El colapso traqueal es un trastorno que afecta a la correcta respiración del perro, pudiendo desencadenar episodios muy preocupantes y angustiosos, ya que los cuidadores verán que al perro le cuesta respirar, más o menos en función de la gravedad del colapso. En este artículo explicamos en qué consiste esta patología, cómo reconocerla y de qué manera podemos tratarla.

¿Qué es el colapso traqueal?

El colapso traqueal es un estrechamiento patológico de la tráquea, que es el tubo que conecta la parte superior de las vías respiratorias con la inferior. Está formado por anillos cartilaginosos en C. Si, por algún motivo, estos anillos se deforman, van a impedir el paso normal del aire, es decir, se produce un colapso que genera una obstrucción.

Esta no es igual en todos los perros, sino que se distinguen distintos grados de colapso, en función de la gravedad, esto es, de una mayor o menor obstaculización del paso del aire. Hay 4 grados, siendo el 1 el más leve y el 4 el que más va a comprometer la respiración del animal, dejando tan solo un mínimo espacio para el paso del aire. Se trata de un problema degenerativo y progresivo, lo que implica que irá empeorando con el paso del tiempo.

Causas del colapso traqueal

Se considera que la aparición del colapso traqueal obedece a diversos factores, entre los que destacamos los siguientes:

  • Obesidad.
  • Raza.
  • Tamaño.
  • Uso de collares en los paseos, sobre todo si el perro tira en exceso.
  • Exposición a sustancias potencialmente irritantes o alergénicas para las vías respiratorias.
  • Desmineralización de los anillos cartilaginosos que, recordemos, conforman la estructura de la tráquea.
  • Cualquier traumatismo que afecte a la zona de la garganta.
  • Enfermedades cardiacas y/o respiratorias crónicas.
  • Genética.

¿Qué perros tienen colapso traqueal?

Cualquier perro podría llegar a sufrir un colapso traqueal, pero es cierto que algunos están más expuestos a padecer este problema, como podemos deducir a partir de sus causas. Destacamos:

  • Ejemplares de pequeño tamaño o miniatura.
  • Razas como yorkshire terrier, caniche enano, chihuahua, pomerania, bichón maltés, pequinés, etc.
  • Animales con obesidad.
  • Ejemplares diagnosticados de bronquitis crónica.
  • Perros de mediana edad, a partir de los 6-7 años, y de edad avanzada.
  • Aquellos que pasean con collar y tiran mucho.

Signos clínicos del colapso traqueal

Lógicamente, cualquier afección que comprometa la respiración del perro resulta muy preocupante y requiere, especialmente en los colapsos más graves, una rápida intervención veterinaria. Estos son los signos clínicos que nos pueden poner en alerta:

  • Tos característica que se conoce como de ganso.
  • Dificultades respiratorias más o menos evidentes.
  • Ruidos al respirar.
  • Asfixia en los casos de mayor gravedad.
  • Jadeo.
  • Náuseas.
  • Puede haber signos compatibles con bronquitis, traqueítis, hipertensión pulmonar, insuficiencia cardiaca, etc., si se deja que el colapso avance sin tratamiento (recordemos que es una patología progresiva).

Hay que tener en cuenta que toda esta sintomatología se expresará con mayor o menor intensidad dependiendo del grado del colapso, es decir, de su gravedad. Por ejemplo, en colapsos leves en los que la obstrucción del paso del aire es mínima puede detectarse tos de ganso en momentos puntuales, sobre todo cuando el perro se ve sometido a emociones fuertes o estrés. En cambio, en los colapsos traqueales más graves esta tos podrá oírse con mucha frecuencia.

Tratamiento del colapso traqueal

Por supuesto, si detectamos en nuestro perro cualquier signo clínico compatible con un colapso traqueal, debemos ponernos en contacto con el veterinario. Solo este profesional tiene competencias para diagnosticar esta dolencia y tratarla, siempre según las circunstancias de cada perro.

Como hemos dicho, el colapso traqueal es degenerativo y progresivo. Esto quiere decir que podemos tratarlo, mejorando mucho la calidad de vida de los perros afectados, pero no curarlo. Los casos más leves responden bien a la medicación, que puede incluir broncodilatadores, antibióticos, corticoides, antitusígenos o incluso sedantes para controlar el nerviosismo que le causa al perro no poder respirar bien, lo que, además, agrava las dificultades respiratorias y la tos.

Con independencia de los fármacos, hay que cuidar a estos perros a través de la dieta, el ejercicio moderado y, en lo posible, la reducción de cualquier factor desencadenante de estrés.

Pero, cuando el colapso traqueal es grave, es posible que estas medidas no sean suficientes y que se requiera una intervención quirúrgica para intentar corregir la tráquea, además de una atención de urgencia en la clínica para estabilizar la respiración del animal. La operación no podrá hacerse en todos los casos, ya que el veterinario tendrá que valorar las circunstancias de cada perro y las características del colapso.

Prevención del colapso traqueal

Hemos visto que algunas circunstancias que favorecen la aparición del colapso traqueal no son modificables, como la edad o la genética del perro. Pero hay otras sobre las que sí podemos incidir y tenerlas en cuenta forma parte de la prevención de esta dolencia. Así, destacamos las siguientes medidas:

  • Mantener al animal en su peso ideal.
  • Pasearlo con arnés mejor que con collar.
  • Reducir los factores que le causen estrés.
  • Evitar la exposición a potenciales alérgenos o irritantes de las vías respiratorias.
  • Practicar la actividad física adecuada a las necesidades de cada ejemplar.
  • Acudir al veterinario si detectamos cualquier anomalía en el perro.