Estos canes, de aspecto lobuno, encarnan muchas de las cualidades que se buscan en un compañero doméstico: nobleza, fidelidad, protección e inteligencia. Tienen poco más de un siglo de existencia, pero en este período han logrado conquistar el mundo. ¿Quieres saber por qué? Atento a estas curiosidades de la raza Pastor Alemán.
El Pastor Alemán no se creó solo para pastorear
Tras retirarse del ejército alemán en 1898, el capitán Max von Stephanitz se dedicó a desarrollar su propia visión del “perro de trabajo perfecto”. Pese a bautizarles con este nombre, Von Stephanitz sabía que la rápida industrialización que se estaba produciendo en el país haría que pronto se perdiera la cultura pastoral. Por eso, enfocó su cría a perros idóneos para el trabajo policial y militar. Lo que nunca pudo adivinar es que la versatilidad de la raza daría para mucho más: desde canes de terapia y compañía, a rescate o, incluso… ¡actores de televisión!
Un papel importante en las dos Guerras Mundiales
Aunque la Primera Guerra Mundial estalló en 1914, cuando la raza tenía menos de dos décadas de vida, el ejército alemán se valió de sus grandes cualidades para cumplir todo tipo de objetivos. Durante la contienda los Pastores Alemanes fueron ayudantes de la Cruz Roja, mensajeros entre líneas enemigas, rescatistas y hasta centinelas. Fueron, por ello, muy valorados por los norteamericanos y no fue raro ver a muchos soldados volver con un pequeño cachorrito de Pastor Alemán desde Europa.
A mediados del Siglo XX fue el perro más querido del mundo
Y todo gracias a Rin Tin Tin, protagonista de una exitosa serie de televisión estadounidense y de varias películas. En realidad, se trataba de dos perros: Rinty y Nanette, dos ejemplares de la raza que un oficial estadounidense encontró durante la Primera Guerra Mundial en Francia. Ya de vuelta, los perros se volvieron muy populares. Llegaron incluso a dejar su huella en el paseo de la Fama de Hollywood. Se dice que, en su época dorada, Rin Tin Tin recibía 10.000 cartas de fans cada semana.
No siempre se le llamó Pastor Alemán
La raza ya era conocida en América y en Gran Bretaña en el periodo de entreguerras. Pero, debido a la mala imagen que tenía Alemania durante los conflictos bélicos, se decidió cambiarles el nombre para que no se les relacionara directamente con el país enemigo. En Estados Unidos se les conocía simplemente como Perro Pastor, mientras que en Inglaterra se les llamaba Pastor Alsaciano.
No es buena idea dejarles a solas mucho tiempo
Inteligentes por naturaleza, los Pastores Alemanes pueden adaptarse a todo tipo de ambientes. No obstante, algo a lo que nunca llegan a acostumbrarse es a la soledad. Estos canes están creados para trabajar en equipo y para compartir su vida con las personas con las que viven. Si les dejas largos ratos sin compañía se aburrirán y pueden volverse destructivos. Jamás deben quedarse atados en el patio o en una jaula, pues se volverán miedosos o agresivos. Su lugar está dentro de casa, junto a su familia.
No hacen amigos al instante
Por influencia del cine y la televisión, muchos creen que el Pastor Alemán es una raza muy sociable y que se lleva bien con todo el mundo. Esto no es exactamente así. Aunque estos canes no suelen ser agresivos con los desconocidos, en un principio suelen ser bastante reservados y no les gusta que un extraño se les aproxime más de la cuenta. Este comportamiento es típico entre los pastores, pues están criados para desconfiar. Nunca se sabe cuándo aparecerá un lobo con piel de cordero.
Pierden grandes cantidades de pelo
Una de las pocas pegas de esta impresionante raza es su pelaje. De tipo más bien rústico y de doble capa, hay variedades con pelo de mayor o menor longitud. Lo que no varía es que este suele desprenderse bastante, aunque les cepilles a menudo. Por eso, si lo tuyo es la pulcritud, un Pastor Alemán puede no ser una raza para ti.
Debes trabajar desde cachorro en la orden “callado”
Por su herencia de pastor, los ejemplares de esta variedad tienen cierta tendencia a ladrar para comunicarse. Esto no es un problema si se adiestran correctamente desde pequeños. Si bien un Pastor Alemán no va a quedarse siempre callado, va a obedecer cuando se lo pidas. Dicho esto, debes tener en cuenta que situaciones como la falta de actividad, la soledad o el aburrimiento pueden hacer que este tipo de hábitos empeore.
El negro y fuego no es el único color de la raza
Aunque relacionamos automáticamente el Pastor Alemán con un pelaje de color marrón claro (fuego) con un manto negro en su lomo, hay otras tonalidades. Podemos encontrar ejemplares de color negro sólido, negro y crema, negro y plateado, azul, hígado y negro. También hay individuos de color blanco, aunque no todas las asociaciones caninas los aceptan.