Las plantas de las manos y los pies de los perros son una parte bastante delicada de su anatomía a la que no prestamos suficiente atención, aunque está expuesta a diferentes peligros por su contacto continuo con el suelo.
Uno de los trastornos que podemos detectar en la zona es la pododermatitis, una molesta inflamación que se debe a diferentes causas. Hablamos de la pododermatitis canina en el siguiente artículo.
Causas de pododermatitis
La pododermatitis es una inflamación en los espacios interdigitales de pies y manos. Suele afectar más a perros que realizan actividades por zonas boscosas, cazan, saltan, corren, etc. Se relaciona con causas como:
- Traumatismos.
- Presencia de algún cuerpo extraño, como cristales, espinas o piedrecitas.
- Contacto con sustancias irritantes.
- Reacciones alérgicas.
- Parásitos externos, como ácaros o pulgas.
- Hongos.
- Algunas enfermedades autoinmunes o endocrinas, como el hipotiroidismo.
- Quistes interdigitales.
- Trastornos a nivel emocional que llevan al perro a lamerse en exceso la zona.
Signos clínicos de pododermatitis
La pododermatitis puede afectar a una, dos, tres o a las cuatro patas. Podemos sospechar de su aparición si apreciamos signos clínicos como los siguientes:
- Enrojecimiento.
- Edema (acumulación de líquidos) o hinchazón que puede extenderse por toda la pata.
- Pequeños bultos.
- Heridas de mayor o menor gravedad.
- Secreciones serosas o con sangre.
- Cojera.
- Pelo de la zona oscurecido debido al lamido insistente.
- Pérdida de pelo.
- Dolor.
- Lamido continuo.
Diagnóstico de la pododermatitis
Si detectamos alguno de los signos clínicos que hemos mencionado, debemos contactar con el veterinario. No todas las veces que las manos o los pies se hinchan la causa es una pododermatitis, por eso es imprescindible que sea el profesional quien haga un buen diagnóstico. Será fundamental para un correcto tratamiento.
Este tiene que identificar la causa. Para ello se consideran distintos aspectos. Por ejemplo, si la pododermatitis afecta solo a una pata, es más probable que se deba a un golpe o a un cuerpo extraño que a una enfermedad sistémica. Al contrario, cuatro patas dañadas van a orientar más el diagnóstico hacia una reacción alérgica o cualquier otra afección que involucre a todo el organismo.
En función de estos datos, el veterinario puede optar por la realización de pruebas, como la observación de pelo y piel de la zona al microscopio, de forma que se puedan detectar ácaros u hongos. Si no se descubre nada de esta manera, es posible tomar una muestra para biopsia. También pueden estar indicadas analíticas de sangre.
En cualquier caso, es importante acudir al primer signo al veterinario. No solo por las molestias que van a dificultar la movilidad del perro, sino, también, porque iniciar cuanto antes el tratamiento reduce el riesgo de sufrir complicaciones, como infecciones bacterianas secundarias o lesiones por lamido y mordisqueo del perro en un intento de aliviarse.
Tratamiento de la pododermatitis
Una vez el veterinario ha llegado al diagnóstico, podrá pautarnos el tratamiento adecuado para controlar la sintomatología y combatir la causa de la pododermatitis. Este tratamiento puede incluir diferentes fármacos que se aplican de manera tópica, como las pomadas antibacterianas o antifúngicas.
En estos casos, conviene recortar el pelo de alrededor para favorecer la aplicación y limpiar antes con suero fisiológico. También pueden necesitarse tratamientos antiparasitarios. En ocasiones, los fármacos se recetarán para su administración por vía oral. En otros casos está indicada la desinfección de la zona con productos como la clorhexidina.
Por otra parte, si se localiza algún cuerpo extraño, el veterinario tendrá que extraerlo. Problemas como las reacciones alérgicas son más complejos, pues lo ideal sería evitar por completo el contacto del perro con el alérgeno, lo que no siempre es posible.
Lo mismo sucede cuando la pododermatitis se debe a un problema psicológico. En estos casos, el veterinario nos dará pautas de manejo y sería ideal contar con la ayuda de un profesional especializado en conducta canina o etólogo.
Pronóstico de la pododermatitis
Normalmente, la pododermatitis se cura sin mayores consecuencias, es decir, no es una enfermedad de gravedad y puede resolverse de forma rápida. Pero en casos como los que hemos mencionado, como alergias, problemas psicológicos o enfermedades autoinmunes, puede necesitarse un tratamiento largo o incluso de por vida. Otras veces no es sencillo llegar a determinar la causa, lo que también retrasa y complica el tratamiento.