La hepatitis es una inflamación del hígado que puede tener diferentes causas, de las que depende el tratamiento. A continuación desde el blog de NFNatcane aprenderemos a identificar los síntomas que nos indican que el hígado de nuestro perro no está funcionando correctamente.
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es la inflamación del hígado que se produce por virus, tóxicos, trastornos autoinmunes, etc. El daño en este órgano afecta a su funcionamiento de forma que pueden verse alterados procesos tan importantes como la formación de enzimas y proteínas, la eliminación de productos de desecho o la producción de factores de coagulación.
Cuando el hígado falla decimos que se ha producido una insuficiencia hepática. Un problema en este órgano puede pasarnos desapercibido en un primer momento porque se manifiesta con signos inespecíficos como anorexia, adelgazamiento, vómitos, diarrea o aumento de la sed y de la cantidad de orina eliminada.
Al principio, el hígado se inflama y se agranda. Después, sus células mueren y se sustituyen por tejido cicatricial. El final de este proceso es la cirrosis, un daño ya irreversible. Cuando buena parte del hígado está afectado veremos síntomas específicos de la insuficiencia hepática. Los explicamos a continuación.
Ictericia
La ictericia es la coloración amarillenta de los tejidos. Se debe a la acumulación de bilis que se produce cuando el hígado no funciona correctamente. Podemos apreciar esta tonalidad en los ojos, las encías o la lengua. Además, la bilis que se elimina por la orina la tiñe de un color marrón oscuro.
Encefalopatía hepática
Se trata de una inflamación del cerebro debida al efecto de toxinas en la sangre que el hígado enfermo no consigue eliminar. Los síntomas son descoordinación, debilidad, desorientación, cambios de comportamiento, hipersalivación, convulsiones, etc. Estos signos se observan de manera intermitente.
Ascitis
La ascitis se define como la acumulación de líquido en el abdomen. La enfermedad del hígado disminuye el nivel de proteínas en la sangre y aumenta la tensión en las venas que llegan a este órgano, lo que tiene por resultado la ascitis.
Hemorragia
Cuando el hígado está muy dañado aparecen hemorragias espontáneas en el estómago, el intestino y el sistema urinario. Así, podemos encontrarnos sangre en vómitos, heces u orina. Es posible que las encías aparezcan punteadas debido a hemorragias. En algunas partes del cuerpo pueden verse hematomas.
Edema
Al igual que la ascitis, el edema es una acumulación de líquido que va a ser visible como una hinchazón, sobre todo en las patas. En su aparición, además del bajo nivel de proteínas en la sangre, influye la desnutrición que va a acabar padeciendo el animal enfermo. Es un síntoma menos frecuente.
Causas de hepatitis en perros
Detrás de esta enfermedad puede haber patologías como la hepatitis infecciosa, de la que hablaremos o continuación, o la leptospirosis. También la filariosis, el síndrome de Cushing o la diabetes pueden afectar al hígado. Los tumores serían otra de las causas.
Hay sustancias químicas como las que componen los insecticidas, el plomo o el arsénico que pueden ser tóxicas a nivel hepático. Una gran cantidad de fármacos también pueden causar daños, sobre todo cuando existe sobredosificación.
Los shunts hepáticos, que son venas anormales que impiden el paso de la sangre al hígado, son otro origen de insuficiencia hepática. También hay causas idiopáticas, es decir, desconocidas, aunque se cree que existe una base autoinmune. Ante cualquier síntoma debemos acudir al veterinario lo antes posible.
La hepatitis infecciosa canina
Esta enfermedad es otra de las causas de inflamación del hígado. Destacamos este tipo de hepatitis porque, a diferencia de otros desencadenantes de esta patología, este puede prevenirse a través de la vacunación. En concreto, se administran dos dosis a los cachorros y se revacuna a los adultos anualmente de por vida.
Se trata de una enfermedad vírica muy contagiosa causada por el adenovirus canino tipo 1. Afecta más a cachorros. La transmisión se produce por contacto con secreciones corporales de animales enfermos. Estos pueden seguir liberando el virus incluso después de recuperarse.
Afecta también a los riñones y a los vasos sanguíneos. Puede producir una infección leve pero también una forma mortal que se manifiesta con diarrea con sangre y colapso. En general los síntomas incluyen fiebre, anorexia, diarrea y, en ocasiones, vómitos de sangre, dolor abdominal, fotofobia, hemorragias e ictericia.
Tratamiento de la hepatitis en perros
Ante la sospecha de que nuestro perro tiene un problema en su hígado el veterinario realizará pruebas para poder encontrar cuál es la causa, ya que influye en el tratamiento. El pronóstico va a depender del tiempo que el perro lleve enfermo, de la importancia del daño hepático y del origen del mismo.
En algunos casos hay que recurrir a la cirugía, por ejemplo en tumores, shunts u obstrucciones del conducto biliar. En las hepatitis de sospecha autoinmune se emplearán corticoides en un intento de frenar la destrucción producida por el sistema inmunitario. Además, se recetan medicamentos para control y prevención de los síntomas.
Hay que saber que algunos ejemplares van a necesitar tratamiento de por vida, convirtiéndose en enfermos crónicos. Como parte de este tratamiento es imprescindible que estos animales se alimenten con dietas especiales bajas en proteína.
Bibliografía
Carlson y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.