Los gatos Burmilla surgen de un cruce casual entre dos razas que, combinadas, han conseguido crear un gato de manto único y carácter cariñoso y familiar. La facilidad de su cuidado y su adaptación a los seres humanos lo convierten en un estupendo gato casero.

Datos básicos

  • Peso: 3-5 kg, aunque las hembras son más pequeñas y finas.
  • Tamaño: mediano.
  • Esperanza de vida: 10 años.
  • Ideales para: familias con niños.

Origen del fascinante gato Burmilla

Esta raza podríamos decir que todavía está en proceso. El número de ejemplares está en la actualidad todavía muy limitado. Su nombre deriva del cruce accidental que propició su aparición, ocurrido en el Reino Unido en la década de 1980. Este se produjo entre un gato Persa chinchilla y un Burmés lila.

Los gatitos nacidos presentaron una coloración diferente y llamativa que atrajo el interés de los criadores. El aspecto del manto era el del chinchilla, mientras que el carácter y la forma del cuerpo recordaban al Burmés. Desde ese momento el objetivo fue conseguir ejemplares con estas características que conjugaban ambas razas.

Se buscaba el pelaje, las formas redondeadas y, sobre todo, la coloración especial que habían expresado esos primeros gatitos. Hasta ahora, los programas de cría se han centrado en Reino Unido y Estados Unidos. El gato Burmilla pertenece a la categoría III según la clasificación de la Federación Interacional Felina, que reconoció la raza en 1994.

Características de la raza Burmilla

El cuerpo del Burmilla es de complexión fuerte, elegante, musculada, compacta y robusta, sobre unas patas delgadas. Presenta formas redondeadas en la cabeza y en las puntas de las orejas. Estas son triangulares y están dispuestas bien separadas. Los ojos, muy expresivos, son verdes en distintas tonalidades, perfilados y se disponen oblicuos.

El hocico tiene forma de cuña. Su manto sigue el patrón tipping shell o shaded, es decir, punteado o sombreado. El color claro del pelo se va oscureciendo hacia la punta. Se busca la uniformidad del sombreado. La intensidad del color se marca más a lo largo de la columna vertebral y la cola, con la punta más oscura.

Otra característica destacada es que en la frente tiene que formarse una M. En el cuerpo no pueden aparecer marcas atigradas. El pelo es corto, liso, grueso y denso. De textura sedosa y suave, está bien pegado al cuerpo. Presenta subcapa. Están admitidos los colores negro, azul, chocolate, lila, caramelo, beige, blanco, gris y albaricoque.

¿Cómo es el gato Burmilla?

El carácter del gato Burmilla destaca por su dulzura, su calma y su afectuosidad. Estas características lo convierten en un buen gato de compañía, sobre todo para aquellas personas a las que les gusta acariciar y tomar en brazos a su gato.

Es apto para la convivencia con niños, con los que puede pasar buenos ratos de juego, ya que es un gato muy juguetón. Despliega un nivel medio de energía. Al Burmilla le encantan las atenciones, así como sentirse parte de la familia. De hecho, es probable que las reclame y que algunos ejemplares incluso sean pesados en este sentido.

Son muy comunicativos, extrovertidos y sociables, también con otros animales, como los perros. Además, se trata de un gato muy inteligente. Puede aprender trucos como abrir puertas. No es para nada nervioso ni agresivo.

Cuidados del Burmilla

A los gatos Burmilla les gusta saltar y trepar. Por ello es conveniente que en el hogar cuenten con espacios para hacerlo, independientemente de que se trate de un apartamento o de una casa con espacio exterior, ya que se adaptan a cualquier vivienda. Rascadores en vertical de diferentes alturas y mobiliario dispuesto estratégicamente son básicos.

También les gusta que les dediquemos un rato todos los días para jugar con ellos con cualquier juguete. Es importante que dispongan de suficientes oportunidades para hacer ejercicio y así mantener su peso ideal. Para ello también debemos ofrecerles una alimentación de calidad adaptada a su etapa vital.

En el aspecto afectivo son gatos que pueden llegar a ser exigentes a la hora de reclamar atención. Necesitan sentirse parte de la familia, por lo que no son la raza ideal para horas de soledad. Por lo demás, su mantenimiento es sencillo. Basta con un cepillado de vez en cuando para eliminar pelo muerto. Suelen aceptarlo muy bien.

Enfermedades y problemas de salud

Al tratarse de una raza reciente todavía no se han notificado enfermedades hereditarias a las que estos gatos sean propensos. Por ello, hasta el momento, se considera una raza sana. Eso si, sin realizar el suficiente ejercicio o si la alimentación proporcionada es inadecuada o excesiva, existe tendencia a sufrir problemas de sobrepeso y obesidad.

De ser el caso será imprescindible acudir al veterinario para que nos paute una dieta. El exceso de kilos no es una cuestión menor, ya que aumenta el riesgo de padecer determinadas patologías, como la diabetes, y agrava otras. No puede dejarse sin tratar.

En cuanto al aspecto psicológico, para evitar problemas de comportamiento no es conveniente que los Burmilla pasen mucho tiempo solos. Por eso se recomiendan para familias de varias personas que puedan turnarse para quedarse en el hogar o que, al menos, cuenten con gatos o perros que puedan hacerles siempre compañía.