Aunque su presencia imponga ante los extraños, con su familia y amigos estos perros son verdaderos trozos de pan. Los Bullmastiff poseen miradas que dicen “puedes confiar en mí” y en verdad puedes hacerlo, pues son perfectos para cuidar del hogar.
Son canes inteligentes, atentos y equilibrados, que se adaptan sin problemas a la vida en el campo o en la ciudad. ¿Quieres saber qué hace que esta raza sea una de las más recomendadas para familias con niños? Continúa leyendo para aprender todo sobre el Bullmastiff.
Datos básicos
- Tamaño: entre 55 y 70 cm de altura
- Peso: entre 45 y 70 kilos
- Esperanza de vida: entre 8 y 10 años.
- Ideales para: vida en entornos urbanos o rurales. Pisos o casas. Excelentes para la vigilancia.
Orígenes del Bullmastiff
Esta raza surge del cruce entre los Bulldog y los Mastiff. Tiene su génesis en la campiña inglesa a finales del siglo XIX, aunque también se identificaron ejemplares con características similares en la Península Ibérica. De hecho, Catalina de Aragón llevó varios de estos perros al Reino Unido cuando viajó para casarse con Enrique VIII.
En sus orígenes fueron utilizados como guardianes de grandes cotos privados de caza. También estuvieron entre los preferidos de los guardabosques, ya que por sus cualidades eran ideales para combatir a los cazadores furtivos. La variedad fue reconocida oficialmente en 1924.
Características del Bullmastiff
Los Bullmastiff son perros que imponen por su presencia física. Cuentan con huesos grandes y una musculatura poderosa que se aprecia en un lomo fornido, un pecho profundo y unas patas bien desarrolladas.
Tienen además una cabeza gruesa y eminentemente cuadrada. El hocico es ancho y más bien corto, con una mandíbula firme y marcada. La zona del morro y los ojos están recubiertos por una máscara oscura. Estos pueden ser castaños, color avellana o negros, pero no amarillos o ámbar. La mirada es serena pero intensa. Sus orejas suelen tener forma de V y caen hacia los costados.
El pelo es corto, áspero y bien pegado a la piel en todo el cuerpo. El color más habitual es el leonado, pero también son comunes otras tonalidades como: arena, marrón rojizo, hígado e incluso atigrados.
Carácter del Bullmastiff
Sus genes de perro guardián se mantienen presentes en los ejemplares actuales. Esto hace que sean perfectos para cuidar tanto de una casa como de una familia. Con los suyos es muy cariñoso, juguetón y especialmente tolerante ante las travesuras infantiles. Solo hay que estar atento para que no haya incidentes debido a su gran fuerza, aunque suelen controlarla muy bien.
Les agrada pasar tiempo con los suyos, pero también necesitan independencia. A pesar de su imponente aspecto suelen ser muy sociables con las visitas. Es raro que gruñan y menos aún que se comporten de manera agresiva.
En su rol de vigilante el Bullmastiff suele ser menos amistoso y, ante cualquier peligro, se convierte en un verdadero león. Son perros seguros de sí mismos, que aunque aparenten tranquilidad siempre están atentos a todo lo que pasa. Uno de sus rasgos más marcado como guardián es que no está criado para morder. Si ve a alguien amenazante solo lo tumbará e inmovilizará.
Son perros con un carácter fuerte y pueden volverse dominantes si no se educan correctamente desde pequeños. La socialización temprana es fundamental para lograr que entablen buenas relaciones con otros canes. Por ello, no se aconseja que comparta el hogar con otras razas de temperamento similar, como los Pit Bulls o los Shar Pei.
En España los perros Bullmastiff nos son considerados potencialmente peligrosos, por lo que no es necesario contar con una licencia para tener uno. Sin embargo, es fundamental que sea educado por una persona con experiencia. Asimismo, jamás deben adiestrarse en ataque.
Cuidados del perro Bullmastiff
Los canes de esta raza se adaptan perfectamente a cualquier ambiente. Pueden vivir sin problemas en un piso de ciudad, en una casa o en el campo, aunque sin duda preferirán un sitio con espacio para jugar dentro del hogar.
Si vives en un apartamento urbano necesitarás pasearlo – al menos- tres veces al día. No son extremadamente activos, por lo que un ejercicio moderado será suficiente para que se mantengan equilibrados. Los juegos deben estar bien controlados hasta los 15 meses de edad, para evitar problemas de crecimiento en los huesos.
Son muy aseados y aprenden sin problemas a no hacer sus necesidades en casa. Además son silenciosos, lo que será un plus a la hora de lidiar con los vecinos. El pelaje no te causará dolores de cabeza: un cepillado a la semana bastará para deshacerse del pelo muerto. Durante el periodo de muda (en primavera) deberás hacerlo – como mínimo- una vez al día.
Por otro lado poseen una piel muy sensible, por lo que no se recomienda bañarles muy seguido: solo cada par de meses si es realmente necesario y con jabones de PH neutro. El secado a conciencia entre los pliegues de la cabeza y detrás de las orejas evitará la aparición de hongos.
Salud de la raza Bullmastiff
Al ser canes muy resistentes, los Bullmastiff suelen gozar de buena salud. Sin embargo, tienen predisposición genética a enfermedades de crecimiento como la displasia de cadera y de codo.
El síndrome de Wobbler, un padecimiento centrado en la zona cervical de la columna, también se da con cierta frecuencia. Lo común es que se detecte a partir de una rigidez en el cuello o de un caminar tambaleante.
Las afecciones oculares se presentan igualmente con regularidad. Por ejemplo el entropión, una anomalía en los párpados que puede derivar en infecciones. También la displasia de retina, una condición hereditaria que se detecta a partir de las 6 semanas de edad y que no tiene tratamiento.
Finalmente, no deben descuidarse otras dolencias como la torsión de estómago, el hipotiroidismo o la dermatitis canina. Por eso es importante acudir a las revisiones periódicas con el especialista.