También conocido como “bohemio”, el Terrier Checo es uno de los canes más tiernos de esta familia perruna. ¡Es que podrías comértelo a besos, de tan cariñoso y simpático que es! Paciente con los niños y con las personas mayores, es un gran compañero en el hogar y siempre estará pendiente de hacerte feliz. ¿Te apetece saber un poco más acerca de esta raza? Sigue leyendo.
Datos básicos
- Tamaño: entre 25 y 33 cm de altura
- Peso: entre 6 y 10 kilos
- Esperanza de vida: entre 12 y 15 años
- Ideales para: familias; vivir en pisos o en casas con jardín; como perros de terapia.
¿Cómo surgió la variedad del Terrier Checo?
Esta raza tiene un origen reciente, pues surgió tras la II Guerra Mundial en lo que hoy es la República Checa. Frantisek Horak, un cazador y genetista praguense, fue quien la desarrolló. Su objetivo era lograr canes que pudieran cazar ratas en entornos cerrados, moverse en jaurías en el campo abierto para atrapar presas más grandes y, a la vez, ser amistosos para la vida doméstica. Con este fin trabajó con dos variedades de Terrier, el Escocés y el Sealyham. Algunos estudiosos también afirman que el Dachshund Alemán fue parte de la mezcla, aunque no está probado.
El proceso de cruce no dio resultados inmediatos, pues se necesitaron varias generaciones hasta conseguir el objetivo: ejemplares versátiles que trabajan muy bien al lado de las personas pero con la suficiente independencia para pensar por sí mismos si deben hacerlo. Aunque llegaron a Gran Bretaña y a los Estados Unidos a mediados de los años 80, estos Terrier no han llegado a ser demasiado conocidos fuera de su país de origen, donde se consideran parte del patrimonio nacional. La raza fue oficializada en 1973.
Características físicas del Terrier Checo
Los ejemplares de Terrier “Bohemio” presentan un cuerpo esbelto y de baja estatura. Vistos de perfil son más largos que altos. Su cuello está bien musculado y tiene una forma ligeramente arqueada. El lomo es resistente y recto hasta la mitad de la espalda, donde se eleva ligeramente para finalizar en una marcada curva trasera. Esta raza es de patas cortas, rectas y huesos grandes. A pesar de su tranco corto, los movimientos son elegantes y ágiles.
El cráneo tiene forma de cuña alargada y se achata en la punta. El hocico es largo, con mandíbulas poderosas y una trufa oscura. Los ojos son de tamaño medio, forma almendrada y color castaño. La expresión típica de la raza es de amabilidad y paciencia. Sus orejas, de forma ligeramente triangular, están caídas hacia delante cubriendo el orificio del oído.
El manto es distintivo: largo, fino y algo ondulado pero sin llegar a ser rizado. Se presenta más profuso en la zona de las cejas, de los mostachos, de la barba y detrás de las patas; también en el abdomen, formando un “delantal”. El color predominante es el gris, que puede variar de tonalidad entre el carbón y el plata. El negro puede estar presente en zonas de la cabeza, de las patas o de la cola. Asimismo, se permiten puntos blancos o amarillos en la barba, las mejillas y el pecho.
Carácter del Terrier Checo
Devotos de su hogar y de su círculo más íntimo, estos pequeñines prefieren la compañía humana más que cualquier otra cosa en el mundo. Se sentirán a gusto siendo parte del día a día de la familia y suelen ser el centro de todo tipo de reuniones y celebraciones. Elegirán a una persona como preferida, normalmente con quien pase más tiempo.
Es un can muy valorado como perro de terapia para pacientes de corta edad, pues es mucho más cariñoso que otros tipos de Terrier. Además posee una gran tolerancia, por lo que es recomendable para niños grandes y pequeños.
Lo que sí le cuesta es confiar en las personas externas a su círculo, por lo que es importante una buena socialización desde pequeño. Así lograrás que tenga una personalidad más abierta y que no desarrolle recelo o miedo a los extraños. No obstante, nunca se mostrará agresivo con los desconocidos. Suelen ser guardianes fiables y sus sonoros ladridos te avisarán ante el menor problema.
Principales cuidados del Terrier Checo
Es necesario cepillarles una o dos veces por semana, pues pierden cantidades moderadas de pelo. El pelaje debe ser recortado con regularidad – cada mes o mes y medio – y mejor si lo hace un especialista. Además, los baños mensuales son recomendables. El pelo de sus orejas crece rápidamente, por lo que deberás recortárselo con frecuencia para evitar infecciones. Revisa cada semana que sus oídos estén libres de cera y suciedad.
Aunque están desarrollados para la caza, no requieren grandes cantidades de ejercicio. Una salida al día, de no más de 20 minutos, es todo lo que necesitan para sentirse equilibrados y, a la vez, reafirmar su socialización. Se adaptan bien a los pisos pequeños de ciudad o a las casas en el extrarradio.
Procura no dejarles mucho tiempo en soledad. Si están aislados dentro de la vivienda tenderán a ladrar sin parar o a mordisquear sofás o cojines. Y si les dejas en el patio pueden cavar hoyos sin parar o intentar escapar por cualquier rendija, por mínima que sea.
Por otro lado, no olvides que su instinto de caza sigue latente, por lo que es recomendable que vaya con correa. Así evitarás que persiga animales pequeños como gatos, aves o conejos. Por cierto: no toleran muy bien los calores intensos, así que en épocas estivales intenta que los paseos sean temprano por la mañana o al caer el sol.
La salud del Terrier Checo
Como consecuencia de su linaje, el Terrier Checo suele sufrir ataques de una enfermedad conocida como “calambres escoceses”, muy típica en los Terriers de ese país. Estos calambres, que afectan a cachorros y a ejemplares jóvenes, suelen aparecer después del ejercicio o en situaciones de estrés. Los individuos afectados se estiran excesivamente, saltan y sufren espasmos durante 10 minutos.
Otros padecimientos relacionados con la raza son: la atrofia de retina, las cataratas y los problemas cardíacos. Afecciones como la luxación patelar en la zona de la rodilla también tienen una incidencia mayor que en otras razas.