La época de calor puede resultar peligrosa para los perros si no nos aseguramos de mantenerlos frescos. Hay que recordar que ellos no sudan por todo su cuerpo, como las personas, sino que recurren al jadeo. Este sistema puede no ser del todo efectivo si las temperaturas ambientales son demasiado altas, llegando incluso a desencadenar un golpe de calor potencialmente mortal.
Por eso es importante saber qué medidas nos pueden ayudar a evitar este tipo de problemas. ¿Quieres saber cómo refrescar a un perro en verano? Lo explicamos en el siguiente artículo.
Espacio fresco
Los perros tienen que poder acceder a un lugar de descanso lo más fresco posible. Si están dentro de casa, debemos tener en cuenta medidas típicas como bajar las persianas, poner toldos o cortinas, ventilar la casa en las horas más frescas o recurrir a dispositivos como los ventiladores o el aire acondicionado.
Para perros en el exterior será imprescindible una sombra, mejor si es de vegetación, o cualquier caseta o construcción que los resguarde del calor. Además, a la venta se encuentran esterillas o mantas refrigerantes que pueden ponerse directamente sobre el suelo o encima de camas o sofás.
Las hay de muy diversos tipos y calidades, pero todas tienen en común que se conservan frías durante un tiempo, por lo que pueden resultar de ayuda para mantener fresco a un perro, sobre todo a los que, con el calor, optan por dormir en el suelo, rechazando su cama habitual.
Agua
El agua es fundamental. En primer lugar, el perro debe tener siempre agua limpia y fresca a su disposición. Hay que cambiarla las veces que sea necesario y no dejarla al sol. Se puede poner más de un bebedero en puntos estratégicos. Si nos vamos a ausentar bastante tiempo, tendremos que asegurarnos de que la cantidad de agua es suficiente y que el bebedero no puede volcarse.
Pero el agua no sirve solo para beber. Podemos refrescar al perro pulverizándolo con ella o, si tenemos espacio exterior, preparándole una piscina o cualquier recipiente lo suficientemente grande como para que se puede remojar.
También hay juegos de agua para perros que emiten chorros o podemos utilizar pistolas de agua o mangueras, por supuesto, si al perro le gusta el agua. En caso contrario, podemos empapar una toalla y pasarla por su cuerpo para ayudar a que se mantenga fresco.
Por último, el agua se puede congelar para hacer cubitos. A muchos perros les gusta jugar con ellos. También se pueden poner en el bebedero para conservar el agua fresca por más tiempo. Por otra parte, si lo alimentamos con pienso, podemos incluir en su dieta comida húmeda para aumentar el aporte de líquidos y mejorar la hidratación.
Actividad física
Cuando el calor es intenso, debemos dejar los paseos y, en general, la actividad física (que no podrá ser intensa) para la noche o las primeras horas de la mañana. De esta forma, evitaremos que el perro se acalore e incluso que se queme. Un suelo muy caliente puede causar daños en las almohadillas.
Además, podemos llevar agua encima para ofrecerle cuando lo veamos agitado. Existen utensilios diseñados para que los perros puedan beber con comodidad. De todas maneras, no es conveniente alargar los paseos si el calor es excesivo.
Alimentación
Cuando hace mucho calor, algunos perros muestran un menor apetito, comiendo más despacio o incluso dejando parte de su ración. Para los perros los horarios son muy importantes, pero, ante temperaturas muy elevadas, es mejor que le ofrezcamos la comida a primera hora de la mañana y al anochecer o, al menos, en pequeñas cantidades y varias tomas a lo largo del día.
Además, durante la época de calor podemos ofrecerle helados. Por supuesto, no los que tomamos las personas, sino aquellos especiales para perros. También los podemos hacer en casa de forma muy sencilla, por ejemplo, congelando un yogur natural sin azúcar o caldo en cubitos.
Viajes
Tanto si se trata de un simple traslado, por ejemplo, al veterinario, como si pensamos viajar con nuestro perro, nunca debemos dejarlo dentro de un vehículo cerrado. Un coche al sol, en poco tiempo, puede alcanzar temperaturas altísimas, capaces de desencadenar un golpe de calor.
Es una emergencia veterinaria que se produce cuando el perro ya no puede regular su temperatura y esta se eleva hasta límites peligrosos y potencialmente fatales, incluso aunque reciba asistencia.
El perro en el coche tiene que viajar con las medidas de retención pautadas por la legislación y debemos hacer paradas frecuentes para ofrecerle agua y opciones para estirar las patas y evacuar.
Corte de pelo
Hay que saber que no a todos los perros se les puede cortar el pelo. Para confirmarlo o descartarlo lo recomendable es consultar con un peluquero canino. A los que sí se les puede cortar es buena idea hacerlo durante los meses de calor, sobre todo si el manto está descuidado y se han formado nudos o rastas. Eso sí, el corte nunca puede ser al cero.
En contra de lo que algunas personas creen, el pelo es necesario para proteger al perro, también del calor. Una piel expuesta podría sufrir quemaduras, entre otras lesiones. Si nuestro ejemplar es de los que no admiten corte de pelo, lo ideal es cepillarlo con frecuencia. Un pelaje en estado óptimo ayuda a mantener fresco al animal.