No es extraño que el cuidador de un gato se anime a adoptar otro ejemplar o incluso más de uno. Lo cierto es que resulta una buena idea, ya que nunca estarán solos, jugarán y se harán compañía entre ellos y, en cuanto al trabajo que ocasionan, no hay tanta diferencia entre uno y dos o tres gatos.
Pero antes de aumentar la familia debemos ser conscientes de que es muy posible que, en un inicio, se produzcan enfrentamientos entre los gatos. Por este motivo, hay que saber cómo introducir otro gato en casa de la manera correcta para minimizar los problemas y conseguir, lo antes posible, una buena convivencia entre ellos.
¿Se pueden juntar dos gatos?
En primer lugar, hay que prestar atención al aspecto sanitario. Esto es, el nuevo gato debe estar correctamente desparasitado antes de entrar en contacto con su futuro compañero. Además, es importante que ambos estén testados de inmunodeficiencia y leucemia felina. Ambas son enfermedades víricas felinas que no tienen cura, por lo que es importante que nos aseguremos que no se pueden contagiar el uno al otro.
Igualmente, convendría que ambos ejemplares estuviesen correctamente vacunados. Por lo menos durante el tiempo necesario para una correcta desparasitación o el que marque el veterinario, deberían estar separados. Esta cuarentena es conveniente por si el nuevo estuviese incubando alguna enfermedad, sobre todo si se trata de un gatito o un adulto del que desconocemos su procedencia.
¿Qué pasa cuando un gato nuevo llega a casa?
Algunas personas simplemente llegan con un gato nuevo a casa y lo sueltan, esperando que todo vaya bien. Y podría suceder. Hay gatos muy sociables que reaccionan con curiosidad ante la llegada de un compañero y no muestran ni estrés ni animadversión hacia él. Pero, por desgracia, no es lo normal.
La mayoría de los gatos sufren estrés al ver a un congénere en sus dominios y sus reacciones acostumbran a ser violentas, pudiendo perseguir y atacar al recién llegado. Otros, en cambio, procurarán esconderse y alejarse todo lo posible del nuevo compañero.
Además, hay que contar también con la personalidad del gato que acaba de llegar. Generalmente, los gatitos de menos edad son más adaptables y no suelen reaccionar mal ante los adultos, pero podría darse el caso de que fuese el nuevo el que mostrase un comportamiento violento o depresivo.
Por todo ello, no es la mejor idea soltar a los gatos y esperar a ver qué pasa. Hay que prevenir teniendo en cuenta unas pautas de presentación dirigidas a reducir el estrés y facilitar la convivencia. Aun así, el proceso de adaptación puede ser largo y nunca se puede forzar.
¿Cómo conseguir que dos gatos convivan?
Las pautas de presentación para una convivencia exitosa entre dos o más gatos se basan en los siguientes principios:
- Escoge una estancia para uso exclusivo del gato recién llegado (recuerda que siempre debe pasar un periodo de aislamiento por razones de salud) con todo lo que pueda necesitar, como cama, comederos, agua, arenero, rascador, juguetes, etc.
- Entra en casa con el nuevo dentro del transportín y permite que se huelan. Esto te dará una primera información sobre las sensaciones de cada gato y te ayudará a continuar las presentaciones. Recuerda que es probable que se bufen y que en ningún caso hay que reñirles por ello. Si, al contrario, reaccionan bien, dales un premio.
- Una vez eliminadas las precauciones por salud, intercambia algunos elementos de esta habitación con los del otro gato. Por ejemplo, cambia los areneros o las camas. De esta manera se familiarizarán con los olores del otro (que ya estarán oliendo en nuestra ropa o manos). También puedes frotar alguna prenda por un gato, sobre todo por las mejillas, y, después, por el otro. De esta forma olerán sus feromonas apaciguadoras.
- Si los gatos se mantienen tranquilos, puedes dejar que se vean en este cuarto, siempre con vigilancia. Una opción es poner una red en la puerta para que se puedan observar sin peligro cuando quieran.
- Según la reacción, podremos permitir más o menos contacto. Es decir, si parece que están tranquilos, podemos dejarlos juntos (siempre con nuestra supervisión). En cambio, si alguno reacciona con agresividad, lo mejor es seguir con la separación e intentarlo más adelante.
- Se puede favorecer la adaptación, por ejemplo, iniciando un juego que les guste y en el que ambos quieran participar u ofreciéndoles una comida especialmente rica. De esta forma, irán asociando al otro gato con momentos positivos y placenteros.
- Hasta que no se toleren no conviene dejarlos juntos solos. Podemos permitir que se relacionen en nuestra presencia y volver a separarlos cuando nos vayamos o por la noche.
- Si puedes, aproximadamente una semana antes de la llegada del nuevo miembro de la familia, pon difusores de feromonas tranquilizadoras. Ayudarán a reducir el estrés de ambos gatos. También puedes recurrir a las flores de Bach, que se pueden echar en el agua.
¿Qué hago si mis gatos no se llevan bien?
Si a pesar de seguir las pautas de presentación con tiempo y paciencia los gatos no se toleran, se atacan o están estresados, lo mejor es contactar con un experto en conducta felina o etólogo. Este profesional podrá evaluar la situación y ofrecer unas medidas de manejo adaptadas a cada caso.