No es una enfermedad y suele remitir espontáneamente en cuestión de minutos, pero no siempre es así.
En ocasiones, sí puede indicar la presencia de alguna patología. Son ejemplos el asma, la neumonía o la pericarditis, además de las intoxicaciones alimentarias que hemos mencionado.
Por este motivo, si los ataques de hipo son muy frecuentes, se prolongan durante mucho tiempo o están acompañados de otros signos clínicos, como tos, estornudos normales e inversos, cambios en la respiración, etc., hay que acudir al veterinario, de inmediato si sospechamos de una intoxicación.