Pocos perros se toman tan en serio su trabajo como estos “taloneros” de ganado. Criados para resistir las altísimas temperaturas del desierto australiano, pueden adaptarse a vivir con una familia humana siempre que estén correctamente socializados desde cachorros. Serán grandes compañeros y, sobre todo, protectores con los suyos. ¿Aún tienes dudas sobre las cualidades del Boyero Australiano? Aprende más sobre su historia, su carácter y sus características en esta guía.
Datos básicos
- Tamaño: entre 46 y 51 cm los machos y entre 43 y 48 cm las hembras, según la FCI.
- Peso: entre 15 y 23 kilos
- Esperanza de vida: de 12 a 16 años.
- Ideales para: labores de perro guardián; ejercer como pastores de ganado; vivir en granjas o en casas con jardín.
Historia del Boyero Australiano
La explosión de la industria ganadera australiana en el siglo XIX hizo necesaria una raza con talento y decisión para el pastoreo de vacunos, pero también con una resistencia al inhóspito clima de las regiones interiores de Australia. Con este objetivo se comenzó a buscar la combinación ideal. Los ejemplares ingleses, utilizados en un principio, se mostraron ineficaces para la tarea. Finalmente se llevó a cabo un cruce con dingos, una especie de cánidos salvajes autóctonos.
El resultado fueron perros resistentes, pero poco confiables. Solo tras el cruce con dálmatas se lograron ejemplares más domesticables que podían trabajar en armonía con el ser humano. Los canes de color azulado, conocidos como Blue Heelers (“taloneros azules”, en español), resultaron ser los más populares entre los rancheros y vaqueros del país. De esta forma el Boyero Australiano se convirtió en un excelente perro de trabajo, dócil con el hombre, pero inflexible con el ganado, al que controlan a base de topetazos y mordidas.
Características del Boyero Australiano
Físicamente el Boyero Australiano es un perro de tamaño compacto, talla más bien baja y un aspecto equilibrado. Ofrece una imagen de robustez, a la vez que de agilidad y resistencia. El cuerpo es más largo que alto, con un lomo ancho, musculoso y bien nivelado. El pecho está desarrollado y dispone de costillas arqueadas, sin tener forma de barril.
Las patas son fuertes y no muy largas; los hombros musculosos y bien angulados. Las extremidades traseras poseen muslos largos y poderosos, con el corvejón descendido. La cola es de inserción baja, está bien cubierta de pelo; nunca deben llevarla por encima de la línea del lomo.
La cabeza es robusta y proporcionada. Está ligeramente abombada, con un hocico ancho, profundo y marcadamente resistente. Tienen la nariz negra y las mejillas carnosas, pero no prominentes. Los ojos son ovalados, con una mirada vivaz; el tono deseable es el pardo oscuro. Las orejas son anchas en la base, erguidas y algo puntiagudas.
El manto es de capa doble. La interior está formada por una lanilla densa y suave, mientras que la exterior es de pelo lacio, duro, bien pegado al cuerpo y resistente al agua. La zona del cuello suele tener el pelaje más crecido, como si fuera un collar. Los colores pueden ser azul sólido, azul con moteado fuego o negro (el característico de la raza) o un rojo moteado con estos mismos tonos.
Carácter del Boyero Australiano
Aunque les cuesta entrar en confianza, una vez que te los has ganado tendrás a un amigo leal para toda la vida. Suelen ser canes muy apegados a las personas que los han criado o entrenado desde pequeños. Se convertirán en su sombra, siguiéndote allí donde vayas cuando estés en casa.
El Boyero Australiano suele ser amigable con los niños, siempre que hayan crecido juntos. Por el contrario, un adulto con un menor desconocido suele ser sinónimo de problemas, pues tienden a desconfiar del acercamiento despreocupado de los peques.
Por su herencia de perros ganaderos, tienden a mordisquearlo todo, desde objetos a personas, a quienes morderán suavemente cuando quieran llamar su atención o “pastorearlos” hacia un lugar determinado. El entrenamiento en obediencia y la socialización son básicos para controlar este hábito, aunque es poco probable que desaparezca por completo.
Son naturalmente desconfiados con los visitantes inesperados. Por eso, pueden convertirse en grandes perros guardianes. Son muy inteligentes y aprenden rápido, aunque pueden mostrarse algo obstinados. El entrenamiento consistente y firme es la mejor receta para conseguir ejemplares equilibrados.
Con otros perros suelen llevarse bien, aunque pueden mostrarse celosos si se acercan mucho a su “humano preferido”. Si se han criado con otros animales pequeños, como gatos o hámsteres, los respetarán; en caso contrario pueden verles como presas e –incluso – atacarles.
Cuidados que precisa un ejemplar de Boyero Australiano
La palabra clave con ellos es “trabajo”. Viven para cumplir su función y, si no la tienen, buscarán una. Pueden querer convertirse en líderes la manada, pastorear a los más pequeños o alejar a todo aquel que se acerque a casa. No debes dejar que se aburran, pues eso puede hacer que desarrollen comportamientos destructivos.
Los Boyero Australianos no son recomendables para la vida de ciudad, menos aún para habitar en un piso. Por sus necesidades de espacio abierto, el hogar ideal para ellos es una granja o una casa con un buen patio. También necesitan realizar largas salidas diarias y participar en algún deporte canino.
Si les sacas a pasear, procura que vayan siempre bien atados, pues tienden a perseguir todo aquello que les recuerda a una vaca, como por ejemplo un coche, con el riesgo que esto conlleva.
Por otro lado, su pelaje es fácil de mantener. Un buen cepillado semanal bastará para que estén aseados y distribuir así la grasa natural de su manto. Durante sus dos mudas anuales deberás intensificar la frecuencia a 2 o 3 veces por semana. Los baños solo son necesarios cuando estén realmente sucios.
La salud del Boyero Australiano
La displasia de cadera y la atrofia progresiva de retina son enfermedades con cierta incidencia en la raza. La primera es una afección hereditaria, que puede causar serios problemas de movilidad, en tanto que la segunda reduce paulatinamente su capacidad de visión.
Los ejemplares de Boyero Australiano también tienen tendencia a la sordera, por lo que los cachorros deben ser testados para evitar que esta condición se siga pasando a las nuevas generaciones.