Conforme los perros envejecen, aproximadamente a partir de los 7 años de edad, es común que surjan distintos problemas de salud. El sobrepeso, las alteraciones musculoesqueléticas o las dolencias dentales son algunos de estos malestares a los que debemos prestar una especial atención para poder prevenirlos o iniciar su tratamiento lo antes posible.

No debemos resignarnos a pensar que son trastornos debidos a la edad que no se pueden solucionar. Pero, ¿cuáles son las afecciones dentales más frecuentes en perros mayores? ¿Cómo identificarlas y tratarlas para mantener la calidad de vida y el bienestar del animal? Las repasamos en el siguiente artículo.

Cuidado de los dientes

En primer lugar, conviene que los cuidadores de perros de edad avanzada sean conscientes de la importancia de acudir a revisiones veterinarias con regularidad. Aproximadamente hacia los 7 años de edad, deben visitar la consulta de este profesional, como mínimo, una vez al año.

Esta edad es una media, puede haber variaciones en función de la raza, ya que no todas envejecen al mismo ritmo. El veterinario puede orientarnos sobre el momento en el que podemos considerar mayor a nuestro ejemplar.

En las revisiones generales se hará un examen completo del perro y, normalmente, analíticas de sangre y de orina. El examen incluye la valoración de la boca, momento en el que se pueden detectar anomalías como las que explicamos en los siguientes apartados, las más frecuentes en los perros de esta edad.

Placa dental

En la boca del perro se encuentran, de forma normal, múltiples bacterias que no suelen generar problemas, hasta que, por distintas circunstancias, aparece la placa. La placa dental es el depósito bacteriano inicial que se queda sobre las piezas dentales. Está formado por bacterias y los productos de su metabolismo.

Los restos de alimentos que se disuelven en la saliva y se depositan sobre los dientes favorecen su proliferación. Podemos verlo como un manchado en la superficie dental de un color marrón amarillento.

Puede parecernos un problema leve, de poca importancia, pero lo cierto es que, si no se trata, es fácil que avance y empeore. Por lo tanto, hay que consultar con el veterinario y actuar lo antes posible.

Sarro

La placa dental, cuando se endurece, se convierte en sarro, también llamado cálculo dentario. Está compuesto de sales de calcio, partículas de alimentos, bacterias y distintos materiales orgánicos. Se localiza, sobre todo, en el lado externo de los premolares y los molares superiores.

Una mala higiene dental, la alimentación o la raza son factores que contribuyen a agravar este problema. Si no se pone remedio, evolucionará hacia la enfermedad periodontal, pues desencadena la inflamación de la encía (gingivitis).

En este punto, la gingivitis todavía es reversible, de ahí la importancia de no dejarlo pasar y acudir al veterinario para una limpieza dental profesional. En un perro con sarro, además de ver los dientes sucios, podemos detectar:

  • Mal olor en la boca (halitosis).
  • Enrojecimiento e inflamación de las encías.
  • Sangrado.
  • Pus, que es posible observar en la línea gingival.

Enfermedad periodontal

La periodontitis o enfermedad periodontal es consecuencia del depósito de placa y sarro, que va dañando las piezas dentales y las encías hasta desencadenar un cuadro inflamatorio.

Este incluye gingivitis e incluso la caída de los dientes, pues su sostén y la propia encía que los rodea sufren un deterioro que ya puede ser irreversible. La periodontitis afecta a la encía, al hueso alveolar y al ligamento periodontal.

Por desgracia, es una enfermedad frecuente, sobre todo en los ejemplares más mayores, aunque puede afectar a perros de todas las edades. Además, se sabe que algunas razas, como el caniche o el yorkshire, son más propensas a padecer esta enfermedad. Entre los signos clínicos que nos pueden hacer pensar en periodontitis destacan:

  • Inflamación.
  • Mucho dolor.
  • Mal aliento.
  • Hipersalivación.
  • Sangrado.
  • Problemas para comer. El perro tiene hambre, pero, cuando se acerca a la comida, no come, se le cae de la boca, etc.
  • Puede extenderse y provocar problemas en la cavidad nasal y en los ojos.

Prevención de los problemas dentales

La prevención es clave para intentar evitar la aparición de afecciones dentales o, al menos, retrasar su presentación el máximo tiempo posible. No hay que olvidar que los problemas en la boca acostumbran a afectar mucho a la calidad de vida del perro.

Pueden generar mucho dolor y dificultades considerables para comer, lo que repercutirá en el bienestar del animal, además de vincularse a otras enfermedades tan graves como la endocarditis.

Hay que acudir al veterinario al primer signo de problema dental y realizar exámenes preventivos con la regularidad que nos paute este profesional. Además, es fundamental implantar y mantener una buena higiene dental desde cachorros. Entre las medidas a destacar señalamos:

  • Acostumbrar al perro a manipularle la boca para su limpieza desde pequeño.
  • Cepillarle los dientes con frecuencia, al menos un par de veces a la semana, siempre con cepillos y pastas específicas.
  • Recurrir a alimentos formulados para el cuidado dental, sobre todo en los ejemplares con predisposición a sufrir estos trastornos. También existen premios que favorecen la higiene dental. Los únicos que tienen eficacia probada son los que están certificados por asociaciones de veterinarios especialistas en odontología.
  • Dar el alimento varias veces al día mejor que dejar la comida a demanda.
  • Realizar limpiezas profesionales mediante ultrasonidos. Es un procedimiento que, por supuesto, solo pueden hacer los veterinarios. Requiere anestesia general.