La pancitopenia es una condición en la que la actividad de la médula ósea se ve suprimida, lo que afecta a todas las células de la sangre. Por este motivo, puede ser muy grave e incluso llegar a provocar la muerte del gato.

Más técnicamente, es una hipoplasia grave y generalizada de la médula ósea debida a diferentes causas. Por suerte, no es una patología común, aunque, dada su potencial gravedad, conviene que sea conocida por los cuidadores de gatos. Hablamos de la pancitopenia felina en el siguiente artículo.

¿Qué causa la pancitopenia?

No hay una única causa que explique la pancitopenia, por lo que habrá que investigar cada caso para dar con ella. Sí podemos destacar algunas como las siguientes:

  • Agentes infecciosos, por ejemplo, los virus de la inmunodeficiencia o de la leucemia felina.
  • Determinados fármacos, como el albendazol o la griseofulvina.
  • Enfermedad renal crónica.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Enfermedades hematológicas inmunomediadas.
  • Lipidosis hepática.
  • Neoplasias.

Signos clínicos de pancitopenia

Al verse afectadas todas las células sanguíneas, los gatos con pancitopenia pueden sufrir anemia, neutropenia y trombocitopenia, es decir, tendrán niveles disminuidos de glóbulos rojos, neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos) y plaquetas en la sangre.

Hay que recordar que los glóbulos blancos son los encargados de defender el organismo ante infecciones, mientras que las plaquetas se ocupan de la correcta coagulación de la sangre. Estos hallazgos se encontrarán si se hace una analítica de sangre, pero, ¿cómo se traducen en el gato?

Lo cierto es que podemos observar distintas situaciones. Algunos ejemplares no van a presentar ningún signo clínico, mientras que otros manifestarán sintomatología como la siguiente, más o menos grave y que, al principio, será bastante inespecífica:

  • Apatía.
  • Malestar general.
  • Pérdida del apetito.
  • Adelgazamiento.
  • Fiebre.
  • Palidez de las mucosas.
  • Sangre en las heces, en la orina o en el vómito.
  • Epistaxis (hemorragia nasal).
  • Sangrado en otras partes del cuerpo.
  • Hematomas.
  • En los casos más graves, los sangrados pueden conducir al shock.

¿Cómo se diagnostica la pancitopenia?

Si sospechamos que nuestro gato puede estar sufriendo pancitopenia, debemos acudir al veterinario. Solo este profesional podrá descartar o confirmar la enfermedad. Para ello sirve hacer una analítica de sangre, pues nos dará información sobre cuáles son los niveles de glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Estos datos también permiten valorar la gravedad del cuadro.

Tratamiento de la pancitopenia

No existe, a día de hoy, un tratamiento específico para la pancitopenia. Incluso en el brote en el que se sospechó de un origen tóxico, al no haber determinado cuál era la toxina causante, tampoco se podía recurrir a un antídoto específico. En cualquier caso, lo que se hace es iniciar un tratamiento de soporte.

Con él se pretende mejorar el estado del gato y controlar la sintomatología. Por ejemplo, pueden necesitarse trasfusiones de sangre completa o solo de glóbulos rojos o antibióticos de amplio espectro. El pronóstico debe establecerse en cada caso, pues dependerá de la causa y del estado y circunstancias particulares de cada ejemplar.

¿La pancitopenia es contagiosa?

En principio, la pancitopenia en sí no es una condición contagiosa, pero algunas de sus posibles causas sí que lo son, por ejemplo, los virus de la inmunodeficiencia o de la leucemia felina.

Por este motivo, se recomienda que, si un gato enfermo convive con otros, por precaución, se acuda al veterinario para comprobar su estado con un sencillo análisis de sangre. Hay que recordar que puede haber gatos que no muestren signos clínicos, aunque sí padezcan pancitopenia.

De resultar problemática esta opción, por ejemplo, en gatos de difícil manejo, el cuidador tendría que estar pendiente y sería imprescindible contactar con el veterinario si detectase algún signo como los mencionados.