El Akita Inu, es sin duda un perro excepcional, merecedor de cada uno de sus reconocimientos. Una raza con una historia de sobrevivencia. Además de tener un temperamento y una lealtad que lo convirtió en uno de los perros más famosos y queridos, como fue Hachiko.
En este post, te contamos los aspectos más resaltantes, que figuran en la historia del origen de este perro nacional japonés, que además tiene gran significado simbólico en la cultura nipona y que hoy en día es reconocido en todo el mundo.
Procedencia del Akita Inu
La búsqueda del origen del Akita Inu, nos lleva a la Provincia de Akita, ubicada al norte de la isla japonesa Honshu, en donde se encuentra la ciudad de Odate. Esta raza milenaria tiene sus inicios alrededor del siglo XVII.
Estos ejemplares eran utilizados para la cacería de osos y jabalíes, y durante mucho tiempo la raza fue utilizada por los guerreros japoneses como perro de ataque. Para el año 1890, las peleas de perro se popularizaron en Japón, por lo que el Akita era utilizado como perro de pelea.
El Akita como perro de pelea
En la historia del perro nacional japonés, resalta la prohibición de las peleas de perros, como un hecho trascendental para la preservación de la raza.
Por muchos años el Akita fue considerado como ejemplar ideal de pelea, incluso llegando casi al punto de extinguirse como raza pura, ya que, comenzó a ser cruzado con razas como el Tosu Inu, para conseguir perros más grandes y agresivos. Perdiendo muchos de sus rasgos originales.
Afortunadamente, para el año 1908 se prohibieron las peleas de perros, lo que contribuyó al crecimiento y protección de la raza. Seguidamente se fundaron diversas organizaciones para proteger al Akita.
Un nombre con precedentes
Con el transcurrir de los años, esta raza ha sido llamada de diversas maneras. Al principio, los perros en Japón, eran llamados de acuerdo al lugar de procedencia. Lo que nos refiere que, por mucho tiempo el Akita, fue conocido como el perro de Odate.
Posteriormente la raza fue categorizada de acuerdo a la función que desempeñaba, es así, como los perros que se usaban para la caza eran conocidos como Matagi – Inu, los que se utilizaban para la guerra se les llamaba Kurae- Inu, los utilizados para pelear eran Kuriya- Inu, y Odate-Inu a los de providencia.
Para el año 1931, la raza comienza a ser reconocida como Akita-Inu, justo desde el momento en que es declarada monumento natural y se le construye un monumento en su honor.
Una raza que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial
Las guerras siempre son causantes de estragos y daños irreparables. Durante los conflictos bélicos, los perros son gravemente afectados, y Akita es una de esas razas sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, que se vio seriamente amenazada con extinguirse.
Dada la escasez de productos generada por la guerra, la piel del Akita fue utilizada para confeccionar abrigos para sobrellevar el invierno, así como también para hacer ropa militar, y por otra parte, su carne servía como alimento.
En la historia de la raza, se recuerda, como la policía ordenó la captura y matanza de todos los perros, excepto los Pastores Alemanes, los cuales eran utilizados como perros militares, como ya te hemos contado en post anteriores.
Recuperación y evolución del AKita Inu
Para proteger la raza, fue necesario enviar a los perros a pueblos apartados y ahí los pobladores agricultores los utilizaban como supuestos perros guardianes. A pesar de esas medidas, se perdieron numerosos ejemplares, por lo que la raza casi desaparece.
Por otra parte, en la búsqueda de proteger la raza, también se comenzó a cruzar el Akita con Pastores Alemanes, con lo que en esa época, se encontraban tres tipos de Akitas reconocidos como, el tipo Dewa, el Matagi Akitas (tipo Ichinoseki) y los Pastores Akita.
Después de la guerra, se introdujo la raza a los EEUU, para dar paso al Akita Americano, el cual presentaba rasgos evidentes del Pastor Alemán. Para recuperar la pureza de la raza, estos ejemplares americanos, se cruzaron con los Matagi Akitas.
El Akiho, Akita-inu Hozonkai
El Akiho (Akita-inu Hozonkai), es uno de los clubes más significativos de la raza a nivel mundial. Esta organización fue fundada en el año 1927, con el objetivo de preservar y promover la raza. La gran parte de los Akitas en Japón, están registrados en este Club.
La creación del registro Akiho, le ha dado solidez a la raza, en cuanto a sus características principales, como morfología y color, con lo que se asegura la conservación de la raza.
Durante la década de los años 50, el Akita recuperó su popularidad, con lo que la raza comenzó a crecer, retomando la importancia de su pedigrí.
En el año 1999, la FCI reconoce dos tipos de Akita Inu. El Akita japonés que figura en el Grupo 5, y el Akita norteamericano, ubicado en el Grupo 2.